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Las alianzas de Ciudadanos con Vox fracturan a los liberales europeos

Albert Rivera, en el congreso de los liberales europeos celebrado en Madrid en noviembre

Andrés Gil / Carmen Moraga

Corresponsal en Bruselas —

Mientras Emmanuel Macron sella una alianza con Pedro Sánchez para renovar las instituciones europeas, Albert Rivera hace lo propio con Vox y el PP para comunidades y ayuntamientos en España. Mientras socialdemócratas y liberales europeos van de la mano para arrebatar a los populares europeos 15 años de hegemonía en la UE, Ciudadanos busca los votos de la extrema derecha en España. Y eso, a Macron, le chirría: porque él se reivindica como antagonista de Marine Le Pen en Francia, a quien derrotó en las presidenciales y ante quien cayó en las europeas; y porque le interesa presentarse como renovador y reformista en Europa frente al statu quo dominado por el Partido Popular Europeo.

Así, a medida que se han ido conociendo en Europa los acuerdos en España, y a 24 horas de la constitución de los nuevos ayuntamientos, el Gobierno de Macron ha puesto en cuarentena su cooperación política con Ciudadanos.

En su época de ministra de Asuntos Europeos, ya fue Nathalie Loiseau, número uno de Macron en las europeas y en las últimas 72 horas caída en desgracia, quien afeó a Ciudadanos la alianza andaluza con Vox. “No se puede pactar con quien defiende valores opuestos a los nuestros”, alertó.

Pero desde aquel pacto para gobernar Andalucía gracias a los votos de Vox han pasado las elecciones generales, las autonómicas y locales, además de las europeas. Y en estos días, el pacto andaluz, lejos de ser una excepción, se está convirtiendo en un modelo, algo que revienta en El Elíseo: Macron apuesta por ser la antítesis de Marine Le Pen, y por el entendimiento con Pedro Sánchez para la renovación de los principales cargos de la UE, que se está negociando estas semanas, y con la que aspiran, liberales y socialdemócratas, a dar la vuelta a 15 años de dominio popular.

Así, las negociaciones postelectorales en España y, en particular,las posibles alianzas que pueda haber entre Ciudadanos y Vox, están generando “preocupación” en el Gobierno francés, que ha dejado claro que el presidente, Emmanuel Macron, “no acepta ambigüedades” y está dispuesto incluso a replantearse la “cooperación política” con la formación de Albert Rivera si pacta algún tipo de “plataforma común” con la ultraderecha.

Fuentes del Elíseo han subrayado en un encuentro con periodistas españoles que “cualquier trabajo de fondo con la ultraderecha es muy grave” y que “no se puede ignorar” el escenario autonómico y local en España. Así, y aunque con “cautela”, han señalado que el acercamiento de Ciudadanos a Vox en el marco de la renovación de las instituciones “no es una anécdota”, sino “un tema importante” para el Gobierno galo.

El Gobierno francés ha advertido de las consecuencias que tendría el pacto de una “plataforma común” entre Ciudadanos y Vox, si bien ha evitado aclarar cuál sería la “línea roja”. “No vamos a tener ninguna complacencia”, han añadido, en relación a unas relaciones futuras donde no estaría asegurada la complicidad entre el partido de Rivera y La República En Marcha (LREM) de Macron.

En un comunicado, el partido de Rivera asegura estar “convencido de que La República En Marcha seguirá siendo un apoyo importante para Ciudadanos, ya que Macron coincide con el criterio que aprobó la Ejecutiva por unanimidad, y que los liberales encaramos una legislatura con más fuerza que nunca para renovar Europa. La colaboración con el partido de Macron es estrecha, más todavía desde que se han sumado, gracias a Ciudadanos, al grupo liberal europeo en el que ya estuvo Ciudadanos la pasada legislatura”.

Este puñetazo encima de la mesa a 24 horas de la constitución de ayuntamientos en España viene a fracturar un espacio político europeo, el liberal, que se acostaba el 26 de mayo como uno de los principales triunfadores de las elecciones, al ganar 40 escaños. Emmanuel Macron llegaba a las elecciones europeas como uno de los antagonistas de los soberanistas patrióticos de derechas que reclaman menos integración comunitaria y más competencias nacionales. La República en Marcha era uno de los partidos, junto con Ciudadanos, que se esperaba más aportaran dentro de la familia liberal. Y así fue. Macron perdió las elecciones ante Marine Le Pen, pero sacó 21 escaños y se convirtió en la principal fuerza de su espacio en la Eurocámara.

Esos 21 escaños de los 106 le sirvieron a Macron para rebautizar el grupo parlamentario: de ALDE a Renew Europe, renovar Europa, en inglés. Pero también le servían para quedarse con la presidencia del grupo, que durante 10 años ha recaído en el belga Guy Verhofstadt. En el Parlamento Europeo, la delegación más numerosa es la que suele quedarse tradicionalmente con la presidencia. Y en este caso no cabía duda de que la francesa, la de Macron, era la más potente.

La unidad liberal salta por los aires

Todo eran sonrisas y enhorabuenas entre los liberales que, de la mano de Macron, Mark Rutte –primer ministro holandés– y Charles Michel –primer ministro belga–, además, sellaban una alianza con los socialistas para arrebatar el gobierno de la UE a los populares.

Todo, hasta esta semana, en la que ha empezado a saltar todo por los aires en un momento clave de renovación institucional en Europa y en España.

El episodio de este viernes del desencuentro entre Ciudadanos y Macron tiene sus raíces lejanas en el pacto andaluz; pero sus raíces más recientes apenas tienen 72 horas, las que han pasado desde el patinazo de Loiseau en Bruselas.

Todo estaba preparado para que Nathalie Loiseu, ex ministra de Asuntos Europeos, cabeza de lista en las elecciones europeas del 26M por la República en Marcha, se hiciera con la presidencia del flamante grupo, tercero de la Eurocámara con 39 escaños más que en 2014 frente a populares y socialdemócratas, que han perdido otros 40 cada uno.

Pero el plan se ha frustrado al trascender una conversación off the record con periodistas en Bruselas de Loiseau, publicada por el periódico belga Le Soir. En ella, la número uno de Macron en Bruselas se despachaba a gusto con sus compañeros de escaño, reclamando “nuevos métodos, nuevos liderazgos y nuevas ideas” en la familia liberal.

Además, Loiseau tachaba de “ectoplasma” a Manfred Weber, presidente de los populares en la Eurocámara y candidato a presidir la Comisión Europea. Macron y los liberales no han apoyado el sistema del spitzekandidaten, pero nunca habían expresado públicamente ese desprecio por alguien que, por otro lado, goza de muy pocos apoyos entusiastas, incluso dentro de su propia familia política.

Loiseu, también, pedía que el centro de gravedad de su grupo político fuera “menos nórdico”, cuando se sabe que el sueco Fredrick Federley y la holandesa Sophie in’ t Veld también aspiran a disputar el liderazgo liberal.

A raíz de aquello, Loiseau ha retirado su candidatura a presidir Renew Europe porque se ha visto sin apoyos –Ciudadanos, entre otros, le retiró el suyo–, y está por ver si termina sentándose en el hemiciclo el 2 de julio, día de la constitución del Parlamento Europeo, en tanto que ya ha cesado este viernes por la noche como jefa de la delegación francesa. O, incluso, si aparece el 18 de junio en la reunión prevista de Renew Europe para votar la nueva dirección.

Uno de los nombres que empezaba a sonar como posible candidato a esa dirección era Luis Garicano: fue uno de los siete perfiles elegidos por ALDE en campaña y representa a un partido que ha crecido en eurodiputados –aunque sus siete están lejos de los 21 de La República en Marcha y también de los 16 de los liberal demócratas británicos, que dejarán el Parlamento Europeo con el Brexit–.

Pero el ambiente está cada día que pasa más enrarecido en el grupo parlamentario que está a punto de estrenarse, creado entre fanfarrias triunfales. Y justo en el peor momento, en el momento en el que han cambiado las mayorías en Europa, ha muerto la gran coalición de populares y socialdemócratas, y las negociaciones para renovar los principales puestos de la UE se están tejiendo como nunca se había hecho antes: con una alianza de socialdemócratas y liberales –con sintonía incluida entre Pedro Sánchez y Macron– para arrebatar a los populares 15 años de hegemonía en las instituciones europeas.

Así, mientras se llega a fechas clave para repartir los puestos fundamentales del gobierno europeo, a una semana de la cumbre europea para avanzar en el reparto de la UE, lasalianzas de Ciudadanos con Vox y la caída en desgracia de la líder de Macron en Bruselas están fracturando a los liberales europeos.

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