Abascal torpedea la estrategia de Feijóo contra la ley de amnistía
“Habrá un momento dado que el pueblo querrá colgarlo de los pies”. Doce palabras proferidas desde Argentina por el líder de Vox, Santiago Abascal, referidas a Pedro Sanchez y que han echado por tierra la estrategia del PP ante el primer debate parlamentario sobre la ley de amnistía, que este martes será admitida a trámite en el Congreso. Alberto Núñez Feijóo defenderá desde la tribuna el rechazo del PP a la norma, pero en el partido temen que el PSOE, por boca de su portavoz, Patxi López, sepa aprovechar la munición que les han dado desde la extrema derecha.
El enfado con Vox en el 13 de la madrileña calle de Génova es palpable. Como lo es la contrariedad por las palabras pronunciadas por el líder de la extrema derecha aprovechando la toma de posesión de Javier Milei. Tanto, que la primera reacción fue la de minusvalorar las declaraciones de Abascal.
En un comunicado emitido el domingo por la noche, el PP tachó de “victimización del PSOE” la reacción a lo dicho por Abascal, apuntó a una “polémica artificialmente ampliada” y calificó la frase de Abascal como de “presuntas ofensas al otro lado del charco”. Sobre su aliado en comunidades autónomas y ayuntamientos, una sola apreciación: “No compartimos las declaraciones de Santiago Abascal”.
Al día siguiente, lunes, Feijóo anunció en una entrevista en Telecinco su participación directa en el debate de este martes. La estrategia, señalar al Gobierno por “cobarde” ante la prevista ausencia tanto del presidente como de los ministros. Sánchez, de viaje a Estrasburgo. El resto del Ejecutivo, porque tienen sesión de control en el Senado a la misma hora.
El PSOE ha apostado por un perfil lo más bajo posible en la tramitación de la ley. Al dejarla en manos del grupo parlamentario no solo agilizan los trámites y evitan los informes previsiblemente negativos de los órganos fiscalizadores, sino que la participación del Gobierno es opcional.
Pero ahora, encima, reciben un “balón de oxígeno” en forma de exabrupto de Abascal. Así calificó la frase de Abascal el portavoz del PP, Borja Sémper, en la habitual rueda de prensa de los lunes, en la que el también vicesecretario de Cultura intentó marcar distancias con el comunicado remitido por su propio partido menos de 24 horas antes.
Sémper apuntó al “rechazo ético que cualquier persona en su sano juicio manifiesta ante este tipo de manifestaciones”. Un “rechazo ético” que no existía el domingo por la noche. Fue Feijóo el primero en “condenar” expresamente las palabras de Abascal sobre Sánchez.
Pero en el PP son transparentes al afirmar que, más allá del “rechazo ético”, hay un “motivo político” para estar disconformes con su aliado por torpedear su estrategia. “Siempre que el Gobierno tiene algún problema, siempre que está en apuros, tiene la virtud de salir en su defensa a darles un balón de oxígeno, que es lo que ha supuesto estas manifestaciones”, apuntó Sémper sobre Abascal. “Se está hablando en España de esto y se habla menos de amnistía”, apuntó. “Es lo que tiene haberse mimetizado con Vox”, zanjan desde Moncloa.
Contra la “crispación política” de los demás
Sémper hizo además una enmienda general a la “crispación política” que, dijo, promueve Pedro Sánchez para “dividir a la sociedad española” y “crear dos grandes bloques en España irreconciliables”. “Esto creemos que es una acción decidida y una estrategia decidida por el actual Gobierno, y que tiene colaboradores necesarios, como es el señor Abascal”, añadió.
El portavoz de la dirección del PP lamentó que el “tono elevado acabe por contaminar a la sociedad”. Dijo que “hay una oportunidad para la España que no se resigna a que la política sea un lodazal”. Pidió “hablar con educación”, no “alentar el enfrentamiento”. Y zanjó: “Esto es lo que vamos a hacer con el ejemplo cotidiano y diario, y desde luego no mordiendo el anzuelo que muchas veces este gobierno nos va a poner”.
“El país no está para bromas, ni para escaramuzas ni para politiqueos”, zanjó el portavoz. Eso sí, sin referirse frente a los micrófonos al “hijo de puta” que espetó contra Sánchez en la tribuna de invitados del Congreso la presidenta de Madrid, Isabel Díaz Ayuso, durante el debate de investidura. Tampoco quiso Sémper referirse al “chascarrillo” del hoy portavoz parlamentario del PP, Miguel Tellado, quien dijo en la misma sala de prensa de Génova que Sánchez “debería irse de este país en un maletero”. O al lema “que te vote Txapote” que exprimió la derecha durante la doble campaña electoral de este 2023 pese a las críticas de las víctimas del terrorista de ETA. Ni siquiera al “tic patológico” que Feijóo señaló en el presidente del Gobierno.
Ante las contradicciones entre la comunicación del domingo y la defensa de la ética política lanzada el lunes, fuentes de la dirección del PP aseguraron que prevalecen las palabras del portavoz.
Abascal recupera la “derechita cobarde”
En el PP sostienen que la frase de Abascal facilita al PSOE el debate sobre la admisión a trámite de la ley de amnistía, que se votará este martes en el Congreso. Permitirá a Patxi López hacer una intervención “mitinera” en la que mezcle la norma con las palabras del líder de Vox o los disturbios de las últimas semanas en la sede socialista de la calle Ferraz de Madrid.
Desde la dirección del principal partido de la oposición llegan a comparar a Vox “con el primer Podemos”, el que “hablaba de que el miedo tenía que cambiar de bando”. En opinión de los dirigentes del PP, la famosa frase de Pablo Iglesias es asimilable a que Abascal vaticinara para Sánchez el mismo final que tuvo el dictador fascista italiano Benito Mussolini.
En las últimas semanas Vox ha levantado el tono contra su socio de gobierno en comunidades y ayuntamientos, aunque sin atreverse a romper esas coaliciones. De hecho, en el PP sostienen que el enfado de la extrema derecha tiene más que ver con que los de Feijóo no cedieron la presidencia de ninguna de las comisiones parlamentarias que han logrado.
En un tuit, Abascal calificó al PP como “nostálgicos de la derechita cobarde”, un término que Vox acuñó contra Pablo Casado cuando este intentó marcar distancias con la extrema derecha. “Mejor un muro frente al golpe que sentarse con los golpistas a negociar políticas, comisiones y sillones”, zanjó en su mensaje de respuesta.
Gobierno ausente
El debate de este martes se celebrará con la previsible ausencia de todo o buena parte del Gobierno. Pedro Sánchez volará tras el Consejo de Ministros hacia Estrasburgo, donde el miércoles interviene en el Parlamento Europeo para cerrar el semestre de presidencia española de la UE.
El resto del Gabinete tendrá que asistir en el Senado a la primera sesión de control de la legislatura al actual Gobierno. En la Cámara Alta también se debatirá sobre la amnistía, pero el foco mediático estará dividido entre ambas instituciones en lugar de centrarse en uno solo.
Este mismo martes se deberá votar en el Congreso la admisión a trámite de la ley de amnistía, que pasará después a estudiarse en comisión para una tramitación urgente que acortará los plazos al máximo.
Pero se votará también la creación de tres comisiones de investigación que forman parte del acuerdo de investidura entre Pedro Sánchez y los partidos independentistas. La primera versará sobre “la denominada ‘Operación Cataluña’ y las actuaciones del Ministerio del Interior durante los gobiernos del Partido Popular en relación con las presuntas irregularidades que vinculan a altos cargos y mandos policiales con la existencia de una trama parapolicial”. En el mismo sentido se debatirá y votará sobre una investigación parlamentaria “sobre el espionaje e intromisión a la privacidad e intimidad, a través de los malware Pegasus y Candiru, a líderes políticos, activistas, abogados, periodistas, instituciones y sus familiares y allegados”. Y por último, “sobre el derecho a saber la verdad y las implicaciones derivadas de los atentados de Barcelona y Cambrils del 17 de agosto de 2017”.
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