Albert Rivera alimenta una posible convergencia con el PP mientras Inés Arrimadas intenta salvar el partido
La derrota sin paliativos sufrida por Ciudadanos en las elecciones a la Comunidad de Madrid, que contrasta con la euforia desatada en el PP por la arrolladora victoria de Isabel Díaz Ayuso, amenaza de muerte al partido. La dirección que lidera Inés Arrimadas estaba convencida de que había frenado el flujo de deserciones después de la sacudida que sufrieron a raíz de la moción de censura fallida de Murcia y ahora contempla cómo abandonan el barco numerosos cargos públicos atraídos por los llamamientos del PP.
Al anuncio de Marta Rivera de la Cruz de que abandona la militancia a la espera de volver al Gobierno de Isabel Díaz Ayuso, se sumó el pasado viernes la marcha de cuatro de los 18 diputados que tenía Ciudadanos en las Cortes Valencianas y la baja de los cinco concejales del municipio de Vila-Seca (Tarragona). Además, en Baleares tres parlamentarios se han rebelado contra el portavoz del grupo designado por la dirección nacional, que les ha abierto un expediente disciplinario. Mientras, el sector crítico Renovadores Cs ha pedido la dimisión de Arrimadas y recoge firmas para forzar una nueva Asamblea extraordinaria.
Arrimadas, entretanto, guarda silencio ante esta nueva crisis, que se suma a la de Catalunya, y diez días después de la derrota en Madrid sigue sin ofrecer una rueda de prensa, dejando que sean sus 'alfiles' los que den la cara ante los periodistas. Para este viernes se ha anunciado un acto junto a la vicealcaldesa, Begoña Villacís, para inaugurar la exposición sobre el Bosque Metropolitano, que se celebra en el Parque del Retiro de Madrid. La convocatoria no especifica nada más y está por ver si Arrimadas rompe entonces su estruendoso silencio.
Hasta este momento, la líder de Ciudadanos solo ha comparecido ante el Comité Permanente de su partido -el órgano de dirección reducido, formado por algo más de una docena de dirigentes tras su ampliación- para anunciar que está dispuesta a “reflotar el proyecto” en una Convención Política, que celebrarán en julio, porque considera que el “espacio de centro político” que representa Ciudadanos “es más necesario que nunca”.
Fue al día siguiente de las elecciones autonómicas, en una intervención en abierto ante sus compañeros, en la que la líder del partido achacó el fracaso en Madrid a “la polarización de la campaña” sin hacer un análisis más detallado de las causas ni asumir responsabilidades. Por el contrario, premió a Edmundo Bal con una vicesecretaría general pese a que el candidato -que mantiene su cargo en el Congreso- ni siquiera había logrado el 5% mínimo de apoyo necesario para poder mantener la presencia en la Asamblea de Madrid, y destacó su “excelente campaña”. Además, adelantó su intención de visitar en los próximos meses las agrupaciones autonómicas con el fin de palpar el sentir de la militancia -que se les está yendo a chorros-, y pidió a todo el partido “unidad” para afrontar la larga travesía en el desierto que les espera hasta la próxima cita con las urnas, previsiblemente unas elecciones anticipadas en Andalucía, forzadas por el PP para aprovechar el 'efecto Ayuso' y evitar que allí la izquierda se “rearme”. Toda una huida hacia adelante en un momento de máxima incertidumbre sobre el futuro del partido. La líder de Ciudadanos, según fuentes de la dirección, obtuvo el “absoluto respaldo” de todos los asistentes a la reunión.
Rivera no habla de la posible confluencia
Mientras Arrimadas se reserva, quien sí ha salido de nuevo a la palestra, provocando un nuevo terremoto de rumores, ha sido su antecesor, Albert Rivera. Su reaparición fue precisamente en Andalucía, uno de los pocos pactos que quedan vivos entre el PP y Ciudadanos. En un acto en Málaga organizado por Diario Sur, en el que presentó al consejero de Educación y Deporte de la Junta de Andalucía, Javier Imbroda, uno de sus flamantes fichajes en esa comunidad autónoma, Rivera, que actualmente preside un despacho de abogados, ensalzó el trabajo de ese Gobierno de coalición. Lo puso como ejemplo, y pidió a Imbroda que siga “haciendo las cosas bien”.
El expresidente de Ciudadanos no quiso pronunciarse sobre una confluencia del centro derecha entre el partido que él fundó y el PP, un final que cada vez son más los que lo ven como “irremediable”. Pese a su aparente 'prudencia' en un momento tan delicado para Ciudadanos, las acusaciones que lo sitúan detrás de la opa hostil iniciada por la formación de Pablo Casado no cesan. En el partido se da por seguro que el exdirigente político participará en la Convención Nacional del PP, prevista para otoño, lo que se interpreta como el pistoletazo para el desembarco del sector de dirigentes que él reclutó en su día y que ahora están alejados de la línea estratégica de Arrimadas. Sería el inicio de esa confluencia o convergencia entre ambas formaciones políticas tan deseada por Casado, pero al margen de Arrimadas.
La relación entre la dirigente de la formación que se autodenomina “liberal” y el líder del PP se ha deteriorado a lo largo de estos meses al mismo ritmo que ha mejorado con Rivera. Pese a las evidencias que van apareciendo, Arrimadas sigue insistiendo en que quiere creer que el fundador del partido no está detrás de ninguna maniobra de absorción: “Albert dijo que dejaba la política y siempre ha sido muy crítico con el bipartidismo. Es un gran defensor de esa tercera España que es de centro”, afirmó recientemente.
Casado desveló hace escasamente un mes que había planteado a Arrimadas que Ciudadanos se integrara en el PP y que ella se convirtiera en la portavoz en el Congreso. “La ofrecía todo, una convergencia para hacer con generosidad una nueva estructura de las dos direcciones”. Pero, según lamentó Casado en una entrevista en Antena 3, la líder de Ciudadanos “eligió derrocar al Partido Popular y poner una alfombra roja” a Pedro Sánchez.
Arrimadas: “Ciudadanos no está en venta”
“Nosotros nunca hemos hablado de cargos. Y aunque me lo hubiera dicho, Ciudadanos no está en venta y yo no me vendo por un cargo. No entiendo por qué está diciendo esto el señor Casado”, replicó sumamente molesta la líder del partido en una entrevista con RNE. “Nosotros hemos hablado de muchas cosas y yo le ofrecí ir juntos en Catalunya como una coalición electoral, la misma fórmula que en Euskadi, y no quisieron”, recordó a su vez.
En medio de esta convulsión interna han empezado a conocerse las opiniones de antiguos dirigentes de Ciudadanos, tanto fieles a Rivera como los que fueron sus críticos. Como Toni Roldán, quien en una entrevista en El Mundo publicada el pasado lunes, reprochó al exlíder del partido que desaprovechara la gran oportunidad que tuvo para cerrar una coalición entre “socialdemócratas y liberales”, en un país en pleno auge de populismos y extremismos, porque a su juicio tenía que haber sido el objetivo de cualquier persona “mínimamente razonable y patriota”.
“Es verdad que Sánchez pudo haber puesto mucho más de su parte, pero fue la decisión deliberada de Rivera, con un plan egoísta de tratar de ser líder de la derecha”, opina Roldán, que ocupó la secretaría de Programas en la Ejecutiva de Ciudadanos y formó parte del equipo económico junto con Luis Garicano y Francisco de la Torre, otro crítico con Rivera y también fuera ahora de esa formación política. Sin embargo, Roldán recuerda la prohibición taxativa del expresidente de Ciudadanos de pactar con Pedro Sánchez. “Rivera le daba un valor cero a cambiar España y ser vicepresidente y un valor uno a ser presidente”, afirma en la misma entrevista en la que califica esta decisión como “el error más grave desde la Transición”. “El único mandato que teníamos los que estábamos allí era negociar hacia la derecha”, lamenta Roldán.
La voz del exportavoz de economía de Ciudadanos no va a ser la única que se oirá estos días. El programa de La Sexta Salvados, que se emitirá este domingo, recoge las opiniones de varios exdirigentes que hacen repaso de lo ocurrido durante la etapa de Rivera y las sucesivas derrotas del partido en las urnas. Entre otros, intervienen la vicealcaldesa de Madrid, Begoña Villacís; el ex portavoz parlamentario, Juan Carlos Girauta; el propio Toni Roldán; el jefe de la delegación europea, Luis Garicano, o el ex empresario Marcos de Quinto. Todos ellos aportan sus diferentes visiones de lo que pudo ser y no fue Ciudadanos cuando Albert Rivera “tuvo el mundo a sus pies” y en apenas 196 días “lo había perdido todo”.
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