Varios miles de personas han pedido esta mañana en Madrid la dimisión de Pedro Sánchez y la convocatoria de elecciones anticipadas. La marcha contra el diálogo del Gobierno con el independentismo no ha logrado llenar la Plaza de Colón y las arterias colindantes. Los convocantes han cifrado la participación en 50.000 personas. La policía, cuyo sindicato mayoritario, SUP, se había sumado a la protesta, en cambio ha elaborado su propio cálculo: 120.000 personas. Ciudadanos por su parte ha elevado la cuenta hasta 200.000 personas sumando a los que estaban “en las calles adyacentes”, 19 minutos después de haber estimado la participación en 50.000.
PP Ciudadanos y Vox se han volcado esta semana en la convocatoria. El partido de Pablo Casado fletó autobuses gratis desde todos los puntos de la península para manifestarse “contra la alta traición a España”. En la marcha estaba respresentada toda la derecha, desde la que se presenta a las elecciones, a colectivos ultras como España 2.000 y Hogar Social Madrid.
Los líderes de PP, Ciudadanos y Vox, Pablo Casado, Albert Rivera y Santiago Abascal, han proclamado en los minutos previos a la concentración el final de la legislatura y han considerado la protesta como “un punto de inflexión” y han exigido al jefe del Ejecutivo que rompa relaciones con las fuerzas independentistas y que convoque elecciones “inmediatas”
Casado, que se ha erigido como el maestro de ceremonias de la concentración celebrando la capacidad de convocatoria de su partido ha sido el más vehemente exigiendo “el fin de la negociación” del Gobierno “con los partidos independentistas”. El líder del PP ha pronunciado estas palabras apenas dos días después de que la vicepresidenta del Ejecutivo, Carmen Calvo, anunciara precisamente la ruptura de esas conversaciones con los secesionistas.
“No cabe rendición socialista”
A juicio de Casado, sin embargo, “los cambios del Gobierno están demostrando que se estaba negociando”. “Desde el PP lo que pedimos son elecciones inmediatas tal y como se comprometió Sanchez. No podemos seguir intentando integrar a los que quieren desintegrarnos. Ya no cabe más rendición socialista. Que cese inmediatamente el dialogo con aquellos que quieren romper España y los gestos como los acercamientos de presos”, ha proclamado el presidente popular en declaraciones a los medios.
El PP, ha insistido Casado, considera que “el tiempo del Gobierno de Sánchez ha acabado”. Por eso ha pedido que en las elecciones autonómicas y municipales de mayo “podemos pasar de las calles a las urnas” y que “el resultado sea una censura a la actuación del Gobierno para que no le quede más remedio de convocar generales”. “Hoy es un punto de inflexión: basta a cualquier tipo de ruptura”, ha zanjado.
“Hay un antes y un después. Sánchez debe convocar elecciones porque miles de españoles le han dicho no y han dicho sí a España”, ha asegurado en la misma línea Albert Rivera. El líder de Ciudadanos ha destacado que lo que exige su partido es “lo más básico en una democracia”: “Coger el voto, ir a una urna y votar”. “Que Sánchez tome nota y convoque elecciones. Este es el final de una legislatura agotada”.
El presidente de Vox, Santiago Abascal, ha señalado, por su parte, que “el pueblo debe ser llamado a las urnas urgentemente”. Desde Colón, Abascal ha criticado que el Gobierno de Sánchez haya tratado de negociar con la Generalitat de Catalunya y ha acusado al Ejecutivo de poner “sobre la mesa la soberanía de España”. Por eso, el líder de Vox ha recalcado que el objetivo de la concentración de este domingo es “denunciar la traición de un Gobierno ilegítimo”.
Sin símbolos partidistas
Ninguno de los tres dirigentes políticos han intervenido durante el acto oficial que los convocantes quisieron dejar en manos de la “sociedad civil”. Los encargados de leer el manifiesto han sido los periodistas María Claver, Carlos Cuesta y Albert Castillón. El texto ha destacado que “la unidad nacional no se negocia” y los convocantes han exigido la “convocatoria inmediata de elecciones generales para que los españoles puedan decidir su futuro”. También ha incluido falsedades, como que Sánchez “cedió al aceptar las 21 exigencias del secesionismo”.
Ante los millares de asistentes, los encargados de leer el manifiesto han destacado que este acto se celebre sin símbolos partidistas. A su vez han reseñado que las personas allí reunidas representan “el hartazgo de la inmensa mayoría de los españoles ante la deriva suicida del Gobierno de Pedro Sánchez”. Incidiendo en la soberanía nacional, Castillón ha destacado que nadie más que el pueblo “está legitimado para decidir qué es España ni qué puede ser España”.
En relación a las negociaciones mantenidas entre el Gobierno y la Generalitat, han comenzado destacando que “estas cesiones pusieron al orden constitucional ante uno de los mayores retos” vividos desde su promulgación y han lamentado que el Gobierno de Pedro “cedió en todas las ocasiones en las que debería haber defendido la dignidad de los españoles antes los que quieren acabar con el orden constitucional”.
La relación que han mantenido desde Moncloa con los portavoces independentistas han sido catalogadas como chantaje y “humillación del Estado sin precedentes” en la democracia. Teniendo en cuenta que la semana que viene se inicia el juicio de procés, han aprovechado esta intervención para manifestar su apoyo a los jueces “que llevan meses soportando la presión independentista”.
La foto de familia
Para finalizar, han insistido en la petición de convocatoria de elecciones, reseñando que “los españoles debemos ser llamados a las urnas inmediatamente”. Lamentando que el Gobierno haya querido dar una “salida política a quien a hadado un golpe de estado” y ha puesto “sobre la mesa de negociación de la soberanía de España”. Por lo tanto, han reivindicado la vigencia del Estado de derecho como “garantía de las libertades individuales”.
Al final de la protesta, que se ha prolongado durante apenas media hora, tanto Casado como Rivera y Abascal sí se han subido al escenario a hacerse la foto de familia y a escuchar el himno y los vivas a España que han puesto final a una movilización que han considerado “histórica”.
Allí no ha querido estar el candidato a la alcaldía de Barcelona, Manuel Valls, que durante las últimas horas ha sufrido críticas muy duras de la prensa francesa por participar en un acto con la extrema derecha de Vox.