“Los cimientos de la ley de vivienda se levantan sobre las cenizas del atentado de Hipercor”. Estas fueron las palabras que se escucharon el miércoles en el Senado, ocho días después de que el Colectivo de Víctimas del Terrorismo (Covite) denunciara la inclusión de hasta 44 exmiembros de ETA en las candidaturas municipales de EH Bildu para el 28 de mayo (siete de ellos con delitos de sangre en su historial). Fue el popular Pedro Rollán, vicesecretario en la dirección popular de Alberto Núñez Feijóo, quien llevó a su máxima expresión la utilización del terrorismo como estrategia electoral al arrojar al PSOE la masacre perpetrada por la banda terrorista ya desaparecida que acabó con la vida de 21 personas en 1987. El motivo, haber sacado adelante una ley estatal de vivienda con el apoyo, entre otros grupos parlamentarios, de EH Bildu.
De poco sirvió ante la ofensiva de la derecha el paso atrás de la formación independentista con la renuncia de los siete candidatos que cumplieron condena por delitos de sangre. En poco más de una semana, el uso de ETA como elemento de confrontación política y de desgaste del PSOE se acabó convirtiendo en el eje de la campaña. Por el medio, el fantasma de la ilegalización de EH Bildu agitado por Isabel Díaz Ayuso, que insiste en que “ETA está viva”, y la decisión de Feijóo de no abandonar el terrorismo como argumento político de cara al 28M.
En el PSOE, desde donde se produjeron llamamientos públicos y privados al entorno y a la dirección de EH Bildu para que retiraran a los candidatos manchados por su pasado terrorista y para preservar el respeto a las víctimas, lamentan que el PP “solo tenga a ETA” para hacer campaña y denuncian que los de Feijóo hayan traspasado cualquier línea roja. “Feijóo demuestra ser de la misma calaña que Casado”, señalan en Moncloa. El portavoz socialista en el Congreso, Patxi López, contestó a las palabras del vicesecretario de Feijóo calificándolas como “unas declaraciones miserables de alguien miserable”.
Creen en Ferraz, de hecho, que la deriva del PP se le puede haber ido de las manos a Feijóo. “Cosas como la de Rollán pueden movilizar incluso a nuestros votantes porque se cansen de oír barbaridades”, señalan fuentes de la dirección socialista, que confían en que más pronto que tarde la campaña vuelva a los cauces del debate sobre propuestas. “Nosotros, desde luego, no modificamos la campaña por Bildu. Seguimos con el mismo esquema de proponer y de hacer cosas. Habrá más anuncios. El permanente recurso de ETA, para ellos”, apuntan las mismas fuentes.
El politólogo y profesor de la Universidad Carlos III, Lluís Orriols, sí cree que la estrategia de los populares de estirar el chicle de ETA puede llegar a chocar con dos circunstancias. La primera, que empieza a producirse un desajuste entre esa estrategia y la realidad. “Es un tema que poco a poco sale de la agenda una vez que renuncian esos candidatos, así que el discurso puede empezar a resultar inocuo, poco efectivo, porque la gente quiere pasar página”, indica.
Además, para Orriols los mensajes cruzados de los últimos días en el seno del propio Partido Popular trasladan un mensaje que puede llegar a hacer daño al propio Feijóo. “El problema es que se nota que el PP está desorientado, que hay diferentes voces. Unos querían pasar página el martes mientras otros querían hablar de ilegalización, que incomodaba a su vez a otras voces. Eso genera ruido interno, falta de coherencia en el mensaje, y eso es muy perjudicial para un partido”, señala.
Más ETA, menos políticas sociales
Lluís Orriols considera, no obstante, que el PP sí ha logrado su principal objetivo al convertir las listas de EH Bildu en el eje central de la campaña: sacar del foco las políticas sociales del Gobierno de coalición. “El PSOE fue el primero que nacionalizó una campaña que es municipal y autonómica con un Gobierno hiperactivo anunciando medidas en temas de tanta sensibilidad social como la vivienda”, apunta, en conversación con elDiario.es.
Pero esas políticas descansan en unos socios parlamentarios. Y ahí está el filón del PP. “No va tanto de ETA, sino de EH Bildu”, afirma Orriols. Así, uno de los principales argumentos de ataque a nivel nacional se ha vuelto contra los líderes autonómicos y municipales. “No es que ETA mueva voto”, añade el politólogo, sino que es “un elemento de desgaste nacional” que desciende al nivel autonómico y municipal.
El planteamiento de Orriols es que la estrategia del PP tiene una doble consecuencia. Por un lado, “neutralizar los efectos positivos que estaba teniendo la campaña social de Pedro Sánchez”. Y, por otro, “desgastar y desmovilizar al votante socialista más moderado”.
Por eso en la dirección nacional del PP se muestran tan contrariados con la enésima reconducción del discurso que les impone Isabel Díaz Ayuso, que ha convertido una polémica con el PSOE sobre los pactos con EH Bildu en una disputa interna sobre quién está más en contra de ETA. E, incluso, sobre la propia existencia de ETA.
En las plantas altas de la sede del número 13 de la madrileña calle de Génova, donde comparten despacho en diferentes plantas Alberto Núñez Feijóo y Ayuso, no podían ocultar su satisfacción a mitad de semana. Los sondeos diarios indicaban repunte del PP, continuismo de Vox y descenso del PSOE. El objetivo estaba conseguido y la dirección zanjó que pedir la ilegalización de EH Bildu, como hacía la ultraderecha, era “un brindis al sol”.
Hasta que llegó Ayuso. “ETA está viva”, dijo, para insistir en que había que pedir la ilegalización de EH Bildu, pese a reconocer que el Constitucional avaló el partido. Y pese a que su secretaria general, Cuca Gamarra, dijo en una rueda de prensa que los servicios jurídicos del PP creían que no había forma de sacar a la coalición vasca del juego por las vías democráticas. Durante unos días, la hipérbole dominó el discurso del PP hasta alcanzar la cima con esa frase de Pedro Rollán. Y de Bildu se pasó a hablar de ETA, algo que quizá no conviene tanto al PP 12 años después de su final.
De un día para otro, el debate político pasó de la conveniencia de tener a EH Bildu como socio a una pugna interna del PP y a que Ayuso incluso arremetiera contra una de las víctimas del terrorismo más significativas. Consuelo Ordóñez es hermana de Gregorio Ordóñez, un referente en Euskadi y cuyo carisma empujó a personas como el hoy portavoz nacional, Borja Sémper, a afiliarse al partido. Este viernes, Ayuso acusó a Consuelo Ordóñez de tener “algo personal” contra el PP por sus críticas a la deriva discursiva de la candidata madrileña.
“Es un delirio decir que ETA está viva”, aseguran desde la dirección del PP. El propio Feijóo ratifica esta idea cuando apunta a que fue “la sociedad en su conjunto” y no “el PSOE” quien acabó con el terrorismo. “Pedro Sánchez se encontró el problema solucionado”, dijo el jueves en Barcelona. El viernes, ya en Lugo, Feijóo dedicó buena parte de su discurso a EH Bildu y su relación con el PSOE y el BNG. Solo mencionó una vez la palabra “ETA”, para darla por finiquitada, e insistió en trasladar al nivel municipal y autonómico las políticas y alianzas de Sánchez.
Poco antes, Ayuso insistió en que ella se ve “obligada” a mantener un discurso que, según ella, ya nadie mantiene en el PP. La presidenta madrileña, que se dio “cuenta” en 2005 (con 27 años) del “problema” que había en España con ETA, según dijo ella misma en RNE, dijo que “no ilegalizar” a EH Bildu era conceder “que ellos han ganado”. “ETA no se va a contentar”, dijo. En presente, para desesperación de la dirección de Feijóo.
Unidas Podemos confía en cambiar el eje del debate
“Es verdad que han conseguido colocar el marco y es difícil escapar de eso”, reconocía un dirigente de Unidas Podemos estos días. En el conjunto del espacio político son conscientes de que han perdido un tiempo valioso de campaña hablando de un tema que no les suma ningún voto, pero creen que empieza a agotarse y que en los próximos días van a poder torcer el eje de la conversación hacia asuntos como la ley de vivienda, de la que esperaban poder sacar pecho en esta campaña.
De hecho, la ministra de Derechos Sociales, Ione Belarra, en un mitin este viernes en Bilbao con los candidatos de Elkarrekin Podemos, obvió cualquier mención al monotema del inicio de la campaña. “Hay que celebrar las victorias. Nunca hubiese habido ley sin el trabajo de este espacio. La pelea empieza ahora, estas elecciones son fundamentales para garantizar el derecho a la vivienda. Son un referéndum”, dijo.
“Al final esta derecha y extrema derecha hablan de ETA porque no quieren que hablemos de las mordidas que la señora Ayuso le estaba regalando a su hermano Tomás Díaz Ayuso”, decía también este viernes la ministra de Igualdad, Irene Montero, en una entrevista para el Diario de Ibiza. En esa tensión entre tratar de salir del marco y no dejar pasar una oportunidad para entrar en el choque contra el PP, las líderes de esa formación estos días han advertido a Feijóo de que cualquier debate sobre ilegalizar partidos se le puede volver en contra a una fuerza que, dicen, lleva cinco años incumpliendo la constitución con el bloqueo de la renovación del Consejo General del Poder Judicial. Fuentes de la formación sostienen que al PP incluso se le puede empezar a volver en contra estirar tanto este tema.
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