Consciente de que el PP “no está ni mucho menos en su mejor momento”, e inquieta por el auge de Podemos, que teme que desestabilice la democracia, Esperanza Aguirre afirma que estas dos circunstancias no le permitían ponerse “de perfil” ante las elecciones de mayo pese a su paso atrás hace dos años.
“Yo no pensaba volver, la verdad”, asegura la presidenta del PP de Madrid en una entrevista con Efe en la que reitera que, de 2012 a 2014, la situación en España “se ha deteriorado de tal manera” que, sumado a la “peligrosa” irrupción del partido de Pablo Iglesias, le ha hecho dar un paso al frente. “No era el momento de que me pusiera de perfil, justamente cuando vienen mal dadas es cuando hay que ser valientes”, afirma.
Inmersa de nuevo en campaña, la candidata a la Alcaldía de Madrid quiere dejar atrás los comentarios sobre su designación o el cruce de declaraciones con Génova dos días después de su nombramiento, a cuenta de la exigencia del PP nacional de que, si es elegida alcaldesa, dejaría la dirección del PP regional.
De hecho, niega ser una china en el zapato de presidente del PP. “¿Qué discrepancias? Es que no he mostrado ninguna”, subraya, antes de apuntar que su “disgusto” por la subida de impuestos que llevó a cabo el Gobierno central fue “equiparable al de Mariano Rajoy”.
“Otra cosa es que a él el señor Montoro (ministro de Hacienda) le haya convencido de que era necesario, pero a mí no me ha convencido. Creo que los impuestos bajos garantizan que suba la recaudación”, argumenta. Así lo hizo, recuerda, el gobierno de José María Aznar, del que se siente “orgullosa” de haber pertenecido. “Creo que hicimos una magnífica gestión a pesar de estar en minoría”, manifiesta.
Precisamente Aznar es una de las personas que le gustaría que participase en su campaña electoral -“Tiene muchos viajes, todavía no me ha contestado”, dice-, igual que María San Gil y otras personalidades “de dentro y de fuera del partido”.
“Si hay propuestas de Ahora Madrid aceptables, ¿por qué no?”
Y una vez que se celebren las elecciones, si las gana, tocará sentarse a administrar un Ayuntamiento que no desea que se convierta en un “miniparlamento”, sino que sea una administración al servicio de los ciudadanos. Por eso no quiere hablar de pactos, sino de iniciativas, y “si hay propuestas de Ahora Madrid (marca que incluye a Podemos) que son aceptables, ¿por qué no?”, se pregunta.
Ese “ayuntamiento pequeño para una gran ciudad”, al servicio de los ciudadanos, va a ser la máxima que presida su gestión, si es alcaldesa, dejando a un lado los debates parlamentarios que, a su juicio, deben quedar para otros foros, y centrarse en resolver los problemas de todos. “Y cuando digo todos, son todos”.
“Que madrid, que es esa ciudad abierta, acogedora, libre, una de las ciudades mejores del mundo, sea eso: más libre, más abierta, más próspera, más limpia y más verde”, promete.