“El manifiesto presentado es sencillamente inadmisible. No podemos compartir una pancarta que habla de un país colonial, de unas instituciones prácticamente dictatoriales o de asignaturas sexuales para niños”. Durante un acto con mujeres del PP, el presidente popular, Pablo Casado, esgrimía este jueves esos argumentos para rechazar el texto aprobado por la Comisión 8M, convocante de la manifestación feminista de este viernes, a la que acusó de querer “enfrentar a las mujeres contra los hombres, la otra mitad del mundo”.
El líder popular justificaba así que su partido anunciara el miércoles que se retiraba de la protesta en el último momento, el mismo día y apenas unas horas después de haber comunicado lo contrario: que tres de las mujeres del partido sí acudirían a la marcha.
Lo chocante del argumento utilizado por Casado para desmarcarse de las movilizaciones –el rechazo al texto acordado por los colectivos organizadores de la huelga feminista del 8M– es que el manifiesto se había dado a conocer por los convocantes el lunes, por tanto, dos días antes de que el PP anunciara que se sumaba a la manifestación. La Comisión 8M colgó entonces el texto en su página web, aunque según explican fuentes de la organización, el manifiesto ya llevaba semanas circulando por distintos colectivos feministas.
Las ideas que inspiran el texto que la dirección del PP dice ahora rechazar de plano y que han terminado por provocar su retirada de la manifestación feminista son además conocidas desde hace mucho más tiempo, en concreto, desde hace poco más de un mes.
“La política desde la mentira”
El argumentario consensuado por la Comisión 8M, que incluyó un claro reproche al discurso que cuestiona el feminismo que defiende Vox y al que en los últimos meses se ha sumado el propio PP –“nos enfrentamos a quienes hacen su política desde la mentira y el desprecio de las mujeres, desde el miedo, la victimización y el resentimiento”, apuntaba el texto–, fue presentado públicamente en una rueda de prensa el pasado 6 de febrero y difundido por la mayoría de los medios de comunicación.
La dirección del PP sostiene que no lo vio entonces, como tampoco conoció el contenido del manifiesto hecho público el lunes hasta este miércoles por la tarde, cuando ya había anunciado que a la manifestación del viernes acudirían la vicesecretaria de Comunicación de los populares, Marta González, la de Política Social, Cuca Gamarra, y la secretaria de Igualdad, Mari Mar Blanco. “Nosotros lo vimos ayer [por el miércoles] publicado. Antes no”, explican en declaraciones a eldiario.es fuentes de la dirección de los populares.
Lo que sí se reconoce desde Génova 13 es que el argumento manifiesto de la Comisión 8M ha servido para zanjar el debate interno que había surgido entre algunas de las principales dirigentes del partido sobre si el PP debía estar o no presente en las movilizaciones de este viernes.
Miembros de la dirección de Casado explican a este diario que existían dos posturas: por un lado, la defendida por Marta González o Cuca Gamarra, favorables a acudir a las marchas para que el PP no quedara de nuevo descolgado de la movilización feminista que en 2018 registró un éxito histórico y fue secundada por cientos de miles de españolas. Por otro, la candidata a la Presidencia de la Comunidad de Madrid, Isabel Díaz Ayuso, o la vicesecretaria de Estudios y Programas, Andrea Levy, que se mostraron en contra de ir a las manifestaciones desde el primer momento.
El “espíritu del feminismo”
“No hubo debate en cuanto estuvo el manifiesto”, sostienen fuentes de la dirección nacional del PP, que remarcan que fue entonces –insisten que cuando conocieron el manifiesto fue el miércoles por la tarde, dos días después de que fuera publicado– cuando el equipo de Casado tomó la decisión de no acudir a la marcha, zanjando así la discusión interna.
Durante el acto con mujeres protagonizado por el líder del PP este jueves, Levy consideraba que el manifiesto del 8M lo que hace es “excluir y discriminar” a las mujeres que no son de “izquierdas” en España y que también quieren ser “legítimas defensoras de esa igualdad real entre hombres y mujeres”. A su entender, ese no es el “espíritu del feminismo ni del 8 de marzo”.
“El PP no puede participar de una manifestación que, en lugar de hacer del feminismo una causa común y compartida por todos, hombres y mujeres, lo que hace es empequeñecer y discriminar, señalando y etiquetando a las mujeres porque no son de izquierdas”, señalaba.
Marta González, cuyo entorno no ha querido confirmar a este diario si durante el debate interno ella fue quien con más fervor defendió la asistencia a la manifestación, como sostienen varios dirigentes populares, consideraba “muy poco sensato” que se pretenda “manipular las reivindicaciones del 8 de marzo” que comparten “todas las mujeres y muchísimos hombres a favor de una serie de colectivos antisistema”.
“Feminismo de derechas”
Respecto a la retirada de la marcha, la vicesecretaria de Comunicación aseguraba que se trata de “una decisión que tomamos con tristeza porque el 8 de marzo es una fecha que debe unir a todas las mujeres en reivindicaciones justas, constitucionales y legitimas y por tanto, nos parece que esa apropiación del 8M por parte de unos en detrimento de una gran mayoría es algo realmente triste”.
Díaz Ayuso, que por su parte reconocía la existencia del debate interno, recordaba que ella “desde el principio” dijo que no iría a esa manifestación porque no lo ha hecho “nunca”. “Y en mi vida he hecho huelga”, insistía. “Respeto a quien quiera ir a esa manifestación y animo a que quien quiera ir vaya, con el máximo respeto, pero también pido el mismo respeto para aquellas mujeres que quieren celebrar ese día de otra manera”, concluía.
Con la llegada del 8M previo al ciclo electoral de la primavera, el PP ha intentado reconciliarse con el movimiento feminista con un goteo de propuestas electorales para las mujeres desgranadas esta semana y que culminará este viernes con la presentación de un manifiesto propio. Su confusa actuación entorno a su participación en la movilización de este viernes ha provocado que aún no haya conseguido, sin embargo, ese acercamiento.
Casado, que durante las primarias criticó directamente al feminismo por intentar “colectivizar” a las mujeres, ya distingue entre el “feminismo de izquierdas” contra el que carga con dureza, del “feminismo de derechas”, que defendió a última hora de este jueves, en Madrid, en la presentación del libro Feminista y de derechas (Almuzara, 2019) de la periodista Edurne Uriarte.