La presencia de la reina Sofía en la boda del duque de Huéscar, Fernando Fitz-James Stuart, y Sofía Palazuelo ha generado malestar en entornos aristocráticos por romper una norma no escrita que se le presupone a la Casa Real: que no se comercie con imágenes de actos privados a los que acuden.
Al acto que tuvo lugar en el Palacio de Liria de Madrid acudió la reina Sofía, madre de Felipe VI, que se fotografió junto a los novios. La revista Hola tiene la exclusiva de las imágenes del enlace para ser publicadas en papel la próxima semana, aunque algunas imágenes se han filtrado este domingo a través de diferentes páginas web y la cuenta de Instagram de la familia. Según las voces críticas, la presencia de la reina ayuda a elevar el caché a pagar por una exclusiva como esta, lo que supone una comercialización indirecta de la Corona.
La recomendación de hecho para los miembros de la Casa Real es que no participen en este tipo de exclusivas porque su presencia aumentaría las ganancias de las publicaciones, según explican fuentes conocedoras. Desde la Zarzuela aseguran que la presencia de la reina emérita en el enlace fue “a título privado” y en ningún caso formaba parte de la agenda oficial.
Fuentes oficiales de Zarzuela explican que “los reyes no participan de exclusivas” y que si la reina se hizo una foto con los novios sería “con desconocimiento” en el caso de que esa imagen forme parte de un trato comercial con la revista Hola.
Al tratarse de un acto privado, los servicios de prensa de Casa Real no han participado en la organización de la presencia de la reina y “no tenían conocimiento” de que el enlace fuese a ser recogido en un reportaje de la revista Hola.