Los participantes en la Marcha del Campamento Dignidad de Plasencia han protagonizado esta mañana un escrache en la puerta del domicilio en Cáceres del vicesecretario de Organización del PP, Carlos Floriano, donde han pegado carteles de protesta y han cantado unas “jotas reivindicativas”.
El Campamento Dignidad es un movimiento popular en Extremadura nacido alrededor de tres reivindicaciones: una renta básica digna, 25.000 empleos públicos y la paralización de todos los desahucios, tanto de viviendas privadas como públicas.
El acto de protesta, que inicialmente no estaba previsto, ha transcurrido sin incidentes y bajo la vigilancia de agentes de la Policía Nacional y Local.
Los participantes han llegado a Cáceres en la marcha que iniciaron el pasado día 3 desde Plasencia y que, tras 160 kilómetros de recorrido a pie, culminará en Mérida el día 9, cuando está previsto que el pleno del Parlamento apruebe la renta básica. Allí, se encontrarán con una segunda marcha que partirá el día 7 de mayo desde Ribera del Fresno a Mérida (54 kilómetros), y ambas confluirán en el Campamento Dignidad de Mérida para, posteriormente, concentrarse ante las puertas de la Asamblea de Extremadura.
Los miembros del Campamento Dignidad de Plasencia, acompañados de algunos cacereños y con una pancarta de apoyo del barrio de Aldea Moret, han protagonizado una manifestación desde la Plaza de Toros hasta el Paseo de Cánovas, donde se ha leído un manifiesto.
El portavoz del campamento, Manuel Rodríguez, ha señalado que van a seguir “metiendo presión” hasta el día 9 y van a poner “toda la carne en el asador” porque, ha dicho, las “únicas armas” que tienen son “la cultura y la palabra”. El recorrido inicial lo hicieron 35 personas y se han sumado otras 65 en la última etapa de hoy, ha señalado Rodríguez, lo que ha sido “muy emocionante” y les ha dado “más fuerzas para llegar”.
En el manifiesto han mostrado su disconformidad con la Ley de Renta Básica que se va a aprobar ya que, a su juicio, “empeora” lo que ya existe y, por este motivo, dicen que no se van a callar, ya que, tal y como han coreado al final de la lectura, “¡sí se puede!”. La jornada ha concluido con una olla popular por los derechos sociales en el barrio cacereño de Aldea Moret.