“En ningún sitio está escrito que Podemos deba presentarse a las elecciones europeas”

La economista y profesora de la Universidad Complutense Bibiana Medialdea fue una de las personas que firmó el manifiesto que dio origen a la iniciativa Podemos. Ahora, cuando arranca la segunda fase de su puesta en marcha, que deberá concretar programa y candidaturas, actuará como portavoz provisional en Madrid aunque de forma temporal: “Hasta que lo validen los simpatizantes o elijan a otros”. Atiende a eldiario.es por teléfono.

Hoy arranca la segunda fase de la iniciativa Podemos, ¿cuál es su papel en ella?

Yo firmé el manifiesto que dio origen a Podemos. Hicimos un diagnóstico de la situación actual y de un descontento de la mayoría social que no son capaces de recoger las organizaciones políticas, por lo que proponíamos crear una herramienta que lo hiciera. Yo suscribo al 100% ese manifiesto, pero una vez que Pablo Iglesias intenta dar respuesta al diagnóstico que hicimos el manifiesto pasa a un segundo plano. Hoy yo intervengo a título personal, aunque seré la portavoz provisional de Podemos en Madrid.

¿Provisional?

El grupo que firmamos el manifiesto y el grupo promotor de Podemos somos un equipo provisional hasta que se articulen los mecanismos que permitirán a los simpatizantes validar este grupo o elegir a quien consideren.

Volviendo al manifiesto que dio origen a Podemos, es un texto amplio que habla del 99% y de la nacionalización de las empresas energéticas…

El manifiesto lo firmamos un grupo de personas limitado, pero Podemos es una propuesta de herramienta para articular la participación ciudadana, por lo que la gente que participe en Podemos no tiene ni siquiera que tener en cuenta el documento.

¿No será la base del programa de Podemos, entonces?

Lo que hemos puesto en marcha es una metodología. Luego, cada uno defenderemos lo que pensamos. Ahora mismo, el programa de Podemos es una hoja en blanco.

¿Y cómo se va a redactar el programa?

Será una tarea difícil, pero es lo que empezamos hoy, la segunda fase. La afluencia de personas a los actos de Podemos está sobrepasando las expectativas y los mecanismos se están quedando estrechos.

¿En qué consiste exactamente la segunda fase de la iniciativa?

Lo primero que tenemos que hacer es organizar los círculos de Podemos, que han surgido de forma espontánea, lo que ha provocado duplicidades territoriales, por ejemplo. Solo organizándonos podremos ser expresión de algo. En segundo lugar viene la elaboración del programa, que debe hacerse de forma participativa con mecanismos presenciales y digitales. Por último, hay que afrontar la elaboración de la posible candidatura.

¿Es un orden cronológico?

Debería serlo, pero como decía hay una gran afluencia de personas interesadas en la iniciativa, lo que probablemente obligará a que se solapen los procesos.

Los tiempos son muy justos de aquí a las europeas.

Podemos mira bastante más allá de las elecciones europeas. Estamos ensayando mecanismos para una participación directa y masiva. En ningún sitio está escrito que Podemos deba presentarse a las elecciones europeas: eso está por decidir.

¿Tampoco se ha hablado de coaliciones?

La iniciativa es una invitación metodológica abierta a militantes y no militantes. No pensamos en políticas de alianzas ni nos repartimos puestos en una lista. Esta propuesta no se agota en la próxima convocatoria y somos conscientes de que los partidos tienen sus propios ritmos, algo que yo personalmente respeto. En cualquier caso, estamos en un camino de largo recorrido y a medio plazo ayudará a converger.

La ausencia de mujeres en la primera línea política es una constante que se reproduce también en la izquierda.

Esa realidad es una expresión de la sociedad machista y patriarcal en la que vivimos. Y es especialmente dolorosa en el terreno de la izquierda, que hace de la igualdad una de sus banderas.

Podemos no es una excepción a esta realidad.

Podemos, como otras expresiones con buena voluntad, es un reflejo de la sociedad. Yo pido que se esfuercen por cambiarlo.

Usted es economista, ¿cómo valora la situación actual en España?

Es muy crítica, pero no hay soluciones fáciles. De forma sintética, no es posible una salida alternativa a la crisis si se mantienen las políticas de austeridad o el pago de la deuda. No hablo de apoyar un austericidio más suave, sino de pasar a una política fiscal expansiva.

Además, considero, como mucha gente, que hay una parte de la deuda que no habría que pagar. De estos dos frentes saldrían los recursos para terminar con la austeridad.

¿España debería abandonar el euro?

Salir del euro es una opción que hay que plantearse aunque no es lo más urgente ni debería hacerse de forma unilateral. Creo que es más prioritario adoptar una posición común en Europa sobre el pago de la deuda. De todas formas, el euro tal y como existe es un problema y habrá que cambiarlo tanto que si se mantiene el nombre de la moneda será lo único que quede.