Exteriores rompe el techo de cristal de la diplomacia y designa a dos mujeres como embajadoras en Washington y Pekín
El jefe de la diplomacia española, José Manuel Albares, ha decidido dar un salto de gigante en la política exterior feminista y romper el techo de cristal de la diplomacia. Por primera vez en la historia, situará al frente de las dos cancillerías más importantes del mundo, Washington y Pekín, a dos mujeres, según ha podido confirmar elDiario.es de fuentes gubernamentales.
Ángeles Moreno Bau abandonará así su actual puesto como secretaria de Estado para Asuntos Exteriores y Globales (número dos del Ministerio, según el organigrama) para ocuparse de la embajada de España en Washington. Por su parte, Marta Betanzos ocupará la legación española en Pekín, una vez el Gobierno chino conceda el preceptivo plácet, a donde llegará procedente de Lisboa.
Paridad en las Secretarías de Estado
La apuesta por la política exterior feminista de Albares se completará, en el Consejo de Ministros de este martes, con el nombramiento de la diputada Susana Sumelzo como nueva secretaria de Estado para Iberoamérica, el Caribe y el español en el mundo. Con este nombramiento, el ministro mantendrá además la paridad de altos cargos en las Secretarías de Estado, tras la designación hace unas semanas de Eva Granados, como secretaria de Estado de Cooperación Internacional. A estos nombramientos hay que añadir la designación como embajadora en Misión Especial para la Política Exterior Feminista a María Jesús Conde Zabala, un puesto de nueva creación del ministro Albares tras su llegada al ministerio en julio de 2021.
Esta línea política resulta especialmente destacable en un colectivo profesional donde la gran mayoría de puestos de relevancia han sido tradicionalmente ocupados por hombres. En la actualidad, casi el 70% de los diplomáticos son hombres y solo una de cada cuatro (el 24%) embajadores es mujer. Además, también con Albares al frente de Exteriores, la promoción de diplomáticos de 2022 fue la primera de la historia paritaria entre mujeres y hombres (catorce por cada sexo). Una feminización de la carrera diplomática que ha seguido avanzando en la última promoción, (la número 74), ya que por primera vez ha habido más mujeres que hombres: 21 frente a 14. Las mujeres representan el 60% y los hombres el 40% de los nuevos diplomáticos.
En la década de los años setenta, las mujeres representaban apenas un 5% del total de los aspirantes aprobados en la carrera diplomática. Según los datos aportados por el Tribunal de Cuentas, tan sólo en 9 de las 33 promociones que ingresaron entre 1985 y 2019 (esto es, en un 27% del total) las mujeres llegaron a alcanzar o superar el 40% de los aprobados. El giro hacia porcentajes paritarios se registra a partir de 2016 pero sólo a partir de 2020 se alcanza y rebasa el umbral del 50%.
La 74ª promoción de la carrera diplomática de España (2021-2022) fue la primera en la que el número de mujeres aprobadas superó al de hombres, 21 y 14 respectivamente. Esto se ha repetido en la última promoción hasta la fecha, la 75ª (2022-2023), en la que aprobaron 16 mujeres y 12 hombres. Asimismo, en la convocatoria, correspondiente a la 73ª promoción (2020-2021), la distribución por sexos fue de 50%-50%.
En cuanto a las embajadas y representaciones permanentes de España, de un total de 128, a 18 de marzo de 2023, 31 eran ocupadas por mujeres. El nombramiento de embajadoras desde el año 1985 no ha sido una línea continua ascendente, sino que más bien ha presentado altibajos a lo largo del tiempo.
Más allá de los números, el propio ministro Albares se ha referido a esta línea feminista como “un objetivo transversal” de su política exterior. La cooperación, que da nombre también al Ministerio, es un claro ejemplo de esta línea de acción. “Trabajamos por el empoderamiento político, económico y social de las mujeres en todo el mundo. Combatimos todo tipo de violencias y apostamos por los derechos sexuales y reproductivos de las mujeres”, explican en la Agencia de Cooperación Internacional para el Desarrollo (AECID).
Durante 2022 (último año con datos completos), se incrementaron en un 50% hasta superar el medio millar los proyectos de la AECID dirigidos a asuntos sobre igualdad de género frente a 2021. Unos proyectos que alcanzaron el pasado año los 177 millones de euros frente a los 119 millones del año anterior.
Veinticinco años después de la Conferencia de Bejiing, la consecución de la igualdad real entre hombres y mujeres continúa siendo un reto pendiente. Aunque se han registrado importantes avances en los últimos años, los datos globales alertan de una persistente desigualdad y de un riesgo de retroceso, especialmente tras la pandemia de la COVID 19.
La decisión de avanzar hacia una política exterior feminista nace del liderazgo asumido por España al más alto nivel en los últimos años y del fuerte compromiso político para avanzar en la consecución de la Agenda 2030 y sus Objetivos de Desarrollo Sostenible (ODS). Nuestro país se ha convertido, además, en un referente a nivel internacional, por su marco normativo y sus políticas públicas en ámbitos como la lucha contra la violencia de género, la igualdad en el ámbito laboral y las políticas de conciliación.
El pasado octubre, el ministro de Asuntos Exteriores presentó un Plan de Acción para el periodo 2023-2024 en aplicación de la Guía de Política Exterior Feminista para potenciar resultados concretos en materia de desigualdad y discriminación de género; la igualdad en el servicio exterior; y los mecanismos de interlocución y coordinación entre los diferentes actores. Y se comprometió entonces a seguir impulsando que cada vez más países se sumen a este consenso clave en el desarrollo de nuestras sociedades y en la construcción de la paz. En este sentido, apuntó que el Gobierno de España desarrolla una Política Exterior Feminista que “es una seña de identidad de nuestra política exterior y de nuestra imagen como país progresista, solidario y fiable en el contexto internacional”.
El Plan presentado entonces por el ministro adopta la concepción dual de la Política Exterior Feminista: por un lado, integra la perspectiva de género en todas las acciones de la política exterior y, por otro, desarrolla medidas en torno a las cinco prioridades de España en este ámbito: mujeres, paz y seguridad; derechos humanos; eliminación de la violencia contra las mujeres y las niñas y participación, y empoderamiento económico de las mujeres en todas las esferas de la sociedad.
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