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Opinión - Cada día un Vietnam. Por Esther Palomera

Casado lleva a las instituciones su plan para unificar a las tres derechas

El camino lo marcó el expresidente del Gobierno José María Aznar cuando el 5 de junio de 2018, apenas unas horas después de que Mariano Rajoy anunciara que dejaba la presidencia del Partido Popular tras perder la moción de censura que le presentó Pedro Sánchez, se ofreció a “reconstruir el centro derecha” fragmentado en tres entre PP, Ciudadanos y Vox.

Nada más ganar las primarias, el actual líder de los populares, Pablo Casado, hizo suyo el discurso de Aznar, su padrino político. En julio, durante el Congreso Nacional que le hizo presidente, Casado asumió “la responsabilidad de reconstruir el centro derecha y recuperar los miles de votos perdidos” hacia las formaciones de Albert Rivera y Santiago Abascal.

Casi un año después, el presidente de los populares sigue sin lograr rescatar para el PP al electorado huido a otros partidos. La formación se hundió en las generales del 28A con el peor resultado de la historia y perdió apoyos el 26M. Pero Casado sí ha conseguido escenificar la unión de las tres derechas que quedó retratada en febrero en la polémica concentración de Colón, a través de los acuerdos logrados con Ciudadanos y Vox para controlar ayuntamientos y comunidades autónomas.

La dirección del PP lleva meses insistiendo en que esa “reconstrucción del centro derecha” se debe hacer desde los gobiernos de las instituciones, por lo que considera que la posibilidad de controlar plazas como el Ayuntamiento –que se materializó el pasado sábado 15– y la Comunidad de Madrid, Castilla y León, la Región de Murcia o el consistorio de Zaragoza gracias a los acuerdos con los de Rivera y Abascal supone “un primer paso” para lograr ese fin.

Anular a los adversarios

El objetivo que se marca ahora el equipo de Casado es trabajar en los próximos meses para anular las opciones electorales de sus dos principales adversarios, con los que ha librado una cruenta batalla por cada voto durante las campañas del 28A y el 26M, tratando de lograr protagonismo desde las instituciones que controla para situar a la de los populares como la “fuerza hegemónica” del espectro conservador y recuperar la Moncloa dentro de cuatro años.

La tarea para unificar a las tres derechas no está resultando un camino fácil para el PP. En la formación de los gobiernos locales y autonómicos los populares se están encontrando con el enfrentamiento entre sus dos socios, Ciudadanos y Vox. Los de Rivera acordaron en su Ejecutiva no firmar ningún pacto con la extrema derecha y situar como “socio prioritario” al PP para conformar gobiernos en coalición.

Los números, en cambio, han requerido de la suma de Vox a esos pactos entre Casado y Rivera y la extrema derecha ha exigido una línea directa con Ciudadanos, que se materializó, por ejemplo, en las reuniones mantenidas por el líder del partido de Rivera en Madrid, Ignacio Aguado, y la máxima dirigente madrileña de Vox, Rocío Monasterio, para negociar el acuerdo para el Ayuntamiento de Madrid.

En el caso de la capital Ciudadanos sigue sosteniendo que no ha alcanzado ningún pacto con la extrema derecha, que el acuerdo de gobierno se circunscribe al logrado con el PP, con el que se han repartido las concejalías de la ciudad y que ha hecho vicealcaldesa a Begoña Villacís.

La complicada relación Ciudadanos-Vox

Los de Abascal, en cambio, afirman que sí llegaron a un acuerdo a tres con los populares y los de Rivera y aseguran que les corresponden concejalías, por lo que no se conforman con que el equipo del alcalde, José Luis Marínez-Almeida, les haya propuesto darles responsabilidades intermedias como las presidencias de algunas juntas de distrito.

Vox ha dado por ello por rota su relación con el PP al considerar que se ha “incumplido” su acuerdo en la capital, aunque el entendimiento volverá a ser imprescindible para la previsible elección de la popular Isabel Díaz Ayuso como presidenta de la Comunidad de Madrid, también con el pacto con Ciudadanos.

La dirección popular confía en reconducir la relación y pone como ejemplo los avances logrados con los de Rivera y con Vox para gobernar Castilla y León o la aprobación de los Presupuestos de la Andalucía, que llevaron la firma de las tres formaciones políticas.

Como explicó Casado en la noche electoral del 26M en la que vio posible mantener y recuperar poder territorial con la unión de las tres derechas, la cúpula del PP cree que se ha iniciado un “cambio de ciclo político” y que con la formación de los ayuntamientos y los gobiernos autonómicos ha comenzado “la refundación del centro derecha” reivindicada tanto por Aznar como por el propio líder de los populares desde hace meses.

“O se refunda el espacio de centroderecha o no ganaremos las elecciones”, zanja Génova. Por el momento, Casado ha conseguido que Ciudadanos y Vox apuntalen el poder territorial del PP pese a la pérdida de votos registrada por los populares en las últimas citas electorales.