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Estado aconfesional, funeral católico

Los Príncipes asistieron al funeral de las víctimas del tren en Santiago. Fotografía: EFE

Juan Luis Fernández López

La celebración de funerales de Estado oficiados por sacerdotes sigue siendo una práctica habitual en nuestro país. La imagen de los príncipes de Asturias en puesto destacado durante la liturgia en honor a los fallecidos del accidente del tren Alvia en Galicia fue, para algunos colectivos, la demostración de que queda un largo camino que recorrer en cuanto a aconfesionalidad se refiere. “Pensamos que un funeral civil, sin presencia de ninguna religión, se podía haber celebrado perfectamente”, afirma Francisco Delgado, presidente de Europa Laica. A su juicio “los funerales oficiales no pueden ser exclusivamente católicos, salvo que todas las familias así lo pidan”.

En el sentido señalado por Delgado se pronunciaba la Ley de Libertad Religiosa, uno de los proyectos que el Gobierno de Zapatero guardó en el cajón de las promesas incumplidas. De haberse aprobado los funerales oficiales tendrían que ser civiles, salvo deseo contrario de las familias. También recogía la posibilidad de celebrar ceremonias multiconfesionales. “Hubiera sido un gran avance. En España se echa en falta una mayor garantía del derecho de libertad de conciencia. La voluntad de familiares y fallecidos se haya desprotegida”, señala el presidente de Europa Laica. Unos funerales que representen todos, y no sólo a una mayoría, sería la solución. “Ello no impediría que la familia celebrase un funeral religioso en el ámbito privado”, concluye Delgado.

Situación en otros países

El propio Francisco Delgado reconoce que “no podemos decir que en otros países los funerales oficiales se celebren de una manera muy distinta. La religión tiende a mezclarse con la política y el Estado”. Algunos estados ya han previsto fórmulas que respetan la pluralidad de religiones presentes en sus sociedades. Ese es el caso de los funerales multiconfesionales.

Reino Unido. A pesar de la escasa presencia pública de la religión en la vida pública inglesa, el Reino Unido es un Estado confesional, ya que se identifica con el cristianismo anglicano. La reina de Inglaterra es la cabeza de la Iglesia anglicana. El funeral en la catedral de San Pablo en memoria de las víctimas de los atentados del 7J de 2005 fue oficiado por el arzobispo de Canterbury, aunque de forma simbólica se hizo una mención especial a todos los afectados que profesaban otra religión.

Noruega. El país nórdico es otro ejemplo donde el confesionalismo ha sido protagonista durante siglos. Allí, en honor a las víctimas del atentado de Oslo de 2011, se realizó un oficio religioso luterano con presencia de la familia real y de las autoridades del Estado en la catedral de la capital. Desde el pasado año Noruega pasa a ser un país secular, donde la Iglesia se halla separada del Estado, como indica un artículo del National Post.

Italia. El caso italiano podría considerarse similar al español. A pesar del concordato de 1984, que ponía fin a la confesionalidad del estado, los funerales oficiales son en exclusividad católicos. Un ejemplo es la litigia oficiada por el cardenal secretario de Estado del Vaticano en L'Aquila, con motivo del terremoto que se saldó con casi 290 fallecidos y que contó con la presencia de las autoridades políticas.

Alemania. Las 21 víctimas de la tragedia del festival “Loveparade” fueron honradas en 2010 mediante una ceremonia oficial interconfesional. Tanto la Iglesia Evangélica como la Católica fueron las encargadas de oficiar la misa.

Francia. Notre Dame acogió la ceremonia en honor a las 228 víctimas del Airbus de Air France que desapareció en el océano Atlántico en 2009. A pesar de su carácter religioso, el acto fue oficiado conjuntamente por el cardenal de París, André Vingt-Trois; el gran rabino, Ham Korsia; el presidente del consejo francés de culto musulmán, Mohamed Moussaoui; el pastor protestante Claude Baty y el presidente de la Asamblea de Obispos Ortodoxos, el Monseñor Emmanuel.

Estados Unidos. La diversidad de la sociedad norteamericana motiva que la mayoría de los funerales oficiales se desarrollen en presencia de representantes de distintas confesiones. Además, la separación entre el Estado y la Iglesia es uno de los preceptos constitucionales. Fiel ejemplo de ello es la ceremonia por las víctimas del atentado del 11S. La catedral de Washington acogió un funeral al que acudieron el imán Muzammil Siddiqi, el rabino Joshua Haberman y el evangelista Billy Graham. Una práctica que se ha repetido en recientes tragedias como la de Newtown o Boston. En ambos casos el presidente Barack Obama acudió a un acto multiconfesional, tal y como recoge ABC.

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