El presidente de Brasil, Jair Bolsonaro, capitán de la reserva del Ejército, volvió a enaltecer hoy la fuerte presencia de los militares en su Gobierno al asistir al relevo de la dirección del alto Comando de la Aeronáutica.
El líder de la emergente ultraderecha brasileña participó así en el que ha sido su tercer acto con el sector militar en los tres días efectivos que lleva en el poder, que asumió el 1 de enero en unas ceremonias cuya seguridad estuvo a cargo de las Fuerzas Armadas.
El mandatario no hizo ningún pronunciamiento durante el acto en el Comando de la Aeronáutica, pero el nuevo papel de los militares en el Gobierno fue destacado por cada uno de los oradores.
El teniente brigadier Antonio Carlos Moretti Bermudez recibió el cargo de comandante de la Aeronáutica del brigadier Nivaldo Luiz Rossato y destacó su “orgullo” por asumir esa responsabilidad en momentos en que “nuevos rumbos son establecidos” en el país.
Según dijo Bermudez, en el Brasil de hoy se imponen unos “valores distintos”, junto con “una mentalidad diferente y otra visión del mundo”, que “renuevan la esperanza” en el futuro del país.
También subrayó que la Fuerza Aérea está “consciente” de su papel constitucional, que le impone “la misión de defender a la Patria, garantizar los poderes constituidos y velar por la ley y el orden”.
Dirigiéndose a Bolsonaro, el nuevo comandante de la Aeronáutica anticipó que “podrán surgir dificultades”, sea por la escasez de los presupuestos “o por los inconformismos con un Gobierno diferente”, pero aseguró que “nada de eso será suficiente para impedir el avance del país”, que “tiene prisa”.
En ese marco, también alertó de que “no son los más fuertes los que sobreviven, sino los que más rápido se adaptan”.
El único momento incómodo de la ceremonia lo generó el brigadier Nivaldo Luiz Rossato, quien fue comandante de la Aeronáutica durante los últimos cuatro años.
Al entregar el cargo, Rossato agradeció en forma “especial” a la expresidenta Dilma Rousseff, destituida en 2016 y férrea adversaria política de Bolsonaro, y a su sucesor Michel Temer, quien gobernó hasta el pasado 1 de enero, por el apoyo dado a la Fuerza Aérea.
Sin embargo, Rossato también pidió “unión” a las Fuerzas Armadas en el nuevo momento que vive el país.
“No podemos engañarnos. Las amenazas existen y están escondidas y listas para mostrar su fuerza”, por lo que la Aeronáutica “precisa estar alienada con el Ejército y la Marina”, declaró.
A la ceremonia también asistieron el vicepresidente brasileño y general de la reserva Hamilton Mourao y cinco de los ministros del nuevo Gobierno brasileño.
Entre ellos, los titulares de Defensa, general Fernando Azevedo e Silva; Seguridad Institucional, el general de la reserva Augusto Heleno Ribeiro; y Ciencia y Tecnología, teniente coronel Marcos Pontes, tres de los cinco oficiales que Bolsonaro ha llevado a un Gobierno de un marcado carácter militar.
De hecho, muchos analistas políticos consideran que la condición de capitán de la reserva del nuevo presidente y su defensa fervorosa del papel de las Fuerzas Armadas en la sociedad influyó de alguna manera en las urnas el año pasado.
Según una encuesta divulgada por la firma Datafolha poco antes de los comicios de octubre, en los que Bolsonaro fue elegido presidente con el 56 % de los votos, las Fuerzas Armadas son consideradas como la institución más confiable del país por el 78 % de los brasileños.
Una diferencia notable en relación a otras instituciones, como los partidos políticos, el Congreso Nacional y la Presidencia, que entonces tenían, respectivamente, índices de desconfianza superiores al 65 %.