El rey intenta mantenerse al margen de la polémica que ha suscitado su presencia en los actos de conmemoración del primer aniversario de los atentados del 17A en Barcelona y Cambrils que tendrán lugar mañana en la capital catalana. La Casa Real evita hacer cualquier tipo de comentario acerca de la posibilidad de que el monarca reciba abucheos o insultos como los que encajó el año pasado durante la manifestación en repulsa de los ataques que se cobraron la vida de 15 personas, tras el rechazo de los grupos independentistas a su asistencia al homenaje.
Fuentes de la Jefatura del Estado han explicado a eldiario.es que la Casa Real no suele valorar “esos asuntos” y que tampoco lo hará ahora a pesar de que el rey se haya situado en el centro de la polémica y de la trifulca política. Preguntadas por cuál será la agenda concreta del monarca durante su visita a Catalunya, cuándo llegará y cuántos días se quedará allí, esas mismas fuentes también optan por no facilitar más información. Se remiten así a la agenda oficial, que tan solo apunta a que los reyes “asisitirán al acto en recuerdo de la víctimas y solidaridad por los atentados terroristas del 17 de agosto de 2017 en Barcelona y Cambrils”.
Mientras tanto, la oposición plantea esa posible pitada al rey como una suerte de plebiscito de la legitimidad del Gobierno de Pedro Sánchez. El secretario general del PP, Teodoro García Egea, ha advertido al jefe del Ejecutivo en los últimos días de que “se la juega” el 17 de agosto porque si permite que en el aniversario de los atentados de Barcelona y Cambrils de hace un año haya “insultos” al rey y el acto se convierta en una “reivindicación” a favor de la independencia, quedará “deslegitimado como presidente del Gobierno”.
El portavoz de Ciudadanos en el Parlamento de Cataluña, Carlos Carrizosa, exigió l lunes por su parte a Sánchez que haga una declaración pública en defensa del rey si se produce cualquier acto de boicot contra él. Carrizosa señaló que los independentistas usan la manifestación en repulsa del terrorismo“como un medio para erosionar” al jefe del Estado. “Pienso que recibirá pitadas y un recibimiento impropio”, ha añadido Carrizosa.
Desde el Gobierno, su portavoz en Catalunya, Teresa Cunillera, ha definido este jueves como “deplorables” los abucheos que sufrió el rey el año pasado y ha asegurado que los soberanistas “no sacaron el beneficio que buscaban”. En este sentido, la delegada del Gobierno ha señalado en una entrevista en Onda Cero que tiene “la esperanza de que todo el mundo haya aprendido la lección” y, tal y como ha dicho la alcaldesa de Barcelona, Ada Colau, las administraciones se muestren este año unidas “en honor” a las víctimas.