Las divisiones internas que han hecho tambalear desde hace años al Partido Popular en Asturias y Cantabria se han avivado con fuerza en las últimas semanas después de que el líder nacional del PP, Pablo Casado, decidiera en enero imponer a dedo en ambas comunidades a sus propias candidatas para las elecciones autonómicas del próximo 26 de mayo.
En plena elaboración de las listas para los distintos procesos electorales de los próximos meses –generales, autonómicas y municipales– el cisma es especialmente grave en el caso de los populares asturianos. El martes la dirección estatal decidió suspender de todos sus cargos al hasta entonces secretario general regional, Luis Venta, al que el portavoz del PP en Gijón, Pablo González, acusa de haberle enviado una carta amenazante que ha llegado a denunciar ante la Policía. El asunto está ya en manos de los jueces.
El equipo de Casado da veracidad a la versión de González –que sostiene que la carta la escribió Venta–, y rechaza la tesis del ya ex número dos del PP de Asturias, que asegura que la redactó un anónimo y que él se limitó a reenviársela a su destinatario. Se da la circunstancia de que Venta es la mano derecha de la presidenta del partido en Asturias, Mercedes Fernández, a la que Casado ha apartado de las listas electorales, mientras González es afín a Teresa Mellada, expresidenta de Hunosa escogida por el líder del PP para competir por la Presidencia del Principado el próximo 26M.
Fuentes de la dirección nacional de los populares consultadas por eldiario.es este miércoles sostienen que el caso está en el Comité de Derechos y Garantías, que es el órgano que decidió la suspensión provisional de todas sus funciones y la apertura del expediente informativo a Venta. El equipo de casado explica que el trámite contempla que en la próxima reunión del citado comité se deba nombrar a “un instructor” que citará a las partes implicadas para escuchar la versión de ambas ambas.
“Todo el apoyo” del PP para Mallada
“El tema no está zanjado y, además, lo que decida el partido está al margen de las actuaciones judiciales que se puedan adoptar, ya que existe una denuncia ante la Policía”, apuntan las fuentes de la dirección nacional del PP.
Ante el cisma interno, agravado desde que en enero se conociera la elección de Mellada como cabeza de lista del PP para presidir el Principado fruto del dedazo de Casado, la cúpula de los populares insiste en recalcar ese respaldo. “La candidata tiene todo nuestro apoyo”, apuntan en la dirección de los populares, que reconoce la gravedad de la crisis interna aunque insiste en que la posibilidad de que Génova instaure una gestora en Asturias para recuperar la unidad “no está encima de la mesa”.
“En todo este asunto no hay ni una sola mención a Mercedes Fernández [la presidenta del PP autonómico a quien Casado mantiene en principio su confianza para pilotar el partido] y, además, estamos en periodo electoral. Lo mismo mañana las investigaciones van por otros cauces”, reconocen las fuentes de la dirección nacional consultadas, que dejan así la puerta abierta a una intervención en la dirección regional.
La carta en cuestión por la que se ha desatado la tormenta en las filas del PP asturiano y que se atribuye a Venta, cuyo contenido reveló Europa Press, acusa a González de “engañar y robar a los gijoneses” a través de una trama de empresas.“Estamos hablando de una mafia, prebendas e ilegalidades, subvenciones públicas y derroche para enriquecimiento ilícito de personas”, se señala en el anónimo. “Tú, siendo administrador único o no, has estado y estás en el ajo”, se asegura en la carta.
La pugna entre Diego y Sáenz de Buruaga
En Cantabria la división interna también llegó a los tribunales en 2017 cuando los afines al expresidente de la comunidad, Ignacio Diego, denunciaron por irregularidades el proceso interno en el que María José Sáenz de Buruaga, la hasta entonces la mano derecha de Diego, se enfrentó al que también era el líder del PP regional por la presidencia del partido y que ganó ella por solo cuatro votos. La justicia avaló las primarias, pero el conflicto se sigue dirimiendo en los juzgados por acusaciones sobre supuestas afiliaciones irregulares que, según el sector crítico, pudieron decantar la votación.
La guerra se agudizó cuando en enero Casado nombró candidata a la presidencia de la comunidad a la exatleta Ruth Beitia, afín a Diego y crítica con la dirección regional de Buruaga. Tan solo 15 días después de ser impuesta por Génova como candidata, Beitia decidía renunciar a esa responsabilidad alegando motivos personales a los que se sumaron las presiones que no pudo resistir al situarse en la primera línea y protagonizar episodios –como la polémica entrevista en la que comparó la violencia machista con el maltrato a los animales– que provocaron la burla de sus compañeros de filas.
Su salida forzó a Casado a recular y a situar al frente de la lista para las elecciones autonómicas a la propia Buruaga, contra quien los afines a Diego ya habían iniciado movimientos para intentar que dejara la presidencia del partido ante el respaldo inicial de Génova a Beitia y, por tanto, al sector crítico con la dirección regional.
La batalla ha provocado varias bajas en el PP cántabro. La última, la de la senadora, exalcaldesa de Cabezón de la Sal y actual edil en ese ayuntamiento, Esther Merino, que este miércoles presentaba su renuncia al acta de concejal y su baja en el PP ya que “en los próximos días” se afiliará a Ciudadanos. Era del sector de Diego y, por tanto, contraria a la actual candidata, que ya había anunciado que no contaría con ella para sus listas. Además, llega a Ciudadanos mientras está investigada por el Supremo en un proceso judicial por el método de recaudación de impuestos durante su mandato.