Hay escenas en Euskadi que no dan tregua. Da igual que sea invierno o verano, una ciudad o un pueblo, en campaña electoral o en Semana Santa. Es el cuadro que forman los familiares de presos sujetando los carteles con las fotos de sus hijos. Se volvió a repetir el lunes en la última semana de campaña en Bilbao, frente al Teatro Arriaga: los protagonistas eran un centenar largo de familiares, muchos de avanzada edad, algunos con la txapela en la cabeza y otros con un cigarrito entre las manos.
“No pienso para nada que Bildu se esté olvidando de nuestros presos. Quizá si es cierto que el momento no es el mejor para insistir en la amnistía, pero todo llegará. El pasado sábado en el BEC, los gritos a favor de los presos fueron continuos”. Así, en tres frases, resume Martín sus sentimientos encontrados. Su hija permanece presa en Galicia. Aún le quedan seis años para cumplir la condena por colaboración con banda armada.
La declaración de Martín saca a relucir la táctica de EH Bildu a lo largo de esta campaña: relegar la situación de los presos de ETA a un segundo plano. La marca electoral de la izquierda abertzale está evitando referirse a los reclusos etarras para que no se identifique claramente su procedencia, su posible responsabilidad en los asesinatos de la banda armada, su pasado.
“Bildu está pensando: que no se identifique de dónde venimos”, explica de manera gráfica Juan Ignacio Pérez, catedrático de la Universidad del País Vasco (UPV). Este analista político cree que la manera en que la candidata abertzale a lehendakari, Laura Mintegi, dice las cosas, junto a su discurso de contenido suave y edulcorado, ayuda a camuflar la relación directa que en otras citas electorales existía entre la izquierda abertzale y la acción de la banda armada.
Pero cuando pasen las elecciones, la izquierda abertzale volverá a intensificar su exigencia sobre el acercamiento de presos o la puesta en libertad de los reclusos enfermos o que hayan cumplido las tres cuartas partes de la condena. Pero esto, más que una certeza, es el deseo de Martín.
Respecto a la referencia a los gritos a favor de los presos en el BEC, el padre de la presa de ETA estaba recordando el acto celebrado el 13 de octubre en el Bilbao Exhibition Centre (BEC) de Barakaldo. Esta feria de muestras completó su aforo para escuchar el discurso de Laura Mintegi y, sobre todo, la voz de Arnaldo Otegi. Para nadie fue una sorpresa la intervención del exdirigente de Batasuna, a pesar de permanecer encarcelado en Logroño. La grabación, que aún no se sabe con certeza quién la realizó, permitió a los miles de presentes en el mitin escuchar las proclamas de Otegi, alguna de ellas a favor de los presos.
Ese día, sí, los gritos a favor de la liberación de los reclusos fueron continuos e intensos. Sin embargo, en el resto de actos electorales, las palabras más mesuradas que nunca de los candidatos abertzales han incluido pocas veces el vocablo presos.