El presidente de Brasil, Jair Bolsonaro, reiteró este domingo su crítica contra los datos sobre deforestación divulgados por el estatal Instituto Nacional de Investigaciones Espaciales (INPE, por su sigla en portugués), cuyo director llamó al mandatario de “cobarde” por la afrenta.
Después de participar en su culto evangélico dominical al lado de su esposa, Michelle Bolsonaro, el jefe de Estado comentó que “divulgar datos alarmantes perjudica al país” y dijo que la “deforestación se tiene que combatir, pero no haciendo campaña contra Brasil”.
El viernes, Bolsonaro acusó al director del INPE, Ricardo Magnus Osorio Galvao, de que el órgano debe estar “al servicio de alguna ONG (organización no gubernamental)” y este domingo señaló que si la situación era “alarmante” el responsable debería informar primero a su jefe inmediato, el ministro de Ciencia, Marcos Pontes.
De acuerdo con los números del INPE, divulgados a comienzos de este mes, la deforestación en el primer semestre alcanzo 920,4 kilómetros cuadrados, un aumento del 88 % en comparación con los seis primeros meses de 2018.
En una entrevista publicada este domingo por el diario O Estado de Sao Paulo, Osorio Galvao manifestó que Bolsonaro actuó de una manera “cobarde” al exponerlo en público, afirmó que no va a renunciar al cargo y recordó su trayectoria como científico.
“Espero que (el presidente) me llame a Brasilia y me diga las cosas mirándome a los ojos”, aseveró el director del INPE.
Osorio Galvao, de 71 años y profesor de la pública Universidad de Sao Paulo (USP), es miembro de la Academia Brasileña de Ciencias, presidió la Sociedad Brasileña de Física y fue miembro durante tres años del Consejo Científico de la Sociedad Europea de Física.
Este fin de semana, Bolsonaro ha protagonizado otras dos de sus ya cada vez más frecuentes polémicas.
El sábado tuvo que dar explicaciones por los supuestos comentarios peyorativos un día antes contra la región Noreste, la más pobre del país, al referirse a los gobernadores Joao Azevedo, de Paraiba, y el comunista Flavio Dino, de Maranhao.
El gobernante dijo que sus palabras eran contra dos gobernadores específicos que “critican obras federales” y no en detrimento de la región y recordó que su esposa, Michelle, es hija de un “nordestino”. “En tres segundos, ustedes los de la prensa hacen una fiesta”, justificó Bolsonaro por la interpretación de sus palabras.
La otra fue por el anuncio de un recorte de 2.500 millones de reales (unos 666,6 millones de dólares)en uno de sus ministerios, sin especificar de cuál cartera se trataba y una cantidad que, según Bolsonaro, es una “miseria” frente al presupuesto del país.