Arrimadas confía en “reimpulsar” la marca de Ciudadanos con una convención en julio
Inés Arrimadas no tira la toalla. Está decidida a “reflotar” Ciudadanos como “partido de centro liberal” a pesar de ver cómo la formación se resquebraja por dentro. Hace poco más de un año, en marzo de 2020, en pleno estallido de la pandemia, la diputada catalana se hizo cargo de la dirección en una Asamblea General extraordinaria convocada después de la catástrofe sufrida en las generales del 11 de noviembre de 2019, en las que pasaron de 57 a 10 escaños, que jubiló a Albert Rivera de la vida política. Desde entonces el partido no levanta cabeza. Dos derrotas autonómicas casi consecutivas: la de Catalunya, en donde bajaron de 36 a seis escaños; y las más reciente de Madrid, en la que se quedaron fuera de la Asamblea regional; una implacable opa hostil lanzada por Génova, con la sombra de Albert Rivera alimentando una posible convergencia con el PP; y el abandono de numerosos cargos públicos del partido, así como una importante pérdida de militantes, que se quejan de falta de participación.
Las derrotas en las urnas les ha supuesto además otro importante daño 'colateral', el desplome de sus ingresos al no recibir apenas subvenciones públicas por los malos resultados electorales, tanto en el Congreso como en Parlament de Catalunya. Desaparecer como grupo de la Asamblea de Madrid les ha supuesto dejar de ingresar más de un millón de euros. Los planes de la dirección nacional hasta ahora eran mantener la sede de la calle de Alcalá, un imponente edificio de seis plantas, que hasta hace poco aseguraban que podría permanecer abierta al menos durante los próximos dos años “gracias a la buena gestión” del que ha sido su tesorero, Carlos Cuadrado -caído ahora en desgracia al haber sido el responsanble de la campaña de Catalunya- que presentó el presupuesto de 2021 con una previsión de superávit.
“La formación liberal no tiene ninguna deuda ni compromiso financiero con entidades bancarias a fecha de 31 de diciembre de 2020”, se jactaba en diciembre del año pasado la dirección del partido en un comunicado hecho público tras la reunión del Consejo General, que aprobó “por unanimidad” las cuentas de Cuadrado. Sin embargo, la noche de las elecciones autónomicas madrileñas la desolación entre los trabajadores era patente. “No vamos a poder mantener la sede”, vaticinaban algunos, que además veían con preocupación su propio futuro.
Ahora también se abre un incierto futuro para el partido y para los dirigentes que quedan al frente del timón, que no son muchos: algunos de ellos han preferido retirarse a tiempo y dejar sus cargos para volver a la vida civil agudizando la crisis interna que sufre la formación. Especialmente en la capital en donde han sido muy dolorosas las bajas de Ignacio Aguado, como coordinador en Madrid, y de César Zafra, como secretario de Organización, bajas que se suman a la anunciada hace poco por el expresidente de la Comunidad de Madrid, Ángel Garrido, -fichaje 'robado' al PP- ; y a las de dos exdiputados del grupo en la Asamblea, Sergio Brabezo y Marta Marbán -una de las primeras concejalas que tuvo el partido-, que dieron el salto a las filas populares. También llegó la esperada renuncia a su militancia de Marta Rivera de la Cruz, exconsejera de Cultura del anterior gobierno de Isabel Díaz Ayuso, quien ha anunciado que quiere recuperarla.
Villacís, el máximo referente para salvar a Ciudadanos en Madrid
Ante la situación, el único referente que le queda al partido en Madrid es Begoña Villacís, vicealcaldesa del Ayuntamiento de la capital. Con ella cuenta Arrimadas para intentar salir del tremendo bache en el que se han metido y prepararse para los nuevos comicios autonómicos madrileños que volverán a celebrarse en la primavera de 2023, junto a las autonómicas y municipales del resto de España. Villacís, que sobrevive al naufragio de Ciudadanos, será nombrada en breve oficialmente nueva coordinadora en Madrid en sustitución de Aguado y será la que pilotará la reconstrucción de lo que queda de la formación tras el varapalo de las elecciones autonómicas, con la vista puesta en resistir en la que hasta ahora ha sido una de las bazas fuertes de Ciudadanos. “Vamos a volver a gobernar en la comunidad de Madrid”, ha vaticinado una Arrimadas con mucha moral.
De momento, la dirigente madrileña insiste en que el pacto cerrado en el Ayuntamiento con el alcalde del PP, José Luis Martínez Almeida, sigue “sólido” y no hay peligro de ruptura. El propio alcalde madrileño no oculta la excelente sintonía con la dirigente de Ciudadanos a la que ve como una “figura de relieve” dentro de Ciudadanos y de la política en general, según dijo en un acto público el pasado miércoles. Estas buenas relaciones entre ambos mandatarios han dado pie a que se extienda la idea de que Villacís, cuando llegue el momento, podría recalar en el PP o bien no pondrá obstáculos a una “fusión” entre Ciudadanos y el partido conservador, algo que ella niega por activa y por pasiva y que descarta taxativamente Arrimadas.
Una convencion nacional para “reflotar” la marca
La respuesta de Arrimadas para salir de esta complicada situación ha sido anunciar la convocatoria de una Convención Política para mediados de julio para intentar “reflotar” el partido y demostrar que el “centro liberal” que representa su proyecto “es más necesario que nunca” para evitar, por un lado, “el regreso del bipartidismo, y, por otro, que haya pactos de gobierno con ”nacionalistas, populistas y separatistas“.
La cita política les servirá para “rearmarse” ya que está convencida de que en estos dos años que quedan hasta nuevas citas electorales -municipales y autonómicas de 2023, incluídas otras en Madrid; y las generales, si no hay antes andaluzas-, su partido podrá remontar y convencer a los españoles de“lo útil” que ha sido y va a seguir siendo su formación.
Además, con este cónclave, que, segun señala, “ya estaba prevista celebrar el año pasado pero fue imposible por la pandemia”, la líder de Ciudadanos se quita la presión que está sufriendo desde hace meses por parte del sector crítico, Renovadores Cs -cada vez más nutrido-, que le exige convocar una nueva Asamblea General extraordinaria que dirima las “responsablilidades políticas” por las derrotas electorales encadenadas que han sufrido y en donde se decida de una vez por todas las señas de identidad de un proyecto que hace aguas por todas partes. Esta percepción de que “la marca actual está muy tocada” ha llevado a algunos dirigentes del partido a sugerir un cambio en su actual denominación para incluir la palabra “liberal”. De hecho, la líder de la formación ha empezado a utilizar en sus comparecencias públicas el cartel de presentación de Ciudadanos como “la Alternativa Liberal”.
“Es hora de reimpulsar la alternativa liberal porque muchos ciudadanos quieren votar por un partido como el nuestro. En julio fortaleceremos nuestro proyecto con la convención nacional”, reiteró la líder de partido en su última entrevista concedida al programa de Trece TV, El Cascabel.
Pero no ha querido aclarar si habrá cambio de siglas, insistiendo en que “el interés mayoritario” se debe centrar en “recuperar el peso de las medidas y las propuestas” que les diferencian ideológicamente del PP y de Vox. Cuestiones como el aborto, la eutanasia, los vientres de alquiler, la ley Trans y LGTBI, o la prostitución. Tampoco ha adelantado sí en ese cónclave habrá cambios en la Ejecutiva, como se espera.
Consciente del descontento que hay entre las bases y del abandono en el que se siente la afiliación, la líder de Ciudadanos ha decidido que los miembros del Comité Permanente hagan una gira por todas las comunidades autónomas para conocer “el sentir de la militancia” y recoger sus sugerencias e ideas de cara a esa cita de julio.
La convención servirá además a Arrimadas como una 'moción de confianza' a su liderazgo, que de momento ningun peso pesado del partido ha cuestionado, al menos públicamente. Esa es otra de las preocupaciones de la presidenta de Ciudadanos, intentar mantener unidos a los dirigentes que siguen siendo de su confianza. Pero a estas alturas ya nadie pone la mano en el fuego por nadie dado que las fugas son incesantes y algunas de ellas les han hecho mucho daño. Uno de los dirigentes que podrían seguir los pasos de Aguado y Zafra es Juan Trinidad, el hasta ahora presidente de la Asamblea de Madrid, que en breve dejará de ingresar cerca de 11.000 euros mensuales brutos que recibe de esta institución.
En el partido han querido destacar que aunque Aguado haya dejado sus cargos, seguirá como afiliado y ayudará a preparar la convencion de julio junto a otros miembros de la dirección del partido.
Junto a Villacís, otra de las figuras que saldrá reforzada de esa convención será Edmundo Bal, portavoz en el Congreso de Ciudadaos, que fue el candidato del 4M. Pese a su fracaso en Madrid, Arrimadas ha destacado su “gran papel en la campaña” y le ha premiado con una vicesecretaría general, al igual que al aragonés Daniel Pérez, que ejerce ya como portavoz de Comunicación del partido.
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