El concejal de Ahora Madrid Guillermo Zapata se sentará en el banquillo de los acusados por un tuit que escribió en 2011 sobre Irene Villa en el que entrecomillaba un chiste dentro de un debate sobre los límites del humor negro. En un auto al que ha tenido acceso eldiario.es, la Sala admite a trámite el recurso de Dignidad y Justicia y Manos Limpias contra la última decisión de archivo del juez Santiago Pedraz. La decisión conocida hoy no es recurrible.
El tribunal que ha adoptado la decisión está formado por Enrique López (ponente) y Concepción Espejel (presidenta), ambos apartados del caso Gürtel por su afinidad al Partido Popular. El tercer miembro del tribunal, el magistrado José Ricardo de Prada, ha emitido un voto particular en el que se opone a que Zapata sea juzgado porque no aprecia delito en su conducta.
El tuit que sentará a Zapata en el banquillo decía: “Han tenido que cerrar el cementerio de las niñas de Alcaser para que no vaya Irene Villa a por repuestos”. Según los magistrados se trata de un posible delito de humillación a las víctimas del terrorismo. A pesar de que la propia Irene Villa escribió a la Audiencia Nacional asegurando que no se había sentido aludida ni humillada.
“No cabe duda de que el delito aquí tratado posee una naturaleza más íntima y personal, que afecta directamente al honor de las víctimas de acciones terroristas, por el hecho de serlo, pero que en último término supone un ataque a su dignidad humana, violada con el menosprecio que supone el comportamiento querido, directa o indirectamente, por el sujeto activo”, recoge el auto.
En su voto particular, José Ricardo de Prada niega que el contenido de la frase de Zapata sea “objetivamente ofensivo”, como afirman sus compañeros. El magistrado se pregunta cómo puede hacerse esta afirmación -“tautológica y plagada de subjetivismo”- si él mismo no está de acuerdo, tampoco la Fiscalía y, ni tan siquiera, la supuesta víctima del chiste.
“En la subcultura del humor negro, los chistes crueles y macabros utilizan estereotipos humanos, personas o grupos, como símbolos, pero no auténticas personas, no en su dimensión humana. Pretenden ser procaces, incívicos, contraculturales, alternativos, romper la línea del pensamiento correcto, pero en general no buscan la ofensa, el daño moral de personas concretas ni de colectivos a través de la humillación, el descrédito o menosprecio, que requiere mecanismos de acción diferentes”, explica el magistrado discrepante.
Reacción del acusado
Poco después de conocerse la decisión del tribunal, Zapata se ha pronunciado sobre el delito que se le imputa a través de un comunicado difundido en las redes sociales. “Nos quieren tristes, no les daremos ese placer”, ha asegurado después de que la Audiencia Nacional haya fallado a favor de juzgarle por enaltecimiento del terrorismo.
En la nota reitera en varias ocasiones que la causa ya había sido archivada por el juez Pedraz -en concreto tres veces-, aunque “acepta el resultado” del recurso y “respeta las decisiones judiciales”. Además Zapata ha agradecido que por este proceso ha podido reunirse con representantes de asociaciones de víctimas del terrorismo, “escucharles y aprender de ellas”.
“Conversar tranquilamente con estas personas es una de las cosas más potentes política y emocionalmente que me han pasado en en todo ese tiempo”, concluye.