El asturiano y su oficialidad: la pandemia deja en segundo plano un debate latente

Tras décadas de rehuir el tema, el PSOE incluyó en su programa electoral de las autonómicas de 2019 llevar a la Junta General del Principado —el Parlamento regional— el debate sobre la oficialidad del asturiano. El socialista Adrián Barbón ganó las elecciones y, lo que parecía una utopía, empezó a verse como una realidad. Pero meses después llegó la pandemia y arrasó con todo. También con la aspiración de colocar de manera inmediata en la agenda política un debate que lleva años latente y que divide a la sociedad asturiana

En la FSA-PSOE no se desentienden, pero admiten que el debate se aplazará. “El compromiso del Gobierno desde el inicio de la legislatura sigue ahí, sigue en la agenda política”, explica a elDiario.es su portavoz Dolores Carcedo. “Pero ahora mismo tenemos que posponerlo porque estamos centrando todos nuestros esfuerzos en la gestión de la pandemia”, añade. En las últimas semanas el debate lingüístico ha vuelto al Parlamento, pero no para hablar de una hipotética reforma, sino por las tensiones entre parlamentarios por las intervenciones en asturiano. “No se entiende”, claman desde Vox ante las declaraciones en esta lengua de los miembros de Podemos.

Para llegar a la meta de la oficialidad que defienden algunos sectores habría que reformar el Estatuto de Autonomía. PSOE, Podemos e Izquierda Unida apoyan la reforma mientras que PP, Ciudadanos y Vox la rechazan. Todo dependería de un voto y todas las miradas se dirigen al portavoz de Foro Asturias Ciudadanos (FAC), Adrián Pumares, quien debería inclinar la balanza. Pero Pumares recuerda que la atención ahora está puesta en otro sitio. “Ahora estamos en algo mucho más importante que es hacer frente a la pandemia”, aclara. 

Una “previsión constitucional”

Los académicos se refieren a la oficialidad del asturiano como “algo cotidiano en cumplimiento con la previsión constitucional” y la Plataforma Contra la Cooficialidad, de separatismo y de “lengua de laboratorio”. El debate está servido. “En Asturias hay una anomalía constitucional”, expone Xosé Antón González Riaño, presidente de la Academia de la Llingua Asturiana (ALLA). “Las demás lenguas españolas serán también oficiales en las respectivas comunidades autónomas de acuerdo con sus Estatutos”, cita el profesor de la Universidad de Oviedo. En el Principado, además del castellano se habla esta lengua de origen latino. El asturiano (los académicos no se refieren a él como bable) “no es un dialecto ni es un capricho”, añade Riaño. 

“No es un fenómeno que surja por mimetismo con otras comunidades”, aclara González Riaño. “Llevamos más de cuarenta años de reivindicación”, añade el académico en referencia a esta “tradición” que se remonta al tardo franquismo. En 1976 se celebró la primera manifestación por la oficialidá, en 1980 se fundó la Academia de la Llingua con el amparo del Principado de Asturias y en 1984 se empezó a enseñar en las escuelas. Desde entonces se ha hecho música, teatro y literatura en asturiano. 

“La lengua está más viva que nunca”, sostiene Xosé Candel, miembro de la Junta por la Defensa de la Lengua Asturiana. “Antes estaba relegado al ámbito rural y a algunos estudiosos. Ahora se habla en ciudades y lo hace la población más joven”, concluye. Según Riaño, en referencia a un estudio elaborado por el politólogo Francisco Llera Ramo y director del Euskobarómetro, el 25% de la población del Principado “manifiesta entender y hablar el asturiano además de leerlo y escribirlo”.

Actualmente el uso del asturiano es válido en todos los ámbitos orales o escritos del Principado de Asturias. Sin embargo, desde la Xunta por la Defensa consideran que esto no se cumple. “Esa libertad solo existe en el ámbito privado. En cualquier otra instancia te puedes encontrar con impedimentos”, sostiene Candel. En 2005 el gobierno del Principado aprobó el Plan de Normalización del Asturiano por el cual se potenciaba su uso y promoción además del del gallego-asturiano. Esta lengua se habla en el territorio comprendido entre los ríos Navia y Eo y por ella también se reclama la oficialidad en esta zona.

¿Qué supondría la oficialidad? “Se cumpliría una la previsión constitucional”, explica Riaño en referencia al artículo 3.2. de la Constitución sobre la oficialidad de las lenguas que se emplean en las comunidades. “En Galicia, Catalunya, País Vasco, Navarra, Comunitat Valenciana, Baleares… hasta en el Valle de Arán es oficial el aranés. Asturias es el único sitio donde no se cumple”, concluye el presidente de la ALLA. Dignificar la lengua en el ámbito institucional, en el parlamento de Asturias, estabilizar su enseñanza en todos los niveles educativos (excepto universitario), garantizar una presencia digna en medios y promover la literatura en asturiano. En definitiva: garantizar la supervivencia de la lengua asturiana. Así lo defienden desde la Academia.

Pero no todo son flores para la llingua. Desde la Plataforma contra la Cooficialidad sostienen que el asturiano “es una lengua de laboratorio, artificial” y que el proyecto de la oficialidad es una iniciativa “meramente ideológica y política”, en palabras de su portavoz, Javier Jové. “Obedece fala bable”. A lo largo del año se han visto carteles y vallas publicitarias impulsadas por la Plataforma como rechazo a la reforma del Estatuto de autonomía usando la imagen de Adrián Barbón en actitud dictatorial y en las que podía leerse la frase “Obedece fala bable” [“Obedece habla bable”]. 

Ya lo habían hecho algunos meses antes con grandes carteles repartidos por la geografía asturiana identificando la cooficialidad con el separatismo y juntando a Carles Puigdemont, Arnaldo Otegi y al presidente del Principado de Asturias. El lema: “Ellos quieren la oficialidad, ¿y tú?”. “El rodillo bablista es la mayor amenaza de las libertades de los asturianos” afirman desde la agrupación.

“En el PSOE prometieron llevar a la Junta General el debate sobre la oficialidad del asturiano, pero no hicieron nada desde que ganaron las elecciones”, explica Xosé Candel. A comienzos de octubre, coincidiendo con el día de Las Letras Asturianas, la Junta por la Defensa de la Lengua Asturiana convocó una manifestación como cada año para reivindicar dicha demanda. En esta ocasión estaba dirigida al presidente del Principado, el socialista Adrián Barbón. El mensaje: urgir una reforma del Estatuto de Autonomía que incluya la oficialidad y ayude a “dignificar la lengua asturiana” y “no dejarla morir”. 

¿Cómo se reforma el Estatuto? Con una mayoría cualificada de tres quintos en la Cámara. Socialistas (20 escaños), Podemos (4 escaños) e Izquierda Unida (2 escaños) estarían a favor. PP (10), Ciudadanos (5) y Vox (2), en contra. En Foro, desde hace un año reina el cisma entre partidarios de Cascos y de Moriyón, que se ha trasladado a sus dos representantes del Parlamento. El casquista Pedro Leal, que ha sido expulsado de la formación y que vota por su cuenta (en este caso, lo haría en contra de la oficialidad) y el portavoz del Grupo Parlamentario FAC, Adrián Pumares, que defiende que hay que “buscar un consenso alrededor de un sistema que permita que cualquiera pueda utilizar el asturiano con total libertad y también sin obligatoriedad”. ¿Votaría a favor? “No necesariamente” responde. “Falta muchísimo por hacer. No hay un modelo de oficialidad sobre la mesa y tampoco consenso”, añade.

El último escenario de esta falta de acuerdo en cuanto al uso del asturiano se ha traslado al seno de la Junta. Los diputados de Vox —Ignacio Blanco y Sara Álvarez Rouco— abandonaron la Cámara cuando la diputada de Podemos Nuria Rodríguez hablaba en asturiano. En Vox se refirieron a la llingua como “un dialecto que no entienden”, mientras que en Podemos prefieren hablar de “espectáculo y búsqueda de conflicto” por parte del partido de extrema derecha. En la formación morada apelan, a su vez, a la aprobación de la reforma del Reglamento impulsada junto a Izquierda Unida y en la que proponen que “cualquier persona que comparezca ante la Cámara podrá utilizar el asturiano”.