Vox ha despedido la campaña en la plaza de Colón (Madrid). Su lugar talismán. El que presentó en sociedad la alianza de las tres derechas, con el PP y Ciudadanos, su primer acto conjunto contra Sánchez, unas semanas antes de que cayeran los presupuestos y el presidente del Gobierno tuviese que convocar elecciones, en 2019. El lugar donde celebraron hace cuatro años el último mitin antes de las últimas generales, cuando irrumpieron en el Congreso de los Diputados como tercera fuerza y con 52 diputados.
En la formación de extrema derecha son conscientes que los sondeos no pronostican que se vaya a repetir semejante resultado y, en privado, reconocen que llegar a los 40 escaños sería un éxito para esta nueva etapa. Tras haber entrado en los ejecutivos autonómicos de Valencia y Extremadura, la incógnita este 23J es doble: si las derechas suman y, en caso de que lo hagan, si tendrían puestos en un gobierno de derechas liderado por Alberto Núñez Feijóo.
En busca de un resultado electoral que les permita ser relevantes, Abascal ha planteado al presidente del PP cuáles serán las líneas rojas de su formación para llegar a un pacto si los números confirman este domingo un cambio de rumbo en España. Aplaudido y vitoreado por los seguidores que se han acercado a la céntrica plaza madrileña, el líder de Vox se ha reivindicado como única alternativa al Gobierno de coalición para diferenciarse de los populares y evitar que le pase factura la estrategia del voto útil.
Reafirma el veto cultural en Colón
Abascal ha puesto fin a la campaña arropado por los líderes europeos de la extrema derecha. El partido ha proyectado tres vídeos cortos y enlatados en los que los primeros ministros de Polonia, Hungría e Italia -Mateusz Morawiecki, Viktor Orbán y Giorgia Meloni- muestran su apoyo a los de Abascal. Aunque el contenido de estas imágenes no es nuevo porque en el caso de Meloni han recuperado las palabras que pronunció en el mitin de Valencia.
Sin conseguir abarrotar la plaza, como sí sucedió en los cierres de campaña de 2019 o en otras convocatorias del partido en Colón, millares de seguidores han acudido a apoyar a la extrema derecha ataviados con banderas de España y enseñas del partido. “Sin vosotros no podríamos hacerlo”, ha reconocido Abascal, que ha agradecido el apoyo su militancia.
Con su entrada en gobiernos autonómicos y municipales, se ha vislumbrado cuáles son las primeras medidas por las que apuesta la extrema derecha cuando llega al poder: censurar producciones culturales que no comparten. Coincidiendo con la celebración del Orgullo, el partido de Abascal vetó en un ayuntamiento madrileño una obra de Virginia Woolf sobre homosexualidad y censuró la última película de Buzz Lightyear en el municipio cántabro de Bezana por el beso de dos mujeres. Una estrategia respaldada por la dirección nacional, ya que el líder de Vox ha advertido este viernes que “lo primero” que hace su partido al entrar en un gobierno “es cambiar las políticas culturales de la izquierda”, a pesar de que “les escandalice”.
“Nosotros no somos como los que han conocido antes, somos distintos”, ha insistido Abascal. De esta forma, sigue reafirmándose como una alternativa al partido de Feijóo, al que se ha referido como un “motor azul que lleva mucho tiempo sin funcionar”. Por eso, ha pedido a los electores del PP que le den un voto de confianza. Ahondado en este argumento, ha afirmado que mientras el PP “tiende la mano a todos” —entre los que ha citado a Bildu, PSOE y a los votantes de Podemos— “con Vox, nada”. A lo que los millares de asistentes ha comenzado a corear 'Que te vote Txapote'. Un grito que, según el líder de Vox, “nace del respeto a las víctimas” y del “rechazo” a los partidos que son socios del Gobierno de Pedro Sánchez.
Antes de que interviniese el líder de la formación, han tomado la palabra varios miembros del partido, entre ellos, figuras emergentes como la senadora Pepa Millán; el vicepresidente de Castilla y León, Juan García Gallardo, o la diputada por Madrid María Ruiz, que ha asegurado que sus votantes son la esperanza de “los niños” que no han nacido. Por su parte, el portavoz de la formación Jorge Buxadé se ha dirigido a los jóvenes mientras el secretario general del partido, Ignacio Garriga, ha celebrado el apoyo de la extrema derecha internacional “frente a aquellos que dicen que” Vox está aislado.
Entre los asistentes ha llamado la atención el tono exaltado con el que Iván Espinosa de los Monteros ha tomado la palabra para relatar que lleva 26 semanas seguidas de campaña o contar una de las anécdotas que se ha encontrado en su recorrido por España. Una de ellas, según ha explicado de forma entusiasta, está protagonizada por una señora que le contaba que sabía “lo que tenía que tocar” para conseguir que su marido termine votando a Vox.
En el fin de gira Abascal había parado por la mañana en Albacete antes de cerrar en la capital una frenética agenda de actos que le ha llevado a lo largo de las últimas semanas prácticamente a todas las comunidades, en una estrategia muy personalista que ha incluido muchos altibajos en su relación con el PP y una única idea: “Acabar con el sanchismo”.
El líder de Vox ha ido subiendo el tono contra Feijóo
Abascal, que comenzó todos sus actos sin un solo ataque a Alberto Núñez Feijóo mientras su partido y el PP negociaban varios pactos de gobierno en comunidades dominadas hasta ahora por los socialistas -como Extremadura, Valencia y Baleares-, ha ido subiendo poco a poco el tono contra el líder del PP.
Sin acabar de remontar en las encuestas que les sitúan un día como tercera fuerza, y al siguiente, por detrás de Sumar, el líder de la extrema derecha ha cargado contra Feijóo, a quien acusa de querer volver al “bipartidismo” ofreciendo pactos de Estado a Pedro Sánchez y tendiéndole la mano para que le deje gobernar si su candidatura es la más votada. Propuestas, todas, que a juicio de Abascal “obedecen a un gigantesco despiste” del gallego, como reiteró en el acto celebrado este jueves en Murcia, la única Región en donde Vox y el PP no han sido capaces de llegar a un acuerdo para conformar un Ejecutivo y paradójicamente uno de los feudos donde logra mayor porcentaje de votos. El partido de extrema derecha considera que “es un insulto” plantear que Vox “con un 18% de voto” debe apartarse de ese acuerdo y permitir un gobierno en solitario del PP.
Esos mensajes alertando del intento de vuelta al bipartidismo los intensificó Abascal a raíz del cara a cara que tuvo lugar en Atresmedia entre el presidente en funciones del Gobierno y el líder de la oposición, un bronco duelo que Abascal denunció por el hecho de no haber sido incluido como tercera fuerza política y en el que Feijóo sacó el 'contrato' que traía preparado para que Sánchez lo firmara comprometiéndose a que ambos dejaran gobernar a la lista más votada.
Aunque no logró confrontar directamente con ninguno de los dos, Abascal sí figuró en el debate a tres, en el que estuvo ausente el aspirante del PP, circunstancias que tanto Sánchez como la candidata de Sumar y vicepresidenta del Gobierno, Yolanda Díaz, aprovecharon para insistir en que el dirigente de Vox estaba representando a los dos porque piensan igual y defienden los misma políticas contra los derechos y libertades de la ciudadanía. En ese plató, sin embargo, Abascal se cuidó de atacar a Feijóo, e incluso salió a defenderlo, como cuando pidió a los candidatos de la izquierda respetar a “quien no está presente”.
Votar al presidente del PP es “jugar a la ruleta rusa”
Vox ha centrado su estrategia de campaña en intentar convencer a los ciudadanos de que es la única formación política que representa la verdadera alternativa al “sanchismo” insistiendo en que en estos momentos apostar por el presidente del PP “es abrir una caja sorpresa” o “jugar a la ruleta rusa”. “No sabemos qué va a hacer, o con quien va a pactar”, recalcó en el mitin de Murcia y este mismo viernes desde Albacete.
Abascal tampoco se ha olvidado de Sánchez y su Gobierno vertiendo en casi todos sus actos duros insultos contra Sánchez, Díaz y las ministras de Unidas Podemos, Irene Montero e Ione Belarra. A la vez ha denunciado que hay una “campaña de demonización contra Vox” por parte de la izquierda a la que se ha sumado el PP. Además, ha lamentado una y otra vez el “empeño de los medios de silenciar” a su formación.
A pesar de estos posicionamientos victimistas sobre las coberturas informativas, Vox ha mantenido el veto a varios periodistas, entre ellos los de elDiario.es, durante estos 15 días (y los meses anteriores). Esta decisión del partido impide a los redactores afectados estar acreditados para los mítines que organiza la formación, acudir a sus ruedas de prensa, estar en contacto con miembros del equipo de comunicación del partido o acceder a la información que distribuyen al resto de cabeceras.
No solo los medios han estado en la diana de Abascal, también ha cargado contra las encuestas que se han ido publicando casi a diario en periódicos, televisiones y radios, sin olvidar los sondeos del CIS, que dan a su formación un notable descenso en intención de voto. En las redes sociales del partido, y en los perfiles de sus cargos orgánicos, se ha difundido una imagen en la que destacaban en qué circunscripciones pequeñas y medianas era más trascendente el voto a Vox. Una estrategia que se ha puesto en marcha para arrebatar el tercer puesto a Sumar. Este domingo, la pugna entre estas dos formaciones para situarse detrás de PP y PSOE también puede ser un factor determinante para decantar qué bloque sale ganador de las urnas.
A lo largo de la campaña el líder de Vox ha intentado trasmitir una imagen cercana a la gente. La formación ha difundido numerosos vídeos en los que se observan las paradas que ha hecho Abascal en restaurantes de carreteras y cómo se ha prodigado selfies con todo el que se acercaba a saludarlo. Buscan con ello seducir a los nuevos votantes, que cada vez se declaran más seguidores de la extrema derecha. Este impacto de los postulados reaccionarios se constata en el CIS. Si en 2019 el 3,8% de los jóvenes que tenían entre 18 y 24 años consideraban que Vox era la formación más cercana a sus ideas cuatro años después, en el último sondeo publicado hace una semana, ese parámetro se ha triplicado (13,7%). De hecho, en esa franja de edad es donde la formación de Abascal consigue más adeptos. Determinante será también el voto femenino, en este sector poblacional esta fuerza tiene menos capacidad de penetración.
Perfiles ultras
La conformación de gobiernos de coalición con el PP en estas semanas de campaña le ha permitido a Vox ponerse el traje de partido de útil, con capacidad de negociar y de llegar a acuerdos. No obstante, también se ha contemplado cómo esta formación mantiene una apuesta por perfiles tradicionalistas, y figuras bien acogidas entre su electorado más ultracatólico, en puestos institucionales. Así ha sucedido con la designación del extorero Vicente Barrera como vicepresidente valenciano o la antiabortista Llanos Massó como presidenta del parlamento regional de la misma autonomía.
'Vota lo que importa'. Este es el lema por el que ha apostado Vox esta campaña. Más allá de subir el tono contra Feijóo, las líneas generales de su programa han consistido en criticar al Gobierno de coalición y garantizar la derogación de casi todas las leyes impulsadas en estos cuatro años.
Además, promueven una bajada de impuestos, el blindaje de las fronteras o la defensa de “la unidad de España” frente al “separatismo”. En este último compromiso Abascal ha dejado claro su distanciamiento con el candidato del PP, hasta el punto de que en un desayuno informativo celebrado el pasado lunes, organizado por Europa Press, llegó a reconocer que no tiene “ninguna duda” de que si ambos logran gobernar tras el 23J “volverán las tensiones a Catalunya”.
Con el acto en Colón, el líder de la extrema derecha pone fin a la gira que ha hecho por España en busca de que Vox no quede relegado a la irrelevancia tras el 23J. Este domingo, cuando termine el recuento, se conocerá si tras los resultados de 2019 la extrema derecha ha tocado techo en nuestro país.