Artur Mas ya ha jurado el cargo de presidente de Catalunya: “Es muy bonito tomar posesión como president de la Generalitat el 24 de diciembre. No ha transcurrido ni un mes de las elecciones”. Lo ha hecho prometiendo “plena fidelidad al pueblo de Catalunya”.
Mas ha querido destacar “la normalidad” en el proceso. “Hace dos años el calendario fue exactamente el mismo. Los resultados entonces fueron distintos, pero la normalidad del funcionamiento de las instituciones es el mismo. Así, el 27 el nuevo Gobierno de la Generalitat será nombrado y se reunirá por primera vez”.
El presidente ha aplaudido la “tarea” del anterior Ejecutivo. “Ha sido valorada en unos momentos difíciles. Ahora estamos en una época de contracción y no es lo mismo dirigir una administración cuando todo crece que cuando hay que reducir todo. Pero el trabajo hecho es una buena base para avanzar con eficacia”.
“Esta legislatura nace con un pacto estable, fruto de las elecciones con más participación”, afirmó. Así, reivindicó la convocatoria electoral: “La gente salió a votar y da legitimidad a las elecciones. El pacto es fruto del acuerdo entre las dos formaciones con más representatividad, entre CiU y ERC. Hemos visto en Europa cómo se llegaba a acuerdos entre la primera y la segunda fuerza, como ocurrió en Alemania con una coalición hace diez años”.
Por tanto, “este Gobierno nace con una gran legitimidad, con el voto mayoritario y que los programas eran muy claros y se sabía lo que se estaba votando, sobre lo que se quería hacer y lo que no se quería hacer. No se votó con indefinición de programas y proyectos”.
No obstante, Mas avisó: “Debe juzgarse el pacto en función de los resultados, que dependen del terreno de juego, que no es llano, sino que está lleno de charcos”.
En cuanto a su alianza con ERC, Mas afirmó “que no se perderán de vista los objetivos del país pero con el espíritu de diálogo propio del pueblo de Catalunya. Es un pacto abierto a las incorporaciones y aportaciones de otros, sin ignorar la realidad que tenemos”.
“Queremos que se reconozca el derecho de Catalunya a ejercer su autodeterminación”, aseguró: “Se trata de una situación tan complicada que requiere del esfuerzo de todo el país, que debe actuar lo más unido posible en cuanto a lo esencial”.
Para Mas, “lo primero es la democracia; luego, la cohesión social, que tiene algunas grietas por la recesión; después, la recuperación económica; por último, que Catalunya pueda decidir su futuro, cambiar el rumbo de la historia del país”.
Mas comparó cambiar el rumbo con un transatlántico: “Es una historia no derivada del Estatut ni la Constitución, viene de mucho más atrás, y no se puede hacer de la noche a la mañana y todos hemos de tenerlo en mente. Por eso hablo de transición nacional, no es un cambio de timón. Necesitamos acuerdos que cuenten con una amplia mayoría”.
“Quizá algunos piensen que esta transición acabe en una colisión. Pero, si no existiera esta necesidad de cambio de rumbo, iríamos a la deriva, por lo que chocaríamos contra las rocas. Debemos comprometernos a que no haya colisión, pero no hacer nada, nos lleva a la deriva”.
Mas insistió en que “este país es una nación, y el Gobierno central no debe poner vallas a la voluntad del pueblo”. Los valores democráticos deben anteponerse a todo. Todos somos protagonistas de un momento único de nuestra historia. Estamos en un momento trascendente que va más allá de nuestra inmediatez o una generación, es importante ver este momento trascendente que estamos protagonizando. En la historia de los países los grandes cambios se han realizado a contracorriente, porque se ha tenido que luchar contra los 'statu quo' que hay que cambiar“.
Por último, el president reconoció que se enfrenta a este momento “con un compromiso total para superar los obstáculos, que serán muchos, y tengamos fe en Catalunya, nadie puede arrebatárnosla”.
Entre los invitados, el ministro de Hacienda, Cristóbal Montoro; la delegada del Gobierno en Catalunya, Llanos de Luna; los expresidentes de la Generalitat Jordi Pujol y José Montilla; los presidentes de la Diputación de Barcelona, Salvador Esteve; de la Diputación de Lleida, Joan Reñé; y el alcalde de Barcelona, Xavier Trias.