Madrid, 5 nov (EFE).- Miembros del PP de Madrid afines a la presidenta madrileña, Isabel Díaz Ayuso, quieren que sean los militantes los que tengan la última palabra en el congreso autonómico para poder hacerse con el control del partido ante un posible contrincante alternativo de Génova.
Según ha podido confirmar Efe y ha adelantado la Cadena Ser, la intención es que prevalezca el precedente de la fórmula que se utilizó durante el congreso de 2017 que eligió a Cristina Cifuentes como presidenta del partido de 'un militante un voto' frente al sistema de compromisarios, para que haya primarias abiertas a la militancia.
Los actuales estatutos del PP combinan el voto de los afiliados y el de los compromisarios, de forma que en primera vuelta eligen los afiliados y solo se llega con más de un candidato a la segunda, la de los compromisarios, si el candidato no obtiene más del 50 % de los votos o si no adelanta en un 15 % a su adversario.
Sin embargo, en estos estatutos también figura una fórmula que permitiría establecer un sistema donde el cien por cien de los afiliados fuesen compromisarios, o lo que es lo mismo, un sistema de un militante, un voto, en ambas vueltas.
Es la Junta Directiva regional la que tiene la potestad de decidir el número de compromisarios o si convierte a todos los afiliados en compromisarios, según figura en el artículo 33.2 de los estatutos del PP. Y la última reunión de última Junta Directiva madrileña finalizó con visiones contrapuestas sobre qué sector -el de los afines a Díaz Ayuso o el de los cercanos a Génova- tiene a día de hoy la mayoría.
El sistema tiene importancia porque, salvo que todos los afiliados lo fuesen, para ser elegido compromisario hay que someterse a una elección con lista abierta en la circunscripción que fije, de nuevo, la Junta Directiva y en este proceso pesa mucho más el rol que juega el aparato, actualmente en manos de la dirección nacional.
Con los estatutos y el escenario de unas hipotéticas primarias, donde Ayuso podría enfrentarse al alcalde de Madrid, José Luis Martínez-Almeida -quien no ha descartado aún su intención de presentar su candidatura-, la presidenta regional podría tener más complicado hacerse con el control del partido autonómico.
Si no saca más del 50 % de los apoyos o adelanta por más de un 15 % a su adversario en segundo término elegirían los compromisarios, podría llegar a perder la batalla por el PP de Madrid.
Una situación que ya se vivió en las primarias del PP nacional tras la marcha de Mariano Rajoy, cuando Soraya Saénz de Santamaría ganó en la votación de los afiliados, pero Pablo Casado se impuso en segunda vuelta tras inclinarse por él los afines a Dolores de Cospedal o lo que es lo mismo, el aparato.