Álvarez de Toledo: “Mi destitución es perjudicial para el PP, Casado necesita a su lado personas con criterio propio”
Para Cayetana Álvarez de Toledo, hasta hoy portavoz parlamentaria del PP, el presidente de su partido -la persona que la designó entre críticas de los barones- ha pasado a ser el “señor Casado”. En una dura declaración ante la prensa frente al Congreso de los Diputados, la que ha sido número uno del partido en la Cámara Baja ha manifestado su desacuerdo con la decisión de Pablo Casado de destituirla. El motivo, según sus afirmaciones, es que su discurso -más radical que el del partido- socavaba la “autoridad” del líder nacional. Tras un reguero de críticas a Casado, la exportavoz ha dejado de momento en el aire su continuidad como diputada en el Congreso y en el partido.
“El señor Casado considera que mi concepción de la libertad es incompatible con su autoridad. Es una visión de su autoridad que no comparto”, ha expresado tras “lamentar” la decisión y considerarla “perjudicial para el grupo parlamentario, para el PP y para una España fuerte, adulta, moderna y de ciudadanos libres e iguales”. Álvarez de Toledo ha subrayado que las causas de su cese le “parecen desdichadas”. “No las comparto, no estoy de acuerdo”, ha abundado y ha cargado contra la “homogeneidad” que impone el PP, a su juicio, con su salida. “Harán una formación más homogénea pero no más fuerte. Esa homogeneidad lo hace más pobre [...] Un partido político no es una secta”.
A Casado directamente le ha recomendado que tenga a su lado “personas con criterio propio” y se ha desmarcado de las “etiquetas” de “radical” con una alusión muy clara a los llamados perfiles moderados que cuentan con el apoyo de Vox para gobernar, como José Luis Martínez-Almeida, propuesto como nuevo portavoz nacional de la formación, en el Ayuntamiento de Madrid o Juan Manuel Moreno Bonilla en la Junta de Andalucía. “Seguramente se interpretará mi salida como una apuesta por la moderación frente a la radicalidad [...] Curiosamente paso por ser el adalid de Vox cuando pocas personas han escrito palabras más duras. Personas que gobiernan gracias al apoyo de Vox pasan por moderados en esos mismos medios”, ha referido tras admitir que ha podido decir “cosas heterodoxas o sorprendentes pero jamás en detrimento de la autoridad del señor Casado ni de los intereses del centro derecha español”.
Entre los detonantes para su destitución, Álvarez de Toledo ha mencionado dos. Primero, que el partido no estaba dispuesto a sufragar los costes del recurso ante el Tribunal Constitucional que la exportavoz pretendía llevar adelante para que el diario de sesiones recogiera sus ataques al padre de Pablo Iglesias, al que llamó “hijo de un terrorista”. “Le parece que no tengo necesidad de plantear ese recurso y no estaba dispuesto a sufragarlo”, ha explicado.
La segunda, y relacionada con esta, es que el PP no está dispuesto a asumir “la batalla cultural” que sí defiende Álvarez de Toledo contra “el feminismo radical o la memoria histórica”. “Casado me dejó claro que no le interesa la batalla cultural, que no le parece un asunto político relevante en estos momentos”, ha afirmado para prometer que seguirá “dando esa batalla”. Para la exnúmero uno del Congreso, en España “están en juego los valores de la Ilustración y de las sociedades avanzadas”. “Cuando la moral y la conveniencia coinciden, qué mejor oportunidad que abrazar esa causa. El PP necesita ensanchar esas bases y el camino de la batalla cultural puede atraer a personas progresistas”, ha insistido.
La hasta ahora portavoz también ha deslizado, entre los choques que han terminado con su destitución, que a Casado le “preocupaba” su postura de cara a una futura negociación presupuestaria con el PSOE y al “pacto” para la renovación de la cúpula del Poder Judicial, cuyo mandato está caducado y sobre el que ya han empezado a hablar socialistas y populares. “No soy partidaria. Queremos que Sánchez rompa con Podemos. Si rompiera y volviera a la centralidad, eso tendría riesgo para la oposición. El partido minoritario asume un riesgo, pero es un sacrificio patriótico”, ha defendido Álvarez de Toledo, que se ha referido a Unidas Podemos como los que “se quedaron al margen de la Constitución” y quieren “colocar el sistema constitucional a los pies de los caballos”.También ha tenido palabras para el secretario general del partido, Teodoro García-Egea, con quien mantenía una relación inexistente. “Desde el minuto uno el secretario general del partido intentó restringir al mínimo la autonomía de la dirección del grupo parlamentario”.
La voz del PP en el Congreso portavoz ha declarado que su entrevista en El País del pasado domingo, donde se desmarcaba de la postura oficial sobre, por ejemplo, el apoyo a que el rey emérito haya abandonado España, ha acelerado la decisión, que el PP ha hecho pública a través de un comunicado. Casado ha convocado este jueves una Junta Directiva Nacional en la que se pretende ejecutar al giro a la moderación que ya reclamaban algunos barones del partido. “Una remodelación del equipo directivo”, dice el PP en la nota. Álvarez de Toledo ha decidido adelantarse a esta cita convocando por su cuenta a la prensa para revelar los motivos de su cese.
En esta cita, Concepción Gamarra, actual vicesecretaria de Política Sectorial, será propuesta como portavoz del Grupo Parlamentario Popular en el Congreso; Ana Pastor pasará a ser vicesecretaria de Política Social; y José Luis Martínez-Almeida, alcalde de Madrid, será el nuevo portavoz nacional del Partido Popular.
La designación de Álvarez de Toledo como portavoz fue polémica desde su formalización el 30 de julio de 2019, hace poco más de un año. Apuesta personal del presidente Pablo Casado, generó un fuerte rechazo interno y desde entonces las recurrentes salidas de tono han agravado las críticas de sus compañeros de filas. En este tiempo, la portavoz ha mantenido un discurso independiente, más radical que el de la dirección de su partido, que la ha apuntalado como un verso suelto dentro de la formación y ha irritado a la cúpula y a barones significados del partido como los presidentes autonómicos Alberto Núñez Feijóo y Juan Manuel Moreno Bonilla.
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