Una vez que Mariano Rajoy le ha dicho a Felipe VI que ahora no tiene los respaldos suficientes, el monarca empezará una nueva ronda de contactos para que los candidatos expliquen si tienen nuevos apoyos para ser investidos.
En caso de que algún candidato logre en estos días una mayoría de votos a favor, se presentará ante el rey como candidato. Es decir, Rajoy, aunque haya declinado la opción, puede lograr esa mayoría. De hecho, el presidente de los populares ha reiterado que propone un “acuerdo con PSOE y Ciudadanos” ya que daría “un buen mensaje a los inversores y de tranquilidad a los mercados”, mientras que el mensaje que ofrecería Sánchez “no tendría una cierta coherencia que fije unos objetivos y acuerde algunas medidas”. Rajoy no ha hecho mención alguna a la ciudadanía, solo a los mercados e inversores. A pesar de las críticas al líder socialista, el presidente en funciones ha insistido que “voy a seguir intentando hablar con el señor Sánchez”, aunque tiene la sensación de que el secretario general del PSOE “prefiere hablar con Podemos”.
Rajoy será presidente si...
El presidente en funciones mantendrá el despacho en La Moncloa si en los próximos días, antes de que el Rey le llame de nuevo, logra atar el respaldo de la mayoría de la Cámara. Es decir, si logra en el Congreso más votos a favor que en contra de su investidura. Para conseguir esto necesita, cuando menos, la abstención del PSOE y el apoyo de Ciudadanos. No obstante, el presidente popular ya ha dicho varias veces que su opción preferida sería la conocida como la 'Gran coalición' en la que el PP formase Gobierno con el PSOE y Ciudadanos. Según Rajoy, “daría un mensaje de tranquilidad a los mercados e inversores y pondría en marcha las reformas que el país necesita”. Lo malo para Rajoy es que Sánchez, y en esta ocasión amparado por su partido, ha reiterado que no facilitarán bajo ningún concepto la investidura del todavía presidente.
Sánchez será presidente si...
La retirada de la candidatura de Rajoy puede conseguir, al mismo tiempo, que la propuesta de acuerdo que ha hecho Podemos al PSOE de Pedro Sánchez se acelere y se cierre en los próximos días. Lo que daría la Presidencia al socialista en coalición, al menos, con el partido de Pablo Iglesias y las confluencias, además de IU.
Para alcanzar La Moncloa, Sánchez puede pactar con Podemos y el resto de partidos de la izquierda o buscar una alianza con Ciudadanos y esperar la abstención de los grupos de la izquierda. Ambas opciones son tanto matemática como políticamente posibles, pero cuentan con varios escollos.
La opción PSOE, Podemos e IU tiene en contra a la vieja guardia socialista, además de a los seguidores de Susana Díaz -Edu Madina incluído- y a la totalidad de los grupos de presión tradicionales. Pero, en cambio, está bien vista por la mayoría de los votantes de ambos partidos.
Por contra, la suma de los socialistas y Ciudadanos, tras el ofrecimiento de Podemos, se complica ya que los de Iglesias tendrían difícil abstenerse en una investidura de Sánchez después de que este les diese calabazas.
En todo este galimatías hay dos cosas claras: Sánchez tiene la decisión sobre el futuro inquilino de La Moncloa más cerca que Rajoy ya que tiene la opción de recabar el apoyo de los partidos que están a su izquierda para ser presidente o para tumbar la candidatura de Rajoy. El popular, en cambio, necesita al PSOE para repetir mandato.
Pinza a Sánchez
Al mismo tiempo, el secretario general de los socialistas tiene una pinza de dimensiones siderales sobre su cabeza: Rajoy y toda su maquinaria para alcanzar un gobierno que consideren estable 'los mercados'; Iglesias y gran parte del electorado progresista para provocar un cambio profundo en la forma de hacer política; y amplios y poderosos sectores de su propio partido que tiemblan ante la opción de que Pedro Sánchez alcance la Presidencia junto a Podemos con todo lo que consideran que conllevaría tanto fuera como, especialmente, dentro de Ferraz.
En cualquier caso, lo que ha sucedido es un punto y seguido en la configuración del nuevo Gobierno ya que todas las opciones siguen abiertas. Aunque, tras el ofrecimiento de Iglesias, hay más cartas que están ya boca arriba y la victoria de Rajoy se muestra ahora como una puerta abierta a su salida.