El Gobierno alemán ha anunciado este domingo la celebración de una cumbre en Minsk (Bielorrusia) el próximo miércoles con participación de Rusia, Ucrania, Alemania y Francia para abordar un paquete de medidas que pongan freno a la violencia en el este de Ucrania. Berlín hizo pública la convocatoria de la reunión después de que hoy mismo hablaran por teléfono la canciller, Angela Merkel, y los presidentes de Francia, François Hollande; Rusia, Vladimir Putin; y Ucrania, Petro Poroshenko.
Poco después del anuncio, Putin matizaba que la cumbre a cuatro bandas se celebrará solo hay consenso sobre el arreglo del conflicto ucraniano. “Hemos acordado que intentaremos organizar la reunión (...) en Minsk en torno al miércoles si para entonces logramos consensuar la serie de puntos que hemos estado discutiendo intensamente”, dijo el presidente ruso, citado por las agencias locales.
El jefe del Kremlin hizo estas afirmaciones en Sochi (mar Negro) al reunirse con el presidente bielorruso, Alexandr Lukashenko, anfitrión de dicha cumbre y de las anteriores rondas de negociación entre Kiev y los separatistas prorrusos.
Moscú precisó en un comunicado que los preparativos de la cumbre se celebrarán mañana a nivel de expertos en Berlín, adonde acudirá el viceministro ruso de Exteriores, Grigori Karasin. Además, agregó que en víspera de la cumbre, el martes, habrá que convocar una nueva reunión del Grupo de Contacto, formato de negociaciones entre Kiev y los separatistas prorrusos con la mediación de Rusia y de la OSCE. En esa reunión se abordarían asuntos como el alto el fuego y un mecanismo para supervisar el cumplimiento de los acuerdos de paz de Minsk de septiembre de 2014, señaló otra fuente diplomática.
Según las fuentes oficiales citadas hoy por la prensa, el plan incluye una hoja de ruta con plazos para el cumplimiento de los acuerdos de paz. Pero estos han sido modificados en lo que se refiere a la zona desmilitarizada, que tendría más de los 30 kilómetros fijados entonces, ya que las milicias separatistas han tomado cientos de kilómetros cuadrados en su última ofensiva.
Europa y Estados Unidos no se entienden
La Conferencia de Seguridad de Múnich (MSC), el “Davos de la defensa”, ha sido este fin de semana escenario de la falta de entendimiento entre todos los grandes actores involucrados en esta crisis, Estados Unidos, Rusia, Ucrania y Alemania, que encabeza los esfuerzos de mediación europeos.
Los dirigentes políticos han mantenido varias reuniones tras las que, por el momento, no se ha llegado a un acuerdo. De un lado, se sitúa el eje franco-alemán, que descarta una “solución militar” del conflicto y aboga por la vía diplomática. Del otro, Estados Unidos, partidario de suministrar armas a Kiev para que pueda combatir a los separatistas rusos, que cuentan con el respaldo militar y financiero de Moscú.
Un choque de trenes que este domingo negaba el secretario de Estado de EEUU, John Kerry. “No hay división. Estamos unidos y trabajamos conjuntamente. Estamos de acuerdo: esta crisis no se resolverá de forma militar. Pero cuanto más se retrase la respuesta de occidente, más complicado será afrontar a Rusia y a sus asociados”, ha aseverado tras intervenir en Múnich. En esta línea, Kerry ha cargado contra Rusia por tratar de “alterar fundamentalmente” el mapa geopolítico europeo y por su “indiscutible esfuerzo” por desestabilizar Ucrania con su apoyo a los rebeldes prorrusos del este del país.
Por su parte, el ministro de Exteriores, José Manuel García-Margallo, viaja el lunes a Kiev. Y lo hace en un momento crítico de este conflicto debido al recrudecimiento de los combates en el este del país. Irá acompañado de una delegación empresarial junto a la que inaugurará el martes un Foro Empresarial España-Ucrania. Después, Margallo se reunirá con su homólogo ucraniano, Pavlo Klimkin, con quien, además de abordar la situación en el este de Ucrania tras los últimos acontecimientos, hará un repaso exhaustivo del estado actual de las relaciones bilaterales entre ambos países. Asimismo está prevista la firma de un acuerdo sobre protección recíproca de información clasificada entre España y Ucrania.
Los olvidados acuerdos de Minsk
Los acuerdos de paz de Minsk establecieron que los separatistas prorrusos y las fuerzas ucranianas se comprometían a mantener intactas sus posiciones y a crear una zona de seguridad de 30 kilómetros, de donde debían retirar el armamento pesado. Pero esos compromisos para lograr la convivencia se han esfumado.
En las últimas horas, al menos ocho civiles han muerto en la zona bajo control separatista de la región de Donetsk, mientras el mando militar ucraniano informó sobre 70 bajas en las filas rebeldes en combates en todo el este del país. Además de los muertos, otros 14 civiles resultaron heridos en los bombardeos con armamento pesado contra las principales plazas fuertes prorrusas de Donetsk y Górlovka, entre otras, según informaron los portavoces rebeldes.
Ambos bandos se acusaron mutuamente de atacar con fuego de artillería sus posiciones durante toda la noche, pese a las negociaciones en marcha sobre un plan de paz para el arreglo del conflicto. Durante la madrugada en Donetsk se pudieron oír los cañonazos contra los distritos del norte y suroeste de la ciudad, y los suburbios.
Kiev volvió a pedir el sábado armas para combatir a los separatistas prorrusos sublevados en las regiones orientales de Donetsk y Lugansk. El presidente ucraniano, Petró Poroshenko, aseguró que su país “tiene derecho” a recibir armamento defensivo dadas las violaciones a su integridad territorial por parte de Rusia y señaló que el conflicto no se cerrará hasta que Occidente preste, además de apoyo económico y material, “también apoyo militar”.
El éxito de la propuesta franco-alemana, que trata de apurar las últimas opciones de la vía diplomática, dependerá del resultado de las conversaciones que la canciller Merkel mantendrá el lunes en Washington con el presidente estadounidense, Barack Obama, quien siempre se opuso a suministrar armamento a Kiev, pero que reconoce el derecho de Ucrania a defenderse de su vecino del norte.
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