Bajar impuestos, privatizar y recentralizar: Casado promete el regreso del PP que nunca se fue

Aitor Riveiro

Valencia —
3 de octubre de 2021 14:30 h

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Eliminar impuestos; privatizar empresas y servicios; derogar las leyes de Memoria Democrática, trans, o Celaá; promocionar la maternidad y dificultar el aborto; cerrar fronteras, reclamar la españolidad de Gibraltar y alojar en Rota y Morón la VI Flota de EE UU; encarcelar a los piquetes, imponer el castellano en las aulas; prohibir partidos y asociaciones; convertir los referéndum en delitos e introducir la rebelión sin violencia en el Código Penal. Y Monarquía. Pablo Casado ha expuesto este domingo en el cierre de la Convención Nacional su programa para hacerse con el poder y que el PP regrese a la Moncloa. El PP de siempre, con las propuestas de siempre y los eslóganes de siempre.

“Hemos recuperado el liderazgo del espacio electoral del centro derecha. Los que vinieron a sustituirnos se han ido quedando por el camino. El PP es mucho PP.  La elección no es entre nueva y vieja política, sino entre buena y mala política. Somos la única alternativa de futuro y esperanza para España”. Así ha proclamado este domingo Pablo Casado el liderazgo del partido que dirige hace tres años en una plaza de toros de Valencia que ha completado el aforo permitido, de 9.000 personas, y en cuyos aledaños se han quedado cientos de militantes sin poder entrar.

El líder del partido ha puesto el broche a una accidentada semana de convención, dominada por los exabruptos y problemas de los invitados estrella del cónclave, y por la guerra abierta entre la dirección nacional e Isabel Díaz Ayuso. La presidenta de Madrid, que amenazó con boicotear la semana grande de Casado, acabó redimiendo sus pecados desde el escenario del Palau de les Arts, ante la incomodidad del resto de barones autonómicos por acaparar todo el protagonismo incluso en un acto de contrición que no es más que una tregua dirigida únicamente a su amigo y líder.

El domingo sí, por fin, fue el día de Casado y solo de Casado. En un discurso de una hora y sin papeles, como suele hacer, el presidente del PP ha arremetido con dureza contra el Gobierno de coalición, sin mencionar expresamente en ningún momento a Pedro Sánchez. Tampoco ha mencionado a Vox, a Unidas Podemos o a Ciudadanos. El acto de esta semana, y el final de fiesta, se ha pensado en clave interna, para relanzar el proyecto personal del líder y la marca que le sirve de paraguas.

Casado ha reiterado sus críticas a la gestión de la pandemia, ha culpado al Gobierno de coalición de las muertes provocadas por el coronavirus, ha acusado de “desenterrar los rencores” a quienes defienden la Memoria Democrática y la recuperación de los españoles enterrados en las cunetas, se ha arrogado el haber sido los artífices de la Transición y de la Constitución, haber “derrotado a ETA”, “romper el techo de cristal” para las mujeres.

“Estamos hartos de la superioridad moral de los izquierdas y nacionalistas que nos miran por encima del hombro”, ha proclamado, para agradecer lo que hicieron en su día José María Aznar y Mariano Rajoy en el Gobierno, pese a que ninguno de los dos estaba este domingo en Valencia. La foto tenía que ser de Casado y solo de Casado. Francisco Camps, entre el público, no ha sido mencionado ni una vez en las cuatro horas que ha durado el acto.

“Liberad, igualdad... y maternidad”

“Nada más llegar al Gobierno pondremos en marcha tres grandes planes nacionales de reformas estratégicas para reforzar la institucionalidad, el empleo y las familias”, ha dicho Casado, quien ha reformulado el lema de la Revolución Francesa. “Libertad, igualdad... y maternidad”, ha dicho. Defendemos la cultura de la vida. Las administraciones deben estar a favor de la vida; si tienen dudas, a favor de la vida; si faltan recursos, que los pongan para salvar vidas; y si se equivocan, que lo hagan a favor de la vida“, ha dicho, sin mencionar en ningún momento la palabra ”aborto“.

El presidente del PP ha prometido una “ley de concordia”, que sustituya a la de Memoria Democrática, para “reivindicar la Transición y la reconciliación y ayudar de verdad a las familias a encontrar los restos de sus seres queridos”, sin mencionar dónde están, por qué y quién los enterró ahí.

También ha planteado “despolitizar los reguladores, el CNI, RTVE y el Consejo de Estado”. O “recuperar las competencias en prisiones en Catalunya y País Vasco” para el Estado, hoy transferidas según marcan los estatutos de autonomía, así como establecer por ley la obligatoriedad de que el castellano sea “lengua vehicular”. En la “batalla cultural” también destaca la creación de un Museo Nacional de Historia de España “al lado del Prado y del Reina Sofía” donde hoy está el Ministerio de Agricultura. “España no tiene que pedir perdón a nadie ni por nada. Nos deben dar las gracias por nuestra aportación a América”, ha concluido.

Eliminar Sucesiones, Donaciones y Patrimonio

En materia económica cero novedades. Bajar impuestos es el mantra del PP, pese a que el propio Rajoy le reclamó a Casado el lunes pasado, en la inauguración de la convención, que no gobierne con “eslóganes ni dogmas”, y le recordó que él tuvo que nacionalizar la banca y subir impuestos.

Pero Casado ha hecho más caso de Aznar y se ha comprometido a eliminar los impuestos de Sucesiones, Donaciones y de Patrimonio. “Que el dinero esté en el bolsillo de los españoles”, reza el versículo.

Otro dogma: “Liberalizar al máximo”. Sin apellidos. Casado ha planteado introducir la mochila austriaca o “sacar a bolsa las compañías públicas mal gestionadas por los amigos del Gobierno”. Es decir, privatizar las empresas públicas que quedan.

“Menos Estado, menos intervencionismo”, ha resumido. “No somos recambio ni reemplazo. Salimos a por todas. El cambio ya está aquí. Quiero un PP grande, firme, amplio, abierto, unido, que no salga a empatar sino a ganar y a gobernar”, ha añadido en el final de su discurso, que ha cerrado con un “¡viva el PP y viva España”.