Más de la mitad de los diputados que han acabado esta legislatura dicen adiós al Congreso de forma definitiva porque sus nombres no aparecerán en las papeletas de las elecciones del 28 de abril. Dentro del partido, para algunos es una profunda renovación y para otros una muestra más de “purga” fruto del “sectarismo” de Pedro Sánchez tras su victoria en las primarias de 2017.
A falta de la celebración este jueves y este viernes de la Comisión Federal de Listas que verá una por una las candidaturas al Congreso, el Senado, los parlamentos autonómicos y grandes municipios, al menos 44 de los 84 diputados socialistas no repetirán. Algunos anunciaron hace tiempo su intención de marcharse –en muchos casos tras la victoria de Sánchez frente a Susana Díaz–, otros se han visto obligados a dar un paso atrás en el proceso de elaboración de las listas y a otros les han apartado.
Sánchez ha querido hacer un grupo parlamentario a su medida después de que la anterior legislatura tuviera al grueso de diputados en su contra. En las últimas generales no pudo apenas meter mano en las listas –más allá de casos puntuales en Castilla y León y Madrid–. Ahora el poder del presidente es prácticamente plenipotenciario y ha conseguido colocar a todos los ministros –excepto a Nadia Calviño que mostró reticencias– como cabezas de lista en distintas circunscripciones y también a buena parte de los miembros de su Ejecutiva.
Esa decisión ha desplazado, en algunos casos, a actuales diputados que repetirán en las papeletas pero que se arriesgan a no obtener escaño –como Juan Jiménez en Almería, donde encabezará la lista el ministro de Cultura, José Guirao, o en Tenerife, donde el responsable de Internacional y director general de Turespaña, Héctor Gómez, encabecerá la candidatura en detrimento de la actual parlamentaria Tamara Raya–. En la dirección del PSOE están convencidos de que mejorarán su resultado con respecto a 2016 y que, por tanto, habrá más actas que recoger.
Pero las designaciones de Sánchez han expulsado del Congreso directamente a algunos diputados, como el alavés Javier Lasarte, que será sustituido por la portavoz del Gobierno, Isabel Celaá, o al representante por Ávila Pedro Muñoz, desbancado por Margarita Robles. El delegado del Gobierno en Castilla-La Mancha, Manuel González, repite como cabeza de lista y aparta a Soledad Velasco, que le sucedió cuando tomó posesión este verano. El hombre fuerte de Sánchez en Ferraz en ausencia de José Luis Ábalos, Santos Cerdán, también deja fuera al diputado navarro Jesús María Fernández.
Otros han encontrado un plan B, como Pablo Bellido, a quien sucederá la titular de Trabajo, Magdalena Valerio, por Guadalajara. A pesar de que él fue el más votado en las asambleas, llegó a un acuerdo por el que cede su lugar a Valerio y se marcha a las Cortes de Castilla-La Mancha a partir del 26 de mayo. Ferraz tenía la determinación de modificar esa candidatura si la federación mantenía el pulso. En Barcelona, Paco Polo, uno de los fichajes estrella de Sánchez para su dirección, será el número dos de Meritxell Batet. Manuel Cruz, que ocupó ese puesto hace tres años se va al Senado. También el diputado por Castellón Artemi Rallo probará suerte en la Cámara Alta y cederá el testigo como número uno de la circunscripción a Susana Ros.
Cuando Sánchez convocó las elecciones, comenzó una cascada de despedidas del grupo parlamentario, como Soraya Rodríguez, que reconoció que no repetiría. “No es una sorpresa para nadie”, reconoció la entonces diputada en referencia a sus desavenencias con la dirección del partido desde antes incluso de las primarias. Tras su adiós al Parlamento, rompió el carné del PSOE y no ha descartado irse a Bruselas de la mano de Ciudadanos. Otro de los diputados que manifestó más críticas contra la dirección, el expresidente manchego José María Barreda, también anunció entonces su marcha. Su compañera de papeleta, Isabel Rodríguez, abandona el Congreso porque es la candidata a la alcaldía de Puertollano.
Al menos once diputados andaluces fuera
Once de los veinte diputados andaluces no figurarán en las candidaturas del Congreso esta vez –y el número puede aumentar en la Comisión Federal de Listas–. Dos de ellos, Micaela Navarro y Miguel Ángel Heredia aspirarán a un escaño en el Senado. Ferraz logró un acuerdo con cuatro provincias andaluzas, pero las otras cuatro están en el aire. La dirección del PSOE, por ejemplo, quiere sacar a Antonio Pradas, que fue el más respaldado por los militantes en Sevilla, y mandarlo al Senado. Él fue el encargado de llevar a Ferraz las 17 firmas con las que los críticos pretendieron descabalgar a Sánchez de la Secretaría General en 2016. También las listas de Teruel y Zaragoza están en la cuerda floja: la dirección de Sánchez tiene la determinación de apartar a Ignacio Urquizu y sustituir a Óscar Galeano por el actual Alto Comisionado para la pobreza infantil.
Las rencillas no se han superado en el PSOE tras la mayor guerra que ha atravesado en los últimos años. El antes y el después que supuso la batalla entre Susana Díaz y Pedro Sánchez tendrá también su reflejo en las listas electorales. El diputado Ricardo Lastra, que fue miembro de la gestora que pilotó el partido tras la dimisión de Sánchez y que condujo a la abstención para permitir gobernar a Mariano Rajoy, se ha quedado fuera.
Sánchez despide a su pasado
Pero más llamativa es la ausencia de quienes fueron los pesos pesados del PSOE en la primera etapa de Sánchez al frente del partido. El que fue secretario de Organización, César Luena, ya no estará en el Congreso. A Ferraz no le incomodaba su presencia, pero la federación de La Rioja tenía problemas para la configuración de las candidaturas y dio un paso atrás.
La salida que estaba clara desde hace tiempo es la de Antonio Hernando, que fue el número tres de la lista que encabezó Sánchez, pero dimitió como portavoz parlamentario cuando ganó las primarias frente a Susana Díaz. Tampoco María González Veracruz repetirá en esta ocasión.
Se queda fuera también Ángeles Álvarez, que apoyó a Sánchez frente a Eduardo Madina pero luego se posicionó con Susana Díaz, tendrá espacio en el nuevo grupo parlamentario. La inclusión por Madrid incluye a Carmen Calvo y las ministras Teresa Ribera, Dolores Delgado y Reyes Maroto, a quienes siguen Beatriz Corredor e Isaura Leal han dejado fuera a la actual diputada Carlota Merchán. Zaida Cantera, que fue uno de los fichajes estrella de Sánchez en 2016, queda relegada al duodécimo puesto –los socialistas obtuvieron ocho escaños en los últimos comicios–.
La renovación de las listas en Extremadura es casi total. Solo repite el actual diputado cacereño César Ramos. En Galicia se renuevan los cabeza de cartel de tres circunscripciones y solo repite Pilar Cancela, que fue secretaria de Organización del PSdeG y ahora forma parte de la dirección de Sánchez. El diputado Guillermo Meijón repite tras haber estado en la cuerda floja. Además del cambio total de la papeleta de Ciudad Real por las bajas de Barreda y Rodríguez, en Toledo el PSOE también lleva una reposición del 100%.
La confección de las listas electorales también ha dejado fuera al veterano diputado Ciprià Císcar, que lo intentó hasta el último momento pero finalmente tiró la toalla tras ocho legislaturas en el Congreso. En esta ocasión, Sánchez ha prescindido de José Enrique Serrano, que fue jefe de gabinete de Felipe González y José Luis Rodríguez Zapatero en Moncloa. En 2016, el hoy presidente le llevó como número nueve de su lista y entró en el Parlamento cuando Eduardo Madina renunció a su acta. A pesar de que en un inicio el líder socialista le tuvo en gran consideración e incluso fue uno de los negociadores en el primer intento de Sánchez por llegar a la presidencia, esta vez no repetirá.