El que fue la mano derecha de Gerardo Conde Roa en el Ayuntamiento de Santiago, Ángel Espadas, reconoce en una conversación incluida en el sumario de la 'Operación Pokémon', al que ha tenido acceso Europa Press, que habló con un “amigo” del juez que llevaba la causa por fraude fiscal contra el exregidor compostelano con el fin de “pedirle a ver si puede archivar su caso”.
En esa conversación, con una persona a la que sólo se la identifica como Valentín, Espadas se refiere a que se enteró de una reunión de los concejales a la que él no le habían convocado y que era para comunicarles que Gerardo Conde Roa iba a dimitir como alcalde y que Ángel Currás asumiría el bastón de mando del Ayuntamiento.
En ese diálogo, el que fue número dos de la candidatura del PP en las municipales anteriores, lista de la que cayó tras ser cazado ebrio al volante, comenta que “ha hecho cosas por Gerardo que no habría hecho por nadie” y que “ha sido corrupto por él”, según recoge un informe de la investigación. “Cosas que no se pueden ni contar”, añade.
Asimismo, Espadas asegura que Currás le propuso pedirle al presidente de la Xunta y del PPdeG, Alberto Núñez Feijóo, que le “buscase un puesto”, pero no quiso. A colación también sale el nombre del alcalde de A Coruña, Carlos Negreira, de quien dice que “tiene mucha proyección”, y con quien tiene una “reunión” la semana siguiente. LE DIJO QUE SERÍA DIPUTADO AUTONÓMICO
Durante la conversación, Espadas indicó que Gerardo le preguntó “qué quería ser y que lo nombraba”, y que, para convencerlo, le dijo que “lo metería como diputado autonómico”. Así, lo nombró jefe de gabinete y le comprometió que en las autonómicas de 2012 “iría al Parlamento autonómico”.
Sin embargo, en el mes de febrero de 2012 empezó a ver “cosas extrañas, sobre todo en Gerardo, aunque seguía haciéndole todo”, como por ejemplo, las negociaciones con telefónica. Luego le “contaron que su jefe tenía un problema con Hacienda de 300.000 euros” y, a partir de saltar a los medios, “duró 15 días en el puesto”.