La portavoz del Partido Popular en el Congreso de los Diputados, Cayetana Álvarez de Toledo, acaba de cumplir un año en el cargo en el que le colocó Pablo Casado. El nombramiento, formalizado el 30 de julio de 2019, ya generó un fuerte rechazo interno el verano pasado y, desde entonces, las habituales salidas de tono de la dirigente popular, que mantiene un discurso independiente, aún más radical que el de la dirección de su partido, no han hecho más que agravar esas críticas de sus propios compañeros de filas.
Tanto en público como en privado, distintos dirigentes populares han exigido sin éxito a Álvarez de Toledo en los últimos meses que modere sus mensajes. Esos mismos cargos, entre los que están algunos de los barones con más peso interno, presionan a Génova 13 para que la destituya del cargo en busca de una imagen parlamentaria más centrada de cara al nuevo curso político, y ante unas encuestas en las que el PP, que sí crecería respecto al pésimo resultado de 2019, no acaba de despegar como alternativa clara con opciones de desbancar al actual Gobierno de izquierdas.
En la última semana distintas informaciones han apuntado que Álvarez de Toledo será relevada este mismo mes de agosto, un aspecto que ni afirma ni desmiente la dirección de Casado. El lunes, Ok Diario aseguraba que la dirección del PP estudia nombrar a la vicesecretaria de Política Social del partido, Cuca Gamarra, como nueva portavoz del Grupo Parlamentario Popular en sustitución de la también diputada por Barcelona.
El de la exalcaldesa de Logroño es un perfil mucho más moderado que el de Álvarez de Toledo. Gamarra es además la única integrante de la cúpula de Casado que en las primarias de 2018 se decantó por la rival del hoy líder del PP, la exvicepresidenta Soraya Sáenz de Santamaría, por lo que representa la supuesta integración de las dos corrientes que mantienen una pugna en el partido: la más moderada heredada de la época de Mariano Rajoy y la más derechista que encarna el propio Casado con la corte de dirigentes cercanos al expresidente José María Aznar de la que se ha rodeado en los últimos dos años.
El martes era el diario El Independiente el que también aseguraba que el cese de Álvarez de Toledo es inminente. Este medio vinculaba esa salida a un intento de la dirección por mostrar una imagen más moderada de cara al nuevo curso político, así como al cese de uno de los hombres de mayor confianza de la portavoz parlamentaria, el también aznarista Gabriel Elorriaga, del cargo de jefe de la asesoría parlamentaria del partido. En realidad esta renuncia se produjo porque Elorriaga recuperó su escaño en el Congreso en julio, tras la marcha de la exministra Isabel García Tejerina a la empresa privada, por lo que su condición de diputado le impediría, según Génova 13, seguir siendo el principal asesor del resto de sus compañeros de bancada.
Montesinos: “Es una magnífica portavoz”
Preguntado sobre el incesante goteo de informaciones sobre el cese de Álvarez de Toledo, el vicesecretario de Comunicación, Pablo Montesinos, evitaba el martes asegurar la continuidad de la portavoz parlamentaria aunque trataba de zanjar el debate sobre su marcha alabando su labor en el Congreso. “Cayetana Álvarez de Toledo es una magnífica portavoz del grupo parlamentario popular. Está haciendo un trabajo imprescindible, junto al resto de parlamentarios del grupo del que formo parte”, señaló Montesinos. También destacó el vicesecretario popular que Álvarez de Toledo está “denunciando alto y claro” las “mentiras” del Gobierno de coalición “sin arrugarse” y aportando “soluciones” en la Cámara Baja a través de iniciativas parlamentarias.
“La estrategia del PP con nuestra portavoz en el Congreso y con el portavoz en el Senado, la portavoz en Europa y la dirección nacional tiene un único objetivo: forjar la alternativa sensata al Gobierno de la mentira y al Gobierno del caos de Sánchez. Y en ello estamos todos, por supuesto con Cayetana Álvarez de Toledo y con toda la dirección del PP”, remarcó.
El entorno de la portavoz parlamentaria mantiene, sin embargo, un cauteloso silencio cuando se le pregunta por la continuidad de Álvarez de Toledo en el cargo. Fuentes cercanas a la diputada por Barcelona consultadas por elDiario.es evitan incluso valorar las informaciones que hablan sobre su marcha inminente y ni confirman ni desmienten esos rumores que circulan internamente en el PP desde hace meses.
El enfrentamiento abierto con Teodoro García Egea
Las últimas intervenciones de Álvarez de Toledo han reflejado, en todo caso, su independencia discursiva respecto a los argumentarios y consignas de la dirección popular, que se enmarca además en el agrio enfrentamiento interno que mantiene la portavoz parlamentaria con otro de los puntales de la cúpula de Casado, el secretario general, Teodoro García Egea, principalmente por discrepancias estratégicas y de discurso.
Las diferencias entre la portavoz parlamentaria y el resto de la dirección del PP se evidenciaron la semana pasada, cuando la Casa Real anunció la marcha de España de Juan Carlos I por las investigaciones sobre el supuesto origen ilícito del patrimonio del rey emérito. Mientras la dirección de Casado trató de aprovechar las diferencias entre PSOE y Unidas Podemos sobre la monarquía para desgastar al Gobierno de coalición y atacar a Pedro Sánchez, Álvarez de Toledo volvía a hacer gala de su independencia orgánica planteando al también líder del PSOE una gran coalición con los populares.
“Lo que tendría que hacer Pedro Sánchez es anunciar la ruptura inmediata con Podemos y los separatistas y el inicio de conversaciones para formar un Gobierno de Concentración Constitucionalista. Lo que España necesita. Lo que Europa aplaudiría”, escribió Álvarez de Toledo el pasado día 4 en Twitter, apenas unos minutos después de la rueda de prensa ofrecida por el presidente del Gobierno en la que reafirmó su apuesta por el Ejecutivo con Unidas Podemos pese a sus diferencias sobre la situación del rey emérito. Ningún otro dirigente de peso de la cúpula del PP respaldó las palabras de su portavoz parlamentaria, que chocaron de lleno con la estrategia de Casado que, lejos de prestarse a un acuerdo, atacó al jefe del Ejecutivo.
A finales de julio de 2019, la designación como portavoz de Álvarez de Toledo generó un importante rechazo en los barones con más peso del partido, como el andaluz Juan Manuel Moreno Bonilla y el gallego Alberto Núñez Feijóo que meses antes –y ante los malos resultados en las urnas que vincularon con el giro a la derecha– habían pedido a Casado que no la nombrara para el puesto de mayor visibilidad en el Congreso. En los últimos meses se han ido sumando nuevas voces que han mostrado abiertamente sus diferencias ante las salidas de tono de Álvarez de Toledo, que un día llamaba “terrorista” al padre de Pablo Iglesias y al otro buscaba el enfrentamiento personal con la vicepresidenta Carmen Calvo, en las últimas sesiones de control al Gobierno en el Congreso, ahora interrumpidas por el periodo estival.
Quiso participar en la campaña del 12J, pero no contaron con ella
Mientras a las puertas de las elecciones vascas y gallegas del pasado 12 de julio el PP amagaba con buscar acuerdos y aparecer como una fuerza pactista, Álvarez de Toledo mantuvo su propia estrategia bronca, que le llevó a estar desaparecida durante toda la campaña. Después dijo que le hubiera gustado participar en la misma, pero lamentó que nadie se lo hubiera propuesto. Los comicios, en los que la apuesta derechista de Casado en Euskadi fracasó –la candidatura PP+Cs encabezada por Carlos Iturgaiz perdió tres de los nueve escaños logrados por el PP en solitario, en 2016–, mientras se reforzó el perfil moderado de Feijóo –que arrasó– reavivaron además las voces que reclamaron a Casado un perfil más centrado.
En privado, distintos dirigentes populares apuestan por que el líder del PP premie con cargos de visibilidad a los dirigentes más centristas como Gamarra o la vicepresidenta del Congreso Ana Pastor, a la que en plena precampaña colocó como principal rostro visible del partido en la negociación con el Ejecutivo para la reconstrucción tras la pandemia. Por contra, piden al presidente de los populares que debilite a algunos de los dirigentes más escorados a la derecha, como la propia Álvarez de Toledo. La incógnita sobre si la portavoz parlamentaria, una de las grandes apuestas de Casado, superará el umbral del año en el cargo, se mantiene por tanto abierta.