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Casado busca refrendar su liderazgo volcado en Catalunya para el sorpaso a Ciudadanos

Casado charla con el candidato del PP a las elecciones catalanas, Alejandro Fernández, durante una de sus visitas a Catalunya.

Iñigo Aduriz

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“Sean cuando sean las elecciones, Casado va a tener una presencia constante en Catalunya”. Una de las personas más cercanas al presidentes del Partido Popular remarcaba esta semana la importancia que concede el líder de la oposición a los comicios catalanes previstos, por el momento, para el 14 de febrero, a la espera de que el Tribunal Superior de Justicia de Catalunya tome una decisión final sobre la orden del Govern de aplazarlas a mayo. El líder del PP lleva semanas volcado en la precampaña de una cita electoral en la que la dirección popular confía en obtener un buen resultado tras el hundimiento en los últimos comicios de 2017 en los que tocó suelo con solo cuatro diputados de los 135 que conforman el Parlament.

Desde que en septiembre el expresident Quim Torra anunciara el adelanto de las elecciones, Casado ha viajado a Catalunya prácticamente todas las semanas. Su objetivo es tratar de refrendar en las urnas catalanas su liderazgo al frente del PP, un mandato que hasta ahora ha estado marcado por sucesivas derrotas electorales, y para resituar a su partido como la “referencia” de lo que ellos llaman “constitucionalismo” de centro derecha en la comunidad.

Todo en medio de la batalla por el mismo electorado que mantiene a nivel estatal desde hace más de dos años con Ciudadanos y Vox, que paradójicamente son sus socios necesarios para poder gobernar en comunidades y ayuntamientos. Esos acuerdos son lo único que queda de la pretendida unidad de acción de las tres derechas que se escenificó en la conocida foto de Colón de febrero de 2019 y que Casado quiso llevar a la coalición España Suma para las elecciones generales del 10 de noviembre de ese año, sin lograr que Ciudadanos y Vox accedieran a sus pretensiones.

Tras el fracaso de la unión de PP+Cs en las elecciones vascas del año pasado, la dirección popular desechó la idea de concurrir junto al partido de Inés Arrimadas a las catalanas. Y la ruptura entre las tres formaciones se consumó ante el giro al centro de Ciudadanos, que llegó a pactar con el Gobierno prórrogas al estado de alarma y algunos puntos de los Presupuestos, y con la fallida moción de censura presentada por Vox contra Pedro Sánchez, durante la cual Casado escenificó su ruptura con el partido de Santiago Abascal con un durísimo discurso contra la formación de extrema derecha, que no logró para su iniciativa ni un solo apoyo además del de sus propios diputados.

Casado cree que el PP “gana posiciones”

A tenor de las últimas encuestas publicadas, así como por los sondeos internos que manejan los populares, de cara a las elecciones catalanas en Génova 13 se da por hecho el sorpaso a Ciudadanos, que en 2017 se convirtió en la primera fuerza de Catalunya –aunque no pudo gobernar por la alianza de los partidos independentistas–, pero a la que ahora los estudios demoscópicos le auguran una fuerte caída en intención de voto.

Casado también espera lograr más votos y escaños que Vox, la tercera fuerza política de la derecha constitucionalista en liza en la cita electoral del 14F. El último estudio del Centro de Investigaciones Sociológicas (CIS) sobre la estimación de voto en Catalunya, conocido esta semana, augura una mejora para el PP –le da entre 7 y 10 escaños–, pero apunta a que la formación de extrema derecha podría superar a la de los populares, al otorgarle entre 6 y 10 diputados. Todo está en el aire porque el sondeo refleja que la mitad de los encuestados o no tienen decidido el voto o no responden a esa pregunta.

El jueves, durante una entrevista en La Sexta, Casado restó importancia a la encuesta del CIS y volvió a acusar al presidente del centro, el socialista José Féliz Tezanos, de querer “mover estados de ánimo” por vaticinar un triunfo del candidato socialista, el aún ministro de Sanidad, Salvador Illa, al que su encuesta sitúa como candidato más votado, a diferencia de lo que reflejan otros sondeos. Pero el líder del PP sí celebró que el estudio augurara que su partido “gana posiciones”.

Esa es la teoría que sostienen todos los dirigentes populares consultados por este diario: que el PP mejorará el pésimo resultado de 2017. Por eso Casado viaja cada semana a Catalunya, con el objetivo de asegurarse ese incremento de votos para su candidato en Catalunya, Alejandro Fernández, y confirmar el sorpaso a Ciudadanos, a quien el PP robó a una de sus principales portavoces en Catalunya, Lorena Roldán, que se presentará como número dos de los populares y cuyo fichaje, dentro del partido de Casado, consideran como el inicio de la opa hostil contra el partido de Arrimadas.

El PP, parte “indispensable” en Catalunya

En el PP confían además en que, una vez pasadas las catalanas, más dirigentes de Ciudadanos se pasen sus filas, de forma que la ansiada “reconstrucción del centro derecha” fijada por el líder de los populares tras su triunfo las primarias, se produzca por absorción de su rival más moderado. Después los planes son ir a por Vox, ya que, según explican fuentes de la dirección nacional de los populares, mientras el partido de extrema derecha se mantenga fuerte, será imposible que Casado llegue a la Moncloa al considerar que la suma de las tres derechas nunca podrá superar a la unión de PSOE, Unidas Podemos, y las fuerzas nacionalistas e independentistas.

Este sábado, durante el acto de presentación de Alejandro Fernández como candidato del PP para la Presidencia de la Generalitat, Casado reivindicaba a su partido como la “casa común” del “seny” y del “constitucionalismo” y, sin mencionar a Vox, ha quiso diferenciarse de la formación liderada por Santiago Abascal. “El PP es la vacuna contra los populismos que ofrecen el camino fácil, que es mentir y ofrecer soluciones sencillas a problemas complejos”, aseguró. El líder nacional del PP también presentó a su formación política como la que mejor garantizará la seguridad en Catalunya, informa Pol Pareja.

En otra de esas visitas a Catalunya, la que tuvo lugar el pasado lunes cuando Casado pronunció una conferencia ante el Cercle d'Economía de la capital catalana, el líder del PP también presentó a su partido como parte “indispensable” de la solución en Catalunya y ofreció a los empresarios que le escuchaban “estabilidad, progreso económico y convivencia”. Apostando por la política de “luces largas”, Casado manifestó “un compromiso con Catalunya que va mucho más allá de una cita electoral”. “Es hora de pasar página de la política de bloques, superar las fracturas políticas, sociales y generacionales, y trabajar por la convivencia dentro de la ley”, zanjó.

El mensaje se pareció mucho al que defiende Illa, que según todas las encuestas ha hecho repuntar al PSC. Pero Casado se niega por el momento a confirmar que, en el caso de ser decisivo, el PP apoyará al hoy ministro para hacerle president en una suerte de frente contra el nacionalismo como el que se produjo en Euskadi en 2009, donde PSE y PP unieron sus fuerzas para hacer lehendakari a Patxi López.

“Si hacemos hipótesis, podríamos decir: ¿y si el PP saca 20 escaños?”, se preguntó el líder de los populares el jueves. Ningún dirigente popular consultado va tan lejos, aunque todos recalcan: el objetivo es mejorar el resultado de 2017 y quedar por delante de Ciudadanos y Vox. Ese escenario daría un respiro a Casado y consolidaría su liderazgo al frente del PP en una de las plazas más complicadas para sus intereses.

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