El ciclo electoral que arrancará en mayo de 2023 con las autonómicas y municipales va a pillar a la izquierda en su enésimo ejercicio de refundación. Inmersa en el bautizado “proceso de escucha” de la plataforma Sumar con el horizonte de las generales, la propia Yolanda Díaz ya ha confirmado públicamente que su proyecto “no llega” a los comicios de mayo. Y los principales actores políticos del espacio Unidas Podemos acusan el desgaste de una convivencia especialmente tensionada desde la convocatoria en Andalucía el pasado mes de junio.
En ese contexto, quien ha movido la primera ficha es Podemos. La formación ya anunció hace algunas semanas que ponía a trabajar a su comité electoral para ir perfilando unas candidaturas autonómicas y municipales y se ha apresurado a concretarlas este mismo lunes en el caso de Madrid. El partido dirigido por Ione Belarra ha oficializado que la apuesta para el ayuntamiento de la capital de España es el exatleta Roberto Sotomayor y para la Comunidad, la abogada, activista por el derecho a la vivienda y actual diputada, Alejandra Jacinto.
Desde la dirección del partido niegan que este paso signifique rechazar la posibilidad de un acuerdo con otras formaciones e incluso definen a Sotomayor y Jacinto como dos perfiles “muy confluenciables”. El mensaje público y oficial que se traslada es que la ambición sería incluso poder llegar a un acuerdo con Más Madrid, una opción que de puertas hacia adentro nadie considera realista principalmente por la explícita negativa de los de Mónica García.
En realidad, ni siquiera existen garantías a estas alturas de que se pueda reeditar la fórmula de Unidas Podemos para confluir con Izquierda Unida, que también organizará su propio proceso interno de elección de candidatos en los próximos meses. Un escenario que recuerda a la hoja de ruta que siguieron las izquierdas en Andalucía y que estuvo a punto de descarrilar en el último minuto (Podemos, de hecho, no llegó a tiempo al registro para confluir con la marca Por Andalucía junto a la propia Izquierda Unida, Más País y otras formaciones andaluzas). El último episodio de desavenencias ha tenido lugar en el parlamento andaluz en las últimas horas, donde Más País e Iu sumaron sus votos para expulsar a Podemos de la Mesa de la Cámara.
Los de Belarra explican que pisan el acelerador de sus listas y sus candidaturas “por responsabilidad” tras el anuncio de Yolanda Díaz de que no llega con Sumar a las autonómicas y municipales. “Es un curso político muy importante y el espacio necesita mostrar que está activo de cara a mayo. Podemos no puede no presentarse a esas elecciones”, sostienen fuentes de la dirección del partido. Cuestionadas por la posibilidad de presentarse en solitario en lugares en los que ni siquiera sea posible la alianza con Izquierda Unida, esas mismas fuentes sostienen que la intención es reeditar la fórmula de coalición de Unidas Podemos “en todos los sitios donde sea posible”, para lo que dirigentes de ambas formaciones mantienen contactos, aunque nadie se atreva a descartar ningún escenario.
“Sería un fracaso tremebundo que fuéramos por separado”, defienden fuentes de Izquierda Unida Madrid preguntadas al respecto. Desde la formación liderada por Alberto Garzón muestra su “máximo respeto” por los procesos internos de elaboración de listas de Podemos, aunque no esconden que lo más conveniente, a su juicio, es que anuncios como los de este lunes se hubieran producido tras “un diálogo previo y una mayor sincronización de los tiempos entre ambas formaciones”. En IU confían en que aún queda suficiente tiempo hasta las elecciones para “hacer las cosas bien y para que todos seamos generosos”, evitando “espectáculos” que la ciudadanía “ya no nos perdonaría”.
La amenaza del 5%
Aun así, fuentes de la coalición de izquierdas reconocen su preocupación porque incluso la fórmula de Unidas Podemos corra el riesgo en plazas como la Comunidad de Madrid de quedar fuera de la Asamblea al no alcanzar el 5%, una amenaza que cobraría más fuerza en el caso de que Izquierda Unida y Podemos se presentaran por separado y elevasen hasta tres el número de candidaturas a la izquierda del PSOE. En ese contexto, hay quien en Izquierda Unida baraja de manera discreta desde hace algún tiempo la posibilidad de confluir con Más Madrid y no con Podemos, una fórmula que ya se ha producido en algunos municipios madrileños. Sin embargo, los contactos informales en ese sentido no han fructificado y todas las partes coinciden en que se trata de una posibilidad “remota” con muy pocos visos de prosperar.
Desde Más Madrid, donde trabajan con un tándem formado por Mónica García como candidata a la Comunidad y Rita Maestre al Ayuntamiento, son explícitos en el portazo a cualquier posibilidad de unificación de listas con Podemos. Preguntada al respecto, la propia Mónica García dejaba clara su postura este lunes tras el debate sobre el estado de la región. “En el Ayuntamiento de Madrid está claro quién trabaja desde hace años haciendo una oposición y una alternativa realista a Almeida y esa es Rita Maestre, es Más Madrid”, aseguró.
La líder de Más Madrid remarcó que son ellos quienes llevan años “yendo por los barrios y proponiendo soluciones. Nosotros, en vez de poner pegatinas en el suelo, proponemos soluciones en los colegios, a los atascos, a falta de viviendas accesibles… Nosotros vamos a seguir trabajando independientemente de lo que hagan el resto de partidos políticos”, concluyó. De momento, la previsión es que pueda haber tres listas a la izquierda del PSOE: Podemos, Más Madrid y Recupera Madrid (formada por dos ediles escindidos de Más Madrid que han anunciado un plan para presentarse como agrupación de electores).
Pese a ello en Más Madrid son optimistas y creen que su tendencia al alza durante los últimos años y que les ha llevado a ser segunda fuerza en la Comunidad de Madrid y a liderar la oposición a Isabel Díaz Ayuso adelantando incluso al PSOE, hace poco conveniente experimentos en forma de coaliciones o “sumas de siglas” que diluyan un proyecto ya consolidado y “con las velas desplegadas”.
Durante las próximas semanas Podemos seguirá anunciando candidaturas en los distintos territorios, un proceso que en Izquierda Unida aún se retrasará algún tiempo. La casuística de cada autonomía y cada municipio es tan variada que hace inviable predecir incluso a los propios dirigentes de ambas formaciones si la norma será la confluencia o, por el contrario, el divorcio.