ERC desbloquea la investidura de Sánchez a la espera de Coalición Canaria y BNG

Ambas partes respiran con alivio. Seis semanas después de que PSOE y ERC se sentaran a negociar un acuerdo que permitiera la investidura de Pedro Sánchez gracias a la abstención de los trece diputados republicanos, el máximo órgano entre congresos de la formación independentista ha avalado el pacto. No obstante, una vez que los equipos negociadores pulieron los flecos y Oriol Junqueras dio el visto bueno al texto que ratificó la dirección republicana, los socialistas dieron por hecho que la votación sería exitosa y Meritxell Batet anunció el Pleno para los días 4, 5 y 7 de enero. Salvo sorpresa mayúscula, el próximo martes Sánchez recibirá la confianza del Congreso con la mayoría simple de los votos (más síes que noes), pero con una distancia muy ajustada. Con los actuales acuerdos cerrados, Sánchez necesita la abstención de al menos una de las formaciones que está pendiente: BNG o Coalición Canaria. 

ERC ha celebrado este jueves el Consell Nacional que ha avalado el acuerdo, pero el camino ya había quedado expedito el pasado lunes, cuando la Ejecutiva ampliada aceptó la abstención a falta del pronunciamiento definitivo del Consell. “Somos escépticos y no queremos ser ingenuos, nos cuesta creer en el PSOE y en Gobierno, pero creemos que es una oportunidad para el independentismo que queremos aprovechar”, expresó la portavoz, Marta Vilalta, tras la reunión de la dirección. Los socialistas lo ratificarán en una reunión de la Ejecutiva este viernes a las 10 horas.

El pacto conlleva la puesta en marcha de una mesa de negociación entre el Gobierno y la Generalitat en la que el PSOE se abre a debatir “todas las propuestas” sobre el futuro de Catalunya. Con la redacción del texto queda claro que los socialistas hablarán del derecho a la autodeterminación al que ERC no renuncia. No obstante, el partido de Sánchez siempre ha rechazado esa salida. La pretensión es que los trabajos comiencen 15 días después de que se forme el Gobierno. Las conclusiones de ese proceso para la resolución del “conflicto político” se someterán a consulta ciudadana en Catalunya. Los socialistas darán el visto bueno en una reunión de la Ejecutiva este viernes a las 10 horas.

A pesar de que PSOE y ERC aseguran en su escrito que se trata una “oportunidad de desbloquear y encauzar el conflicto político sobre el futuro de Catalunya y establecer las bases para su resolución”, el presidente de la Generalitat, Quim Torra se ha revuelto contra el acuerdo de sus socios del Govern. Así, ha reclamado explicaciones a su vicepresidente, Pere Aragonès, y le ha reprendido por involucrar a todo el Ejecutivo catalán en un acuerdo con el PSOE que él no asume ni encuentra vinculante.

Además, JxCat –que votará en contra de la investidura al igual que la CUP– ha amenazado con un anticipo electoral si la Junta Electoral Central inhabilita a Torra en cumplimiento de la sentencia por desobediencia por mantener los lazos amarillos en edificios públicos de la Generalitat durante la campaña. Esa decisión está prevista para este viernes, la víspera de que arranque el debate de investidura, pero ERC considera que no supone un problema porque, aunque ese organismo se pronuncie a favor de la suspensión de Torra, no será inmediata y cabrá la interposición de recursos.

Una investidura muy ajustada

Sánchez va sumando los apoyos que necesita para la investidura. Tras el 'sí' del PNV y Más País, lo ha confirmado Compromís y Nueva Canarias a partir de sendos acuerdos que han alcanzado sus parlamentarios con los socialistas. También Teruel Existe ha alcanzado un acuerdo que firmará este viernes la vicesecretaria general, Adriana Lastra. La dirección de Coalición Canaria, que tiene una representante, decidirá la posición de su voto este viernes. El PRC, que fue el único apoyo que Sánchez logró sumar en julio, ha decidido votar en contra tras hacerse público el acuerdo con ERC. 

Ese 'no' achica la mayoría, pero no impide la investidura. Con los 166 síes que ya ha conseguido Sánchez y las 18 abstenciones de ERC y Bildu (cuyos militantes tienen que suscribir), es necesaria la abstención de BNG o Coalición Canaria para que salga adelante. El BNG ha dicho en las últimas horas que aún está lejos de dar su apoyo. La dirección de Coalición Canaria decide este viernes la posición. Sánchez está convencido de que los minoritarios no bloquearán la legislatura. 

Mientras tanto, la derecha ha comenzado ya una guerra de desgaste contra el futuro Gobierno. El PP no ha esperado y el primer día laborable de 2020 ha salido al ataque contra Sánchez. El número dos, Teodoro García-Egea le ha acusado de “ser presidente con los votos de los que agredieron a los guardias civiles” en Alsasua. Vox ha calificado la coalición PSOE-Unidas Podemos de “Gobierno traidor”.

Inés Arrimadas, por su parte, ha anunciado una ronda de llamadas a los presidentes autonómicos socialistas para que frenen el acuerdo de Sánchez con los nacionalistas. La respuesta de los barones del PSOE no se ha hecho esperar. El primero en replicar ha sido el extremeño Guillermo Fernández Vara: “Lo tiene muy fácil. En vez de llamar tanto, que vote a favor de la investidura de Pedro Sánchez y asunto resuelto”. A él le han seguido la mayoría de jefes de ejecutivos regionales y los líderes territoriales, entre ellas Susana Díaz, que fue la más beligerante contra un entendimiento que incluyera a los independentistas hace tres años.

A pesar de que el pacto con ERC provoca discrepancias y reticencias internas –algunas de ellas expresadas públicamente por dirigentes como Javier Lambán o Emiliano García-Page–, no habrá una revuelta interna contra el candidato socialista como en 2016. Tras la victoria en las primarias de 2017, Sánchez se hizo con un PSOE sin contrapesos.