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Casado suma a su 'no a todo' el rechazo a la subida del SMI

El presidente de la CEOE, Antonio Garamendi, conversa con el presidente del PP, Pablo Casado, en Madrid en 2021.

Aitor Riveiro

7 de septiembre de 2021 22:27 h

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En el no a todo con el que Pablo Casado ha arrancado el curso político faltaba un ingrediente: la subida del Salario Mínimo Interprofesional (SMI). Hasta ahora. El Partido Popular repartió este martes entre sus cargos públicos y orgánicos el habitual argumentario que recoge las consignas prefabricadas en la sede central de Madrid para que sean repetidas por los diferentes portavoces cuando tengan oportunidad. En el menú del día, el rechazo al incremento del SMI que la vicepresidenta segunda y ministra de Trabajo, Yolanda Díaz, negocia con sindicatos y patronal con el apoyo del presidente del Gobierno, Pedro Sánchez, y que se aprobará de forma “inmediata”, con el acuerdo de los empresarios o sin él.

El PP asume de hecho los argumentos de la CEOE en su documento de consumo interno y justifica su rechazo con unas “contraindicaciones de carácter económico y laboral” que no se explican en el breve párrafo que dicta la consigna a seguir con el SMI. “Es muy arriesgado incrementar los costes a las empresas en un momento en el que nuestra economía necesita ganar en competitividad”, apunta el argumentario, que concluye que la subida del indicador, que forma parte del acuerdo del Gobierno de coalición, “responde a la campaña de propaganda y autobombo de Sánchez”.

Casado sigue así la estela de la patronal, que esta misma semana rechazó la subida del SMI para el último cuatrimestre de 2021 con el argumento de que “no es el momento”. “Con esta subida puede haber menos gente que entre en el empleo (...). Con la que está cayendo, es un momento muy delicado y hay que tener cuidado con las cosas que se tocan”, dijo el presidente de la CEOE, Antonio Garamendi.

El dirigente empresarial ha asumido en primera persona el rechazo a la medida que impulsa el Ministerio de Trabajo después de haber negociado, y aceptado, las subidas del SMI de 2019 y de 2020, que situaron el indicador desde los 735,9 euros de 2018 en los actuales 950. A finales de 2020 Pedro Sánchez se decantó por congelar el SMI para el presente ejercicio, tal y como defendía la vicepresidenta económica, Nadia Calviño. Pero la vicepresidenta segunda logró una prórroga para revisarlo después de que un comité de expertos emitiera un dictamen al respecto. El objetivo del Ejecutivo es alcanzar al final de la legislatura el 60% del salario medio, lo que, según estos expertos, lo situaría en una franja entre los 1.011 y 1.049 euros mensuales. Para lo que queda de 2021, la idea de Trabajo es que suba entre el 1,3% y el 2%, no más de 20 euros al mes.

Una subida inasumible para los empresarios, que utilizan hoy los mismos argumentos que usaban en plena pandemia, a finales de 2020, con el PIB en caída libre y los datos de desempleo desbocados. Pero el paro de agosto registró su mayor caída desde que hay registros, con 82.583 desempleados menos. También siguen cayendo los datos de trabajadores en ERTE. Y la economía de España crece por encima de la media europea.

Si Casado pasó de puntillas por la subida del SMI de 2020 —después de que en 2019 dijera que su idea era situar el indicador en 850 euros, cuando ya estaba en 900— esta vez no parece querer hacerlo. “Lo que hay que hacer es crear empleo”, asegura el PP en su argumentario, obviando que el número de afiliados a la Seguridad Social supera ya los niveles prepandemia, “y atajar la subida de la luz, puesto que repercute en la inflación y en la cesta de la compra”, concluye el documento.

Este mismo martes, en una entrevista en El Español, la secretaria de Economía del PP respondía sobre el SMI: “No es el momento. Seguimos teniendo una situación de paro muy importante y el salario mínimo ha subido mucho en los últimos dos años. Se puede aguantar”. Otra vez los argumentos de la CEOE, donde la exministra de Trabajo con Mariano Rajoy, Fátima Báñez, preside una fundación.

También el portavoz nacional respondió a los periodistas sobre el SMI. José Luis Martínez Almeida se posicionó en contra de la política económica del Ejecutivo. “El problema no es la subida [del SMI] o no, sino política del Gobierno”, dijo.

Con todo, la consigna no ha tenido un excesivo recorrido en las diferentes apariciones públicas de dirigentes del PP. Salvo por la presidenta madrileña, Isabel Díaz Ayuso, quien ha adelantado a Casado por la derecha. La dirigente, que aspira a hacerse con el control del PP de Madrid, acompañó a su jefe de filas a un acto organizado por el Foro Nueva Economía el martes por la mañana. Después, acudió al acto de apertura del curso en la Universidad Carlos III. Allí puso en duda que las subidas del SMI sean “útiles” y afirmó que pueden “destrozar el empleo”, informa Europa Press.

“Según los resultados de otras subidas y por los informes de organismos independientes, como el Banco de España, esto sobre todo lo que hace es pulverizar el empleo, especialmente el juvenil, y destrozar a la pequeña y mediana empresa, que es la mayoritaria en España”, dijo la presidenta madrileña, aludiendo a un informe del regulador bancario español. Sin embargo, eludió otros como la Encuesta de Condiciones de Vida correspondiente a 2020 que elabora el Instituto Nacional de Estadística y que asegura que la subida del SMI redujo la desigualdad y los índices de pobreza laboral.

Ayuso zanjó: “Hasta el momento no se ha demostrado que sean útiles. No es una cuestión de que los ciudadanos ganen más. Más que eso es importante qué efectos tiene”. Nadie más en el PP habló del SMI después de la presidenta madrileña.

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