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Ni la alcaldesa ni su equipo de gobierno acuden, por primera vez, a la misa de La Mercè

EFE

Barcelona —

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Ni la alcaldesa de Barcelona, Ada Colau, ni ningún miembro de su equipo de gobierno han asistido hoy como institución, por primera vez en la historia reciente del ayuntamiento de la capital catalana, a la misa de La Mercè, patrona de la ciudad, oficiada por el cardenal arzobispo de Barcelona, Lluís Martínez Sistach.

Quien sí ha asistido a la celebración religiosa ha sido el presidente de la Generalitat y candidato de Junts pel Sí, Artur Mas, que ha sido ovacionado por los feligreses asistentes, así como algunos concejales del consistorio, aunque ninguno del grupo de Barcelona en Comú que gobierno en el ayuntamiento ni de la CUP.

Además de asegurar en su homilía que “no le corresponde a la Iglesia proponer una opción concreta” a la que votar, Martínez Sistach se ha referido a la decisión de Ada Colau de no asistir a la misa de la patrona de la ciudad para subrayar su carácter laico.

Así, cuando ha saludado a las autoridades presentes, ha citado expresamente a los concejales que han querido asistir a la misa a título personal y que ocupaban las primeras filas de bancos.

En su homilía ha subrayado también que “el servicio que la Iglesia aporta a la sociedad es muy positivo y por eso nadie puede exigirnos que releguemos la religión a la intimidad secreta de las personas, sin ninguna influencia en la vida social”

“La fiesta de La Mercè conecta en Barcelona lo religioso con lo que ciudadano. La presencia de las autoridades y de la ciudadanía en esta celebración religiosa pone de relieve una doble convicción: que se está asistiendo a un acto que pertenece a la religión, pero también que pertenece a la cultura de la ciudad, a la historia de esta ciudad”, ha concluido Martínez Sistach.

En la que podría ser su última homilía de La Mercè, Lluís Martínez Sistach ha asegurado que “estamos viviendo con dolor el sufrimiento de muchas familias y personas, inmigrantes y refugiados, que se ven obligadas a dejar familia, casa y patria debido a la falta de trabajo en su lugar de origen o para huir del peligro de morir a causa de las guerras. Y lo hacen como pueden y con mucho sacrificio y dolor”.

Para el cardenal, “esto demanda -ha dicho- una actitud de acogida por parte de todos y de ayuda a estos hermanos” para la que ya hay “una fecunda colaboración y trabajo conjunto entre administración, instituciones sociales y ciudadanía”.

“Sin embargo, será necesario, también, a nivel más internacional, afrontar las causas de este creciente movimiento migratorio, que son la falta de trabajo en los lugares de origen y las guerras”, ha considerado.

Antes de que acabara la ceremonia religiosa, la alcaldesa y su equipo de gobierno se encontraban ya en la plaza de la Mercè, saludando a los vecinos que participaban de la fiesta laica y esperando la llegada del resto de autoridades que sí habían acudido a la misa de la patrona.

Por primera vez en los últimos años, esta plaza, donde se alza la Basílica de La Mercè, no ha sido escenario de protestas vecinales durante la celebración de la misa.