Casado evita corregir el revisionismo sobre Franco y zanja: “Nadie debe descoser el perdón sellado por nuestros abuelos”
El líder del Partido Popular, Pablo Casado, ha evitado este miércoles contradecir o corregir el revisionismo histórico sobre la Guerra Civil y la dictadura franquista a la que se ha sumado su formación política en los últimos días. Tampoco ha mostrado su rechazo a las polémicas palabras del exministro de la UCD Ignacio Camuñas que, el lunes, en una mesa redonda organizada por el PP y que estaba presidida por el propio Casado aseguró que la sublevación de los militares franquistas contra la democracia de la II República “no fue un golpe de Estado” y que la Guerra Civil fue responsabilidad del Gobierno republicano.
Durante su intervención ante la Junta Directiva Nacional del PP –el máximo órgano entre congresos–, que ha tenido lugar en el Parador de Gredos (Ávila) coincidiendo con el tercer aniversario de su triunfo en las primarias, Casado se ha limitado a criticar una vez más las leyes de Memoria Histórica –la última de ellas, aprobada ayer mismo por el Gobierno–, asegurando que “nadie debe desenterrar viejas heridas”. “Ni descoser el perdón que sellaron nuestros padres y abuelos, y menos por un irresponsable interés de dividir a la sociedad para polarizar electoralmente”, ha zanjado.
Aunque esta mañana tanto el portavoz del PP en el Senado, Javier Maroto, como el vicesecretario de Comunicación, Pablo Montesinos, han condenado explícitamente el franquismo, en su deriva hacia ese revisionismo histórico propio de la extrema derecha Casado no ha hecho lo propio durante su intervención ante el partido.
Desde hace semanas, el líder de los populares equipara ya públicamente el franquismo con la democracia de la II República, evita cuestionar a quien niega que en 1936 los militares sublevados dieron un golpe de Estado y se ha comprometido a que, si alguna vez llega a la Moncloa, derogará todas las leyes de Memoria, una decisión que ni siquiera se planteó su propio partido en el pasado reciente, cuando Mariano Rajoy gobernaba el país con mayoría absoluta.
Manteniendo el giro a la derecha que inició precisamente hoy hace tres años, cuando ganó el XIX Congreso Nacional del PP, Casado ha acusado al Gobierno de “acercamientos de presos” de ETA o de “connivencia con dictaduras bananeras”. A su juicio, el presidente del Ejecutivo, Pedro Sánchez, “aceptó ser el mascarón de proa en el buque pirata de la antipolítica, un barco en el que el nacionalismo llevaba el timón y al que Podemos hinchaba las velas. Pero ahora es un barco fantasma a la deriva, esperando la próxima tormenta electoral que lo desfondará”.
Más palabras gruesas contra el Gobierno
“Las medidas de gracia a los que dieron un golpe de Estado o los beneficios penitenciarios a asesinos etarras son la muestra de la peor degradación política y moral”, ha sentenciado, antes de denunciar que el Gobierno “de Sánchez e Iglesias” se constituyó “con Otegi, Junqueras y Puigdemont”. “Hoy, nuestro debate público se agota en saber si el Gobierno de España actúa o no dentro de la ley, para descubrir casi siempre que no”, ha insistido.
“Pusieron al Parlamento entre la espada de la alarma forzada, de la que siempre advertimos, y la pared de la devastación sanitaria, contra la que siempre actuamos. Salimos de ese chantaje en cuanto fue responsable hacerlo, ofreciendo un plan B jurídico que ha rechazado hasta hoy inexplicablemente. No es solo que haya fracasado, es que ha preferido fracasar él solo antes que acertar con el PP. A eso se le llama sectarismo, y su consecuencia la pagamos todos los ciudadanos”, ha remachado Casado en alusión a Pedro Sánchez.
En su opinión, “mientras los españoles perdían derechos, Sánchez y sus socios los ganaban”. “Su agenda Frankenstein no solo progresaba en mitad de la crisis sino que aceleraba en la excepcionalidad y en la supresión de los controles hacia su deseado cambio de régimen por mutación constitucional. (...) Este nuevo Gobierno viejo es el mismo error con otras caras, otras marionetas en manos de los de Waterloo y Ladoners”. Para Sánchez, apunta Casado, “el Estado de derecho es siempre un obstáculo ya sea en Madrid, en Barcelona, en Vitoria, en Ceuta, en Bruselas, en Caracas o en La Habana”. En definitiva, el presidente “no es de fiar para nadie”.
“Ningún país de Europa pierde su tiempo tratando de preservar el Estado de derecho del daño que le causa su propio Gobierno. Con la sumisión a los que quieren romper España y el ataque sistemático a los poderes del Estado”, señalaba.
“Sánchez ya es pasado, aunque no lo sepa”
Por todo ello, el líder del PP ha considerado que “frente a esta devastación institucional y territorial y esta ruina económica, social y sanitaria por una negligente gestión”, la “importancia” del PP “se agiganta”. “Nunca ha sido tan cierto decir que el futuro de España pasa por el Partido Popular. Sánchez ya es el pasado, aunque aún no lo sepa. Si no se da cuenta, que deje de malversar con el CIS y pregunte a los españoles en las urnas y ellos se lo aclararán. Vamos a ganar, sí, estoy convencido pero vamos a sufrir también porque España necesita la agenda de reformas más ambiciosa de toda nuestra historia y porque tenemos la firme voluntad de llevarla adelante con urgencia”, ha zanjado.
Casado ha añadido que, cuando ganó las primarias, en 2018, la de los populares era la tercera fuerza política en España según las encuestas “y hoy ya es la primera” porque ha “unido a todo el partido”, ha “consolidado” su poder territorial y ha “recuperado la hegemonía del espacio electoral del centro derecha”. “No ha sido fácil, ni nos lo han puesto fácil, pero hemos logrado volver a ser la esperanza de futuro para España. Los españoles están dejando claro que para ellos la elección real nunca ha sido entre nueva o vieja política, siempre ha sido entre buena y mala política”
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