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El Ayuntamiento de Madrid se quedó con material “defectuoso” de los comisionistas por 4 millones

Pedro Águeda

1 de mayo de 2022 21:21 h

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Cuando se cumple un mes de que elDiario.es desvelara una investigación de Anticorrupción por comisiones millonarias en compras de material sanitario por el Ayuntamiento de Madrid sigue sin conocerse el auténtico alcance de la estafa. A los seis millones de euros que se quedaron en comisiones Alberto Luceño y Luis Medina hay que sumar el perjuicio que supuso que una parte del material que adquirió el consistorio fuera “defectuoso” o “de ínfima calidad”, según las expresiones que utiliza en su querella la Fiscalía Anticorrupción. Ese material tuvo un destino aún por aclarar y supuso un desembolso de 4 millones de euros. La administración que dirige José Luis Martínez-Almeida nunca lo denunció.

Además de los test y los guantes, el Ayuntamiento de Madrid compró a una empresa con sede en Malasia, a través de Luis Medina y Alberto Luceño, un millón de mascarillas de las que el fiscal Luis Rodríguez Sol afirma: “A pesar de ser de buena calidad, el vendedor habría estado dispuesto a vender por un precio muy inferior al pagado; concretamente, el 40% de lo que el Ayuntamiento pagó por ellas”.

Así que las dudas sobre la calidad del material sanitario adquirido se aloja en los guantes y los test y en qué se hizo con ellos. Sobre los guantes, la compra fue de 2,5 millones de pares “de calidad muy inferior y características distintas a las que se habían ofrecido al Ayuntamiento”, según Anticorrupción. El Consistorio pagó por guantes hasta el codo y Luceño entregó otros hasta la muñeca. 

Cuando la responsable de compras, Elena Collado, reclamó, el comisionista le respondió que la empresa malaya no hacía devoluciones pero que rebajaba el precio a 0,39 dólares en lugar de los 2 que había pagado por pareja el consistorio. Lo que estaba haciendo en realidad era renunciar a la comisión y dejar cada par de guantes inservibles para proteger a los sanitarios a un precio cuatro veces superior de lo que costaban en un supermercado de la capital. 

Luceño devolvió 4 millones de dólares más 25.000 de penalización que le había impuesto el vendedor y que él había cargado también al Ayuntamiento. Así que de los 5 millones de dólares que había pagado el consistorio, el desembolso en guantes final fue de 975.000. Ahora, el Ayuntamiento tenía 2,5 millones de guantes que llegaban solo hasta la muñeca.

elDiario.es ha solicitado al al Consistorio información sobre el destino de esos pares de guantes. La respuesta que ha obtenido de un portavoz oficial es que como no servían para los sanitarios se repartieron entre otros funcionarios del Ayuntamiento como los conductores de la Empresa Municipal de Transportes. El desembolso en euros de los guantes hasta la muñeca equivale a 926.002,84 euros al cambio actual. 

“No consta que se hayan enviado los reactivos”

Sobre los test la discrepancia crece. El alcalde de la capital, José Luis Martínez-Almeida, asegura que faltaban reactivos para un lote, que los vendedores lo entregaron a través de los comisionistas y que todos ellos fueron destinados a personal del Ayuntamiento. Luceño y Medina también han asegurado en sede judicial que los reactivos se entregaron. Pero en los mensajes y correos electrónicos incorporados a la causa no hay constancia de que la entrega se materializara, de tal forma que el fiscal llega a decir en su querella: “No consta que hasta la fecha se hayan enviado nuevos reactivos ni se haya corregido de otra manera el defecto de sensibilidad de los test”.

Ni siquiera hay consenso sobre cuántos de esos test necesitaban reactivos extra para poder ofrecer resultados fiables sobre el contagio de la Covid-19. El gerente de Madrid Salud envió un correo el 26 de mayo a la delegada de Seguridad y portavoz municipal, Inmaculada Sanz, y a la propia Elena Collado en el que traslada el resultado del análisis de los tres lotes en el que dice que únicamente el que incluye 75.000 test “es el que tiene una mayor sensibilidad y especificidad según datos del laboratorio del INIA y es el que estamos usando en Policía, Bomberos, Samur, Servicios Funerarios y EMT”. Y añade: “Los otros lotes no se deben utilizar por su baja sensibilidad”.

En esa época, Collado y Luceño todavía se comunican por WhatsApp. Cinco días después de ese correo, la responsable de compras escribe al comisionista pero solo pidiéndole explicaciones por uno de los lotes. “Si podemos cambiarlos por otra partida fenomenal. Si no puede ser, tenemos que devolverlos”, escribe Collado. 

La explicación de por qué pide soluciones para un test podría estar en una referencia que Elena Collado de WhatsApp con Luceño: “Te mando un correo con las validaciones del laboratorio independiente”. “Manda el correo y mañana lo reenvío a Leno”, contesta el comisionista. elDiario.es ha preguntado al Ayuntamiento qué ocurrió para ese cambio de criterio, de un solo lote utilizable a dos, pero el consistorio ha rechazado explicarlo alegando que hay una causa judicial abierta. 

Si fueron uno o dos los lotes de test no eran aptos para su uso, el fiscal del caso concluye: “Gran parte de los test Covid-19 que recibió el Ayuntamiento eran defectuosos”. “Concretamente, de los 250.000 test recibidos, solo 75.000 tenían un nivel de sensibilidad aceptable”, añade Luis Rodríguez Sol. De acuerdo con las afirmaciones del fiscal, el Ayuntamiento pagó 3,06 millones de euros por pruebas diagnósticas que no tenían “un nivel de sensibilidad aceptable”. A esa cifra hay que añadir los 926.002,84 euros en guantes “de ínfima calidad y que solo llegaban hasta la muñeca”. En total 3.989.008,4 euros de un material sanitario del que se sigue desconociendo el uso que se le dio. 

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