El Ministerio de Educación de Brasil (MEC) intervino ante una universidad federal del país para que suspendiera un proceso de selectividad que reservaba 120 vacantes para personas transgénero e intersexuales, informó este martes el presidente brasileño, el ultraderechista Jair Bolsonaro.
El mandatario anunció en sus redes sociales que la Universidad de Integración Internacional de la Lusofonía Afro-Brasileña (Unilab) suspendió la convocatoria de manera “inmediata” después de una “intervención” de la cartera de Educación.
Unilab “lanzó una selectividad para candidatos TRANSEXUALES, TRAVESTIS, INTERSEXUALES y personas NO BINARIAS”, escribió en mayúsculas el mandatario, quien añadió que, tras la “injerencia del MEC”, la rectoría “se ha posicionado por la suspensión inmediata de la convocatoria y su posterior anulación”.
En una nota, el Ministerio de Educación dijo que ha cuestionado “la legalidad del proceso selectivo” en Unilab a través de la Procuraduría General de la República porque la Ley de Acciones Afirmativas de Brasil -que busca ampliar la inclusión de grupos minoritarios en las universidades públicas- no “prevé plazas específicas para el público objetivo del citado certamen”.
“La universidad no presentó un dictamen con base legal para la elaboración de una política afirmativa de cuotas, de acuerdo al edicto lanzado la pasada semana”, afirmó la cartera.
En la convocatoria, la institución federal, creada en 2010, explica que el edicto fue lanzado para reemplazar 120 vacantes en diversas carreras que se produjeron ante el abandono de estudiantes que habían sido previamente seleccionados para dichas plazas.
El proceso selectivo estaría compuesto de dos etapas: la evaluación de un memorial con relatos de las historias de vida y expectativas de cada candidato y la composición de un escrito.
En el escrito, el tema podría ir desde la “representatividad de personas transgénero e intersexuales en las redes sociales” hasta “los desafíos de la familia contemporánea”, pasando por las políticas de inclusión social en el mercado laboral, prácticas de combate al acoso escolar y la “identidad y empoderamiento social”.
Según la Constitución brasileña, las universidades federales cuentan con autonomía “didáctica-científica, administrativa y de gestión financiera y patrimonial”, es decir, tienen libertad para tomar decisiones independientes y no dependen del respaldo del presidente o de cualquier otro órgano público.
De acuerdo a un estudio publicado el pasado mayo por la Asociación Nacional de los Dirigentes de las Instituciones Federales de Enseñanza Superior (Andifes), tan solo un 0,2 % de los universitarios brasileños son transgénero.
Desde que asumió la Presidencia de Brasil el pasado 1 de enero, Bolsonaro, un polémico capitán de la reserva del Ejército debido a sus declaraciones consideradas homófobas, racistas y machistas, emprendió una cruzada contra las universidades públicas y el sistema educativo del país, que considera un embrión de la ideología de izquierdas.