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Todo lo que se sabe del aviso de EEUU sobre un posible atentado en la Rambla

La publicación por entregas de la comunicación enviada desde EEUU sobre un posible atentado en Barcelona –primero, la noticia del aviso, luego una transcripción y finalmente el aviso íntegro incluido en otro documento– ha colocado a los Mossos d'Esquadra en el centro de muchas críticas, la mayoría de ellas en los medios de comunicación. 

En general, los partidos han reaccionado con prudencia, aunque el líder de Ciudadanos, Albert Rivera, considera “muy grave” que el Gobierno central y la Generalitat “desestimaran el aviso del atentado”. Su partido ha exigido “explicaciones inmediatas” al ministro de Interior y al conseller de la misma cartera, pero no ha presentado ninguna solicitud de comparecencia en el Congreso o el Parlament. 

El texto del aviso no incluye información concreta que las fuerzas de seguridad pudieran utilizar. Se refiere a “información sin concretar de veracidad desconocida” sobre “atentados terroristas sin especificar” que están siendo preparados por el ISIS. Sí se cita un posible objetivo específico: la Rambla de Barcelona. 

Un diputado del PP por Zaragoza ha sido el primero en su partido que ha optado por convertir la polémica en un exabrupto dirigido de forma directa contra los Mossos. Es probable que su partido le haya pedido que rectifique, cómo así ha hecho Eloy Suárez, aunque se ha limitado a decir que “no ha estado afortunado”. Un día antes, Sergio Santamaria, diputado del PP por Girona, había estado en la misma línea.

El Gobierno catalán desmintió el día del atentado haber recibido un aviso de la CIA, dato ofrecido por El Periódico. En esa información (La CIA avisó hace dos meses a los Mossos del riesgo de atentado en Barcelona, aunque en realidad se produjo en mayo no en junio), no se decía en qué consistía el aviso, qué información aportaba, si más cuerpos policiales recibieron el mensaje ni si provocó alguna respuesta policial. 

Ese aviso de la CIA o de cualquier otro servicio de inteligencia terminó cayendo en un segundo plano, superado por los acontecimientos posteriores (la investigación del atentado y el fin de la amenaza). Con posterioridad, la primera línea informativa pasó a ser una solicitud de información procedente de Bélgica sobre el imán de Ripoll (en algunos medios se vendió como una “alerta” por las sospechas que había despertado el cerebro de la célula originada en esa localidad), que al final terminó siendo una petición de información de un policía local belga a un mando de los Mossos al que conocía personalmente.

El Periódico recuperó la historia del aviso de mayo el miércoles por la noche con la reproducción del informe al que se denominó en el pie de foto como “carta del espionaje estadounidense a los Mossos”. En esta ocasión, sí se informó que las fuerzas de seguridad del Estado, el CITCO (Centro de Inteligencia contra el Terrorismo y el Crimen Organizado);y el CNI habían recibido la misma información. 

En realidad, se trataba de la transcripción con varios errores ortográficos que fueron detectados entre otros por el responsable de WikiLeaks, Julian Assange. Eso obligó al director de El Periódico, Enric Hernández, a admitir el jueves por la mañana que se trataba de una transcripción con pequeños errores. 

Esos errores y la reaparición de la noticia del aviso provocaron el contraataque de la Generalitat. El conseller de Interior, Joaquim Forn, calificó la noticia de una “campaña de desprestigio contra los Mossos con intencionalidad política”. El mayor de los Mossos, Josep Lluís Trapero, acompañó a Forn en la rueda de prensa para lanzar ataques directos al director de El Periódico con insinuaciones sobre su papel como “intermediario” en esa supuesta campaña.

Forn y Trapero sí reconocieron por primera vez de forma específica que habían recibido una comunicación en mayo sobre un posible atentado, pero que se trataba de una información no muy fiable y negaron que procediera de la CIA, sin desvelar su origen. Según sus explicaciones, Generalitat y Gobierno español contrastaron conjuntamente el aviso y acordaron que no tenía consistencia; después del atentado, lo desvincularon del ataque.

Ya por la noche El Periódico publicó un segundo documento –este sí en su integridad, excepto algunas referencias tachadas– con fecha posterior al atentado. Fechado 21 de agosto, cuatro días después, los servicios de inteligencia de EEUU enviaron directamente al Ministerio de Interior, en concreto al CITCO, una nota que incluía la misma información que ya había facilitado en mayo, que por tanto ya era conocida por el Ministerio de Interior y la Generalitat.  

En el asunto aparece: “Texto de la nota enviada a los Mossos el 25 de mayo de 2017”. Ese dato figura en el breve texto por segunda vez, “el texto que nuestros servicios enviaron a los Mossos el 25 de mayo de 2017”. En este documento sólo hay referencias a los Mossos, y no al CITCO, la Policía y la Guardia Civil.

El centro antiterrorista español había obtenido así después del atentado la prueba documental de una información que había sido desmentida por la Generalitat. Esa prueba apareció en El Periódico diez días después.

A continuación, se transcribe la información “de veracidad desconocida” que todas esas fuerzas policiales ya conocían desde mayo. 

El CITCO está dirigido por Jose Luis Olivera, uno de los comisarios implicados en la llamada 'Operación Cataluña', es decir, las maniobras originadas en el Ministerio de Interior y ejecutadas por varios comisarios para minar políticamente a los independentistas catalanes con información policial. 

En su comparecencia del viernes, el portavoz del Gobierno no ha querido entrar en la polémica: “No es aconsejable mantener debates públicos sobre operativa policial”, ha dicho Íñigo Méndez de Vigo. Sobre responsabilidades, ha sido claro: “Los únicos culpables de los atentados son los terroristas”.