El Partido Popular no escenificará finalmente un viraje al centro ante el ciclo electoral que se avecina, a pesar de planteárselo en las últimas semanas y querer evitar mencionar durante la campaña algunos de los asuntos que más debate interno generan como el aborto o la memoria histórica, que a juicio del entorno del líder del PP, Pablo Casado, no son más que “señuelos” que la izquierda quiere que los populares muerdan.
La dirección del partido desoye así a algunos de los principales barones territoriales, como los presidentes gallego y madrileño, Alberto Núñez Feijóo y Ángel Garrido, respectivamente, que este mismo lunes reivindicaban la moderación y la centralidad ante el equipo de Casado, que emprendió un giro a la derecha nada más llegar a la presidencia del partido, el pasado julio.
“Nuestro electorado quiere contundencia”, responden fuentes de la dirección nacional del PP cuando se les pregunta sobre si se plantean moderar su discurso durante la campaña de las elecciones generales del próximo 28 de abril, un cambio que rechazan de plano. El equipo de Casado reconoce que hay ciudadanos que les reclaman un giro al centro, pero ironizan con que todos ellos son “socialistas”. “Los nuestros quieren claridad”, insisten en Génova 13, muy preocupados por el alza de Vox que reflejan todas las encuestas.
Uno de los objetivos del líder del PP para las generales es lograr el voto de todo el centro derecha –incluso el de los votantes que se pudieron marchar a Ciudadanos o al partido de Abascal en los últimos meses–, pero también el de socialistas descontentos con la gestión de Pedro Sánchez. Ese objetivo había llevado a Casado a plantearse en las últimas semanas un giro al centro que ahora rechazan los miembros de su equipo y para el que tampoco tenía demasiado tiempo con el adelanto electoral.
Cierre de filas con Casado
La estrategia seguida por Casado desde julio, y que le llevó a endurecer su discurso sobre Catalunya o la inmigración, llegando incluso a asumir los mensajes de la extrema derecha en asuntos como el feminismo, el aborto o la violencia machista, es compartida “por todo el partido”, según explican desde la dirección nacional del PP. Como ejemplo de ese respaldo señalan que en la reunión de la Junta Directiva Nacional del partido de este lunes –máximo órgano de los populares entre congresos– ninguno de la decena de dirigentes que pidieron la palabra cuestionaron la estrategia del nuevo líder.
Justo antes de entrar a la reunión, sin embargo, fueron dos de los principales barones territoriales del partido –Feijóo y Garrido– los que reivindicaron la moderación y la centralidad del PP, puesta en cuestión en los últimos meses por el viraje del equipo de Casado que se encuentra en plena batalla por el electorado más conservador con Ciudadanos y Vox.
A las puertas de la sede nacional, el presidente gallego reivindicaba el PP como “un partido de centro, de centro-derecha”. Feijóo, que en la Convención del pasado enero para revisar el programa del PP que él mismo coordinó, defendió entonces el perfil más centrado del partido ante la deriva derechista y el acercamiento al aznarismo de Casado, lanzaba este lunes una nueva advertencia a la cúpula del PP: “Cada vez que nos hemos presentado como un partido de centro derecha hemos tenido unos buenos resultados”.
“Hay que centrar el discurso y es la posición correcta; nosotros hemos sido un partido que ha ganado siempre que ha ocupado el espacio de centro y creo que eso es una realidad que tenemos clara. También el presidente nacional. Trabajar por el centro es lo que vamos a hacer de aquí en adelante”, añadía minutos después el presidente madrileño, Ángel Garrido, otro de los barones que siempre se han mostrado a favor de la moderación y cuya posición le ha llevado a no ser el elegido por Casado para la reelección como presidente de la Comunidad de Madrid, donde la aspirante será Isabel Díaz Ayuso, afín a las tesis más radicales de Génova.
“Cuando no estamos de acuerdo, crispamos”
Consciente del debate que existe dentro de sus propias filas sobre la estrategia a seguir ante el ciclo electoral que se abrirá en las próximas semanas y, sobre todo, ante la polémica generada por algunas de sus últimas declaraciones en las que ha elevado aún más el tono contra Sánchez –al que ha llamado “felón” o “traidor”, utilizando argumentos falsos– Casado empleaba parte de su discurso ante la Junta Directiva Nacional para negar que con su campaña busque crispar el debate político y para hablar sobre esa supuesta “moderación” del PP.
“Una vez más, nos llaman crispadores. Es un clásico, como muy bien sabéis”, ironizaba durante su intervención ante los suyos. “Cuando no estamos de acuerdo, crispamos”, apuntaba, pasando por alto la larga lista de insultos proferida contra Sánchez durante las últimas semanas.
Para Casado, en cambio, “lo moderado es hacer que se cumpla la ley y la Constitución. Lo moderado es no sostener vivo el chantaje ni llamarlo diálogo”, insistía en relación a las supuestas “concesiones” del Gobierno de Sánchez a las fuerzas independentistas denunciadas por el PP y a la puerta abierta a la conversación manifestada por el Ejecutivo sobre la crisis en Catalunya. “Moderación sí, como siempre; sumisión, no. Ni lo sueñen”, concluía
Durante el mismo discurso en el que negaba ser un crispador, Casado volvía a dedicar descalificaciones al Gobierno de Sánchez, al que consideraba el Ejecutivo “más extremista y más dañino de las últimas décadas”.
Sin actos en jueves y viernes santo
Apenas ocho días después de la concentración de la Plaza de Colón de Madrid organizada por PP y Ciudadanos contra el Gobierno –a la que se sumaron Vox y partidos ultraderechistas y neonazis– en la que se leyó un manifiesto que contenía falsedades como que Sánchez “cedió al aceptar las 21 exigencias de los secesionistas”, el líder de los populares volvía a la carga: “Se sabe que una de las exigencias de Torra ya se está aceptando: la mediación internacional”.
Génova apunta que en la Junta Directiva de este lunes todos los intervinientes coincidieron en que la fecha de las elecciones le va “muy bien” al PP, lo que choca con las críticas lanzadas contra el Gobierno en los últimos días por no hacer coincidir las generales con las autonómicas y municipales de mayo, como quería Casado.
La dirección popular celebra que en el partido exista “unanimidad” sobre las razones por las que Sánchez ha adelantado los comicios: “Han sido Casado y su estrategia de sacar a los españoles a la calle”.
Respecto a que la primera semana de campaña coincida con la Semana Santa, los populares anuncian que para ellos la celebración religiosa “es sagrada”, por lo que no prevén organizar actos electorales ni el jueves ni el viernes santo, aunque algunos de sus principales dirigentes como el secretario general, Teodoro García Egea –es pregonero de la Semana Santa de Murcia–, participarán en procesiones y actos litúrgicos varios.