El comisario José Villarejo seguirá en la cárcel. Los magistrados de la Sección Tercera de la Sala de lo Penal de la Audiencia Nacional han decidido mantener en situación de prisión provisional al policía jubilado, que permanece internado en la cárcel de Estremera (Madrid) desde el 5 de noviembre de 2017 acusado de liderar la presunta organización criminal que se investiga en la Operación Tándem.
En la vista celebrada este jueves, la defensa de Villarejo solicitó su excarcelación alegando, entre otras razones, que su estado de salud es incompatible con la estancia en la cárcel. Su abogado, Antonio Cabrera, añadió además que se habían vulnerado sus derechos porque fue medicado para provocarle una “bajada artificial” de la tensión que en apariencia le permitiese acudir por videoconferencia a la vista del pasado octubre en la que el instructor Manuel García Castellón decidía si acordaba la prórroga.
La Sección Tercera de la Sala de lo Penal tumba esos argumentos y confirma el auto del juez García Castellón, que acordó mantenerlo en prisión superada la barrera de los dos años. En el auto en el que motivó esta decisión, el magistrado aseguró que en su caso concurría elevado riesgo de fuga, “un evidente riesgo de reiteración delictiva” así como “alto riesgo de alteración o destrucción de fuentes de prueba”. La situación de prisión provisional se puede extender hasta un máximo de cuatro años mientras no medie juicio y condena.
El pasado 24 de octubre, en su declaración ante García Castellón en la vista sobre la prórroga de su encarcelamiento preventivo, aseguró que tiene “cien veces más material” del que obra en los informes que son objeto de investigación en la Audiencia Nacional. Asuntos Internos se incautó durante los registros de hace dos años de material grabado por Villarejo durante décadas y que ocupa casi 30 terabytes de espacio. En los mismos hay unos 400 dosieres de encargos o trabajos realizados por el comisario valiéndose de su condición de comisario. Algunos de ellos ya han servido para abrir 18 piezas separadas de la Operación Tándem.
Según el juez García Castellón, Villarejo es el supuesto líder de un “clan policial mafioso” con el que montó una estructura paralela desde la que ofrecía todo tipo de servicios a la élite empresarial (informes para desacreditar a adversarios, extorsiones, chantajes...).