La amplia victoria de Maíllo refuerza a Izquierda Unida y allana la confluencia con Sumar
“Ha llegado el momento de Izquierda Unida”, proclamó Antonio Maíllo para cerrar su primer discurso como coordinador general de la organización, sobre los acordes del Grandola Vila Morena, el himno de la portuguesa Revolución de los Claveles. El nuevo líder pidió a toda la nueva dirección que subiera al escenario para componer una imagen de unidad. Un espejo de la nueva etapa a la que se asoma la organización, reforzada tras un proceso asambleario complejo, en el que la federación estuvo a punto de romperse por la mitad.
La etapa presencial de la Asamblea Federal de Izquierda Unida, celebrada este fin de semana en Madrid, en la sede de UGT, cierra un proceso de reflexión que se ha extendido varios meses para dilucidar los pasos que debe tomar la organización política en la etapa posterior a Alberto Garzón.
Con un punto de partida muy diferente al que recibió el excoordinador en 2016, Maíllo toma una Izquierda Unida con cinco diputados en el Congreso y un ministerio dentro del Gobierno de coalición, además de unos 1.700 concejales por todo el territorio. Pero con la duda existencial de cómo debe ser su participación en Sumar, la plataforma política que construye desde hace un año la vicepresidenta segunda, Yolanda Díaz.
“Esta organización está con una militancia activada y activa, con una militancia muy viva. Y que ha apostado y que ha tenido una síntesis y que ha tenido una hoja de ruta clara. Compañeros y compañeras de otras organizaciones, hermanas, compañeras y compañeros, sociedad y gente del bloque progresista, gente que se siente progresista y de izquierda: sabed que Izquierda Unida sigue orgullosa de su tradición unitaria de construcción de un Frente Amplio con métodos democráticos, ambición política y protagonista, como parte de ese Frente Amplio, de Izquierda Unida”, ha dicho en su discurso.
Maíllo consiguió el aval de las bases la semana pasada para convertirse en coordinador general. Lo hizo con más del 50% del voto frente al 23,4% que logró Sira Rego, el 14,1% del coordinador madrileño, Álvaro Aguilera, y el 8,3% del exdirigente José Antonio García Rubio. Pero este domingo el nuevo líder ha sido ratificado con el 79% de la nueva dirección, con el voto a favor de toda la candidatura de la ministra de Juventud e Infancia y con solo dos votos en contra, un 2% de las 80 personas que conforman la Coordinadora Federal. Un 19% se ha abstenido.
El apoyo del sector de Rego facilita a priori la gobernabilidad a la nueva dirección y vuelve a dibujar una imagen de unidad como la que pilotó la organización durante el mandato de Garzón. Ahora sin embargo, el control lo tendrá el sector articulado alrededor de la candidatura de Maíllo: la federación andaluza, mayoritaria en IU, y la dirección del Partido Comunista de España (PCE).
Al lado del nuevo coordinador este domingo en el plenario estaba el secretario general del PCA, Ernesto Alba, el coordinador andaluz, Toni Valero, la coportavoz de IU en los últimos meses y número 3 de la lista de Maíllo, Amanda Meyer, así como Clara Alonso, que formó parte del Ministerio de Igualdad de Irene Montero junto a Meyer y que ahora trabaja en el Ayuntamiento de Rivas-Vaciamadrid, el consistorio más relevante en manos de IU. Cerca también estaba el secretario general del PCE, Enrique Santiago.
Maíllo no obstante se ha comprometido en su discurso a integrar al resto de las candidaturas en la nueva ejecutiva, la Comisión Colegiada, a falta de saber qué caras elegirá y qué responsabilidades piensa asignarles. No está claro si Rego se integrará en esa nueva estructura pero sí está confirmado, por lo que ha dicho públicamente el nuevo coordinador, que mantendrá su puesto como ministra del Gobierno. “IU siempre puede contar con mi compromiso como militante y en todas las tareas que se me encomienden”, ha dicho la dirigente en su discurso durante la asamblea.
Construcción de un frente amplio con IU como protagonista
Si la carrera hasta este domingo había arrojado muchas incertidumbres sobre el futuro de IU dentro de Sumar, la elección de Maíllo despeja algunas dudas. El nuevo coordinador general apostó durante todo el debate de primarias por mantener la construcción de un frente amplio alrededor de la plataforma de Yolanda Díaz. De hecho, fue el único de los cuatro aspirantes que mostró esa voluntad. Rego planteaba que IU optase por no integrarse en las estructuras de Sumar y mantuviese una relación de coalición como la que caracterizó la etapa de Unidas Podemos.
Su sector, de hecho, planteó una enmienda en la asamblea en ese sentido, que hablaba de una relación “bilateral” y que ponía distancia con los de Yolanda Díaz. El congreso de este fin de semana ha tumbado ese planteamiento y ha dejado el documento político que ganó entre la militancia tal y como salió. Ese documento, de hecho, nació de la Comisión Colegiada hace unos meses, en la que estaba la propia Rego.
Ese documento habla de una vocación unitaria, algo que ha reclamado este domingo Maíllo, en una referencia al fallecido Julio Anguita. Y aporta un esquema claro: “Hacemos la propuesta [...] de construcción de un Frente Amplio democrático y con voluntad de constituirse en bloque histórico”. Ese espacio debe construirse, expone el texto, “desde el reconocimiento y asunción de las personalidades jurídicas que participen” y debe “consolidarse y democratizarse”.
“Si nosotros queremos para fuera la construcción de los frentes amplios, espacios de integración y donde las partes estén cómodas, tenemos que aplicar en nuestra práctica política que estén todos y que hagamos integración y que se sientan cómodas todas las partes que integran Izquierda Unida. Lo que queremos para dentro lo podemos reivindicar para fuera”, resumía Maíllo este domingo, tal y como comentaba en una reciente entrevista con elDiario.es.
La inclinación de Maíllo a mantener la alianza con Sumar no es óbice para señalar el malestar con la forma en que se han hecho las cosas hasta ahora dentro de la construcción de ese espacio político. El malestar en este sentido es transversal en Izquierda Unida y por eso el nuevo coordinador señala dos elementos importantes: la democratización de los espacios e Izquierda Unida “como protagonista”.
Dentro del sector de Maíllo reconocen abiertamente que el modelo del 30% reservado para los partidos dentro de la dirección de Sumar no representa la realidad y señalan una cifra reciente: la participación de la militancia en la asamblea de Izquierda Unida superó a la del congreso fundacional de Sumar el pasado 23 de marzo.
Izquierda Unida no debatirá inmediatamente su relación con Sumar porque la prioridad urgente son las elecciones europeas y la organización tiene como objetivo primordial lograr que su candidato, Manu Pineda, consiga entrar en el Parlamento Europeo el 9 de junio. Para eso, la coalición debe obtener como mínimo cuatro escaños que a priori parecen garantizados según las encuestas.
Más tarde, IU tendrá que decidir como primer paso si se integra en los órganos de dirección Sumar. La organización pausó esa participación a la espera de un debate más amplio en el marco de la asamblea y después de unas negociaciones para la lista de las europeas con Sumar en las que toda la federación quedó molesta.
No obstante, algunos dirigentes de IU han saludado los cambios que introdujo Yolanda Díaz en su ejecutiva hace unas semanas. Perfiles como el de Lara Hernández, nueva secretaria de Organización, creen esas personas, ayudarán a mejorar la relación con los partidos en esta nueva etapa que se abre, después de unos momentos muy delicados para la construcción de Sumar como sujeto político.
No obstante, las fuentes consultadas por este diario opinan también que el proceso debe darse con el tiempo suficiente y piden no apretar los calendarios, que tal y como están marcados ahora prevén una asamblea constituyente del espacio para el próximo otoño. “Nosotros tardamos seis años en terminar el proceso unitario de Izquierda Unida”, reflexionan.
Maíllo también ha apostado en diferentes foros antes de la asamblea por extender el concepto de frente amplio a la sociedad. “Hablamos mucho de confluencia y al final eso se ha convertido en negociaciones para listas electorales. Pero no se habla de articulación, de movimiento de la política verde, de la política de paz, de la política laboral, de la lucha contra la sequía, de la elaboración de una ley de vivienda que amplíe el derecho a la vivienda como derecho humano”, reflexionaba en la entrevista con este diario.
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