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CRÓNICA

Un periodista hace una pregunta lógica a Ayuso y ella no da crédito ante tanta osadía

Isabel Díaz Ayuso en su intervención ante los medios el lunes.
18 de marzo de 2024 23:13 h

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“Es que me pincho y no sangro con la pregunta”. Isabel Díaz Ayuso no daba crédito ante la osadía del periodista. Le había recordado en la mañana del lunes sus propias palabras cuando defendió a muerte a su pareja la semana pasada, denunciada por la Fiscalía por fraude fiscal. Entonces dijo que no había delito, incluso que el Estado le debía dinero, 600.000 euros nada menos, y que todo era una conspiración contra su amado Alberto González Amador. El periodista le había preguntado por cómo le puede afectar políticamente que su novio haya admitido haber cometido dos delitos fiscales. 

Cómo se atreven los periodistas a hacer preguntas sobre la investigación de un delito. A informar de un caso que afecta personalmente a Ayuso, de la misma forma que también publican noticias sobre el 'caso Koldo'. “Hablamos de crédito a estas alturas con todo lo que está pasando en este país”, dijo la presidenta madrileña, que vive en un piso valorado en un millón de euros cuya compra fue financiada por los ingresos del novio, inflados en ese momento por no haber pagado a Hacienda.

Una vez que Ayuso hizo la defensa numantina de su pareja el 13 de marzo, pasó a iniciar un tiempo de silencio y no tener que responder ante las evidencias de que el novio la había engañado a ella o bien ella había mentido a todo el mundo. “Ciertamente se han cometido dos delitos contra la Hacienda Pública”, es la frase definitiva que apareció en el mensaje enviado por Amador a la Fiscalía a través de su abogado en una fecha tan temprana como el 2 de febrero. 

¿No se lo cuentan todo Amador y Ayuso o esta última ocultó algo que ya sabía porque le convenía lucirse una vez más como víctima de la maldad de sus enemigos? La presidenta no quiso responder a la pregunta de si estaba enterada de esa notificación a la Fiscalía. Y se lo preguntaron más de una vez.

En esta reaparición del lunes en un acto oficial, Ayuso respondió a varias preguntas sobre el caso. Le daba igual lo que se hubiera conocido en los días anteriores. Incluso lo que había hecho su propio jefe de gabinete, Miguel Ángel Rodríguez. Junto a múltiples referencias al 'caso Koldo' que afecta al Ministerio de Transportes del Gobierno de Sánchez, dijo que es un “gravísimo escándalo” que se hayan conocido los negocios de su novio. Para darle colorcillo tradicional, dijo también que todo era “chavista”. “Esos sumarios, ¿por qué tienen que estar en los medios de comunicación?”.

La respuesta es sencilla: por la misma razón que han aparecido los datos del sumario del 'caso Koldo' en los medios. Los periodistas se enteran de estas cosas cuando aparecen reflejadas en mensajes entre instituciones, cuando llegan a los juzgados o si aparecen en autos judiciales, entre otras muchas vías. De la investigación del 'caso Koldo', Ayuso no está molesta de que los medios informen.

La queja adquiere niveles gloriosos de descaro cuando fue Rodríguez en persona el que envió a El Mundo un email de la Fiscalía para hacer circular una información falsa. El diario lo publicó de inmediato, firmado por el mismo periodista que escribió el artículo que decía que Xavier Trias, alcalde de Barcelona, tenía una cuenta corriente en Suiza que en realidad no existía.

Se vendió que la Fiscalía ofrecía un trato a Amador, cuando en realidad era este quien había hecho el ofrecimiento e iniciado la comunicación. Rodríguez cerró el círculo conspiratorio difundiendo el artículo en Twitter y añadiendo por su cuenta que “desde arriba” se había presionado al fiscal para que no negociara con el letrado del acusado.

Eso es lo que Ayuso denomina “estrategia de defensa de un particular” que no tiene nada que ver con ella ni con su Gobierno ni con los mensajes de su jefe de gabinete. Ni con la casa en la que vive ni con el Maserati al que se ha subido a veces.

Dos millones de ingresos en un año por comisiones en la venta de material sanitario. Unos beneficios admitidos ínfimos. 1,7 millones justificados con facturas que luego se admite que son por trabajos inexistentes. Un fraude fiscal por valor de 350.951 euros en 2020 y 2021. “Un delito continuado en un plan preconcebido con facturas falsas y explicaciones inverosímiles e inaceptables”, dice el informe de la Agencia Tributaria, según El País. Un intento de vender vacunas a Costa de Marfil por un precio cinco veces superior al real.

¿Y qué tiene que decir Alberto Núñez Feijóo sobre todo esto? Que todo es “absolutamente machista” y que existe una “trama mediática”. No se esperaba otra reacción tomando en consideración cómo se las gasta Ayuso.

En relación a las amenazas de Rodríguez a una periodista de elDiario.es, Ayuso lo ciñó a un hecho trivial: “Dos personas que tienen una relación de confianza de treinta años discuten por WhatsApp. Qué hacen esos mensajes circulando por ahí” (que se lo pregunte a Rodríguez, que fue el primero que filtró las imágenes de los mensajes).

Ni son amigos ni un medio de comunicación está obligado a ocultar que ha sido amenazado en términos nada ambiguos: “Os vamos a triturar. Vais a tener que cerrar”. Vamos, lo que le dices a un amigo de toda la vida.

Rodríguez no sólo amenazó a este medio, sino también personalmente a la periodista Esther Palomera, que ha explicado en un artículo cómo fue esa comunicación y que su relación con Rodríguez ha sido siempre estrictamente profesional, nunca personal.

El estilo de matón y sus ataques de furia son un sello particular de la carrera de Miguel Ángel Rodríguez desde hace décadas. Sus maniobras y su incontinencia verbal en público le costaron el puesto en la Junta de Castilla y León y en el Gobierno de José María Aznar. “Era un personaje muy conflictivo”, dice un periodista que lo sufrió en Valladolid. “Lo ha seguido siendo durante todo este tiempo y, además, era una persona muy belicosa, que arremetía contra todo y amenazaba a todo el mundo”.

Ayuso le dio una segunda oportunidad que no se puede negar que ha sido exitosa a la vista de los resultados electorales. Esta vez, Rodríguez optó por tener un papel público discreto sin conceder entrevistas, pero en las conversaciones privadas continuaba siendo el mismo de siempre. Los insultos y amenazas de este episodio revelan como mínimo su nerviosismo por el caso del pelotazo, fraude fiscal incluido, que permitió a Ayuso cumplir uno de sus sueños, no seguir viviendo de alquiler a través de un comisionista sin escrúpulos.

Eso siempre es bonito. Pero los medios no pueden obviar la relación causa-efecto de las dos situaciones (con piso de lujo - sin piso de lujo) y cómo ella se ha visto beneficiada personalmente por los negocios de su pareja. La reputación de la presidenta de Madrid está en juego, digamos que por culpa de las acciones de su novio y de sus singulares explicaciones ante los medios. Hacerse todas esas preguntas es una misión obligada, al menos para los periodistas que no están cagados de miedo con Miguel Ángel Rodríguez.

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En elDiario.es somos conscientes de que publicar noticias como esta no es fácil, que puede haber consecuencias. Al menos ya sabemos a qué nos enfrentamos esta vez. Nos lo han dejado claro y por escrito: “Os vamos a triturar, vais a tener que cerrar”. Las amenazas de Miguel Ángel Rodríguez, la mano derecha de la presidenta de Madrid, no son solo un calentón. No es siquiera la primera vez que recurre a presiones así para evitar que se publique una información.

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