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Arrimadas se multiplica en Catalunya en apoyo de Carrizosa para frenar el auge de Vox

La presidenta de Ciudadanos, Inés Arrimadas, y el candidato de Cs a la Presidencia de la Generalitat, Carlos Carrizosa.

Carmen Moraga

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Solo quedan dos días para que acabe la campaña e Inés Arrimadas se está desdoblando en actos de apoyo a su candidato a la Generalitat, Carlos Carrizosa, ante las malas perspectivas que les dan los sondeos, que apuntan a unos resultados muy igualados entre las tres formaciones –Ciudadanos, PP y Vox– que pugnan por el mismo electorado que denominan “constitucionalista” y han declarado la guerra al exministro Salvador Illa, candidato del PSC.

Algunas de estas encuestas mantienen a Ciudadanos a cierta distancia de sus dos competidores. Pero otras señalan que la candidatura de Ignacio Garriga, el aspirante del partido de extrema derecha, va escalando posiciones y podría llegar a superar en apoyos no solo al PP, sino también a la propia candidatura de Carrizosa, que no acaba de levantar cabeza. El mayor miedo que tiene la dirección de Ciudadanos es una baja participación, que les perjudicaría, favoreciendo al bloque independentista que podría alcanzar la ansiada mayoría absoluta.

Aunque desde el principio Arrimadas ha estado omnipresente en la campaña para compensar las acusaciones de que había “abandonado a su tierra” –“Inés será una candidata más”, advirtieron desde el equipo electoral–, en la recta final va a echar el resto, convencida de que las “elecciones se deciden en el último momento”. Este miércoles, Arrimadas protagonizaba tres actos electorales y una entrevista. El mismo ritmo que pretende mantener hasta el cierre de campaña, que será en Barcelona, y con actos y entrevistas en diversos medios de comunicación.

Arrimadas es consciente de que ella se la juega 14F aunque el candidato sea Carrizosa, al que colocó en lugar de Lorena Roldán levantando polvareda interna y provocando la marcha de ésta al PP. Pese a que antes se celebraron las vascas y las gallegas, estas autonómicas catalanas suponen su primer gran reto. Sabe que del resultado dependerá en gran parte su futuro y el de su nuevo proyecto. La líder de Ciudadanos lo tienen aún más difícil debido al listón tan alto que ella misma dejó en 2017 –36 escaños–, unos resultados que no solo son imposibles de repetir, sino que en el peor de los casos podrían terminar en otra debacle como la que sufrieron el 10N con Albert Rivera, que acabó con su carrera política.

En la dirección del partido reconocen que las circunstancias de aquella histórica victoria no tienen nada que ver con la situación actual, en plena pandemia, y con Ciudadanos cotizando a la baja, sobre todo tras la irrupción de Illa. De ahí que la líder del partido haya pasado de ofrecer al exministro de Sanidad un pacto de Gobierno liderado por Ciudadanos, a colocarle en el blanco de su diana ante sus “sospechas” de que ya tiene cerrado un “tripartito con ERC y los comunes”.

Un Gobierno de coalición con el PSC liderado por Ciudadanos

A finales de enero proponía desde Sabadell (Barcelona) al exministro socialista un Gobierno de coalición “sensato y moderado” liderado, eso sí, por su formación y apelaba a la “concentración del voto constitucionalista” en la candidatura de Carrizosa. Arrimadas ya había extendido la mano al PSC con anterioridad para formar una coalición electoral a la que también invitaba al PP. Pero ambas formaciones rechazaron su propuesta.

Ya entonces, Arrimadas advirtió de que “el independentismo está desmovilizado y dividido” e insistía en que “la única manera de enterrar el procés es que el Partido Socialista no pueda elegir la formación de un tripartito”. Esos mensajes los ha ido repitiendo en casi todos sus actos alternándolos con furibundas críticas contra los “independentistas”. Pero dado que Illa no ha recogido el guante, la líder de Ciudadanos ha endurecido sus ataques contra el exministro de Sanidad, dejando de lado tanto al PP –sus socios de gobierno en Madrid, Andalucía, Castilla y León y Murcia– como a Vox , formación a la prácticamente ha ignorado.

Tras el contratiempo sufrido por la retirada de carteles del 'abrazo', la candidatura de Carrizosa se ha centrado en las cuatro capitales en busca del voto urbano, pero también ha visitado algunos localidades donde Arrimadas y Carrizosa –a veces juntos y otras separados– han apoyado a los cabezas de lista del partido y han ido desgranando las ofertas del Programa Electoral. La dirección ha lamentado que esos actos, al celebrarse sin público debido al virus y por culpa también del mal tiempo, hayan quedado muy desangelados. La nueva 'estrella revelación' de casi todos ellos ha sido la periodista Anna Grau, que va como número dos por Barcelona.

Apoyo de los líderes autonómicos y de algunos de los fundadores

El candidato, además, ha contado con el apoyo de los líderes autonómicos y vicepresidentes de los gobiernos bipartitos –incluido Francisco Igea con el que Arrimadas se enfrentó en primarias–; también ha acudido a echarles una mano la vicealcaldesa de Madrid, Begoña Villacís, y el jefe de la delegación en Europa, Luis Garicano. Y hasta algunos de los fundadores del partido como Francesc de Carreras que había abandonado la militancia hace año y medio dando un portazo a Rivera, muy alejado ahora de su sucesora.

Al exlíder del partido ni se le ha visto, aunque los más nostálgicos siguen albergando la esperanza de que les dé una sorpresa a última hora. Pero de momento no ha hecho ni un solo gesto de apoyo a Carrizosa con el que compartió años en el Parlament. Rivera sigue hablando de “la banda” de Sánchez en su cuenta de Twitter.

Además de sus ataques habituales al Gobierno por la mala gestión de la pandemia y de sus propuestas para ayudar a los sectores más golpeado por la crisis económica, en los últimos actos de campaña Arrimadas y Carrizosa como último cartucho han explotado el discurso de la regeneración, que también fue la bandera de Rivera. Y aprovechando la apertura del juicio de caso Bárcenas –sobre el que han pasado de puntillas para no cargar las tintas contra sus socios de Gobierno–, se han dedicado a acusar de corrupción a todas las demás formaciones rivales. Incluso a Vox cuyos líderes, según recordó Edmundo Bal el lunes pasado, estaban en el PP “cuando el señor Bárcenas tenía una caja B e iba repartiendo sobrecitos y los apuntaba. ¿Dónde estaban los señores de Vox? cobrando sueldos del Partido Popular”, sentenció. “Un corrupto en Ciudadanos dura cinco minutos. Solo queda Ciudadanos como garantía de esa lucha contra la corrupción”, quiso poner de relieve después.

Pero fundamentalmente los dardos los han dirigido contra los nacionalista, los independentistas y el procés que “durante muchos años ha servido de excusa para que algunos se forren, con los desvíos de fondos para chiringuitos y para enchufar a amigos”. “Nos han estado atracando durante todos estos años y los catalanes estamos hartos de que nos atraquen”, ha estado insistiendo la líder del partido. Carrizosa por su parte ha enviado una carta a todos los candidatos para que se comprometan con una serie de medidas de regeneración, como echar a los imputados de sus cargos públicos, o reducir los sueldos de los políticos.

“El único Gobierno limpio solo puede ser liderado por Carrizosa”

Frente a esto, Arrimadas ha apostado por un Govern tras el 14F que sea “limpio, que tenga tolerancia cero con la corrupción y que lo lidere un partido que tenga las manos libres para luchar contra esa lacra”. Sin embargo, para contrariedad de la dirección, este miércoles saltaba a la palestra una información sobre el alcalde de Albacete, Vicente Casañ, aireada por el diario El Mundo, en la que se aseguraba que habría realizado contrataciones irregulares ya en su cargo como regidor con la empresa Veo Radio Producciones. La dirección de Ciudadanos se apresuró a publicar un comunicado en el que aclaraba que Casañ inició las gestiones para hacer efectivo su cese como accionista de la citada compañía “nada más ser elegido en su cargo”. En concreto tres meses después de su elección como alcalde, “con el periodo estival de por medio”. Para ello, vendió las acciones que poseía por exactamente el mismo valor por el que las adquirió meses antes “cuando ni siquiera era candidato”, por un total de 1.500 euros.

“En Ciudadanos somos el partido que tiene el listón más alto en materia de transparencia, a diferencia del resto de partidos”, reiteraron este miércoles desde la formación, a dos días de la jornada de reflexión.

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