“Quise cortar, pero él no me dejaba, quería verme a todas horas, tocarme. No lo soportaba y él insistía, me engañaba, decía que quería ser mi amigo, y me engañaba, solo quería estar conmigo. Me daba asco”. Son las palabras de Nevenka Fernández, la concejal de Ponferrada que el 26 de marzo de 2001 presentó una querella en el Tribunal Superior de Justicia de Castilla y León contra Ismael Álvarez, compañero de grupo municipal y alcalde de la localidad.
Tras una relación de unos meses llegó el “infierno” para la concejal. “Mi negativa provocó su acoso. Su actitud de presión se tradujo en notas manuscritas, mensajes en el teléfono móvil, cartas, comentarios verbales que prefiero no reproducir literalmente, y un desprecio absoluto hacia mi trabajo y mi persona, mediante descalificaciones, actos y vejaciones que atentaron contra mi integridad física y psíquica”, relató Nevenka en la rueda de prensa en la que anunció su dimisión un día después de haber presentado la denuncia.
Durante el juicio, el fiscal sometió a la exconcejal a un duro y machista interrogatorio: “¡Usted no es la empleada de Hipercor que le tocan el trasero y tiene que aguantarse porque es el pan de sus hijos!”, llegó a espetar. Finalmente, fue apartado del caso.
La sentencia llegó en noviembre de 2003. Ese día el Tribunal Superior de Justicia de Castilla y León condenó al entonces alcalde por un delito de acoso sexual. Fue la primera sentencia condenatoria a un cargo político por este delito, tipificado en el Código Penal desde solo cuatro años antes. La Justicia le obligó a pagar una multa de 6.480 euros y a indemnizar a Nevenka con 12.000 euros.
Ismael Álvarez dimitió de su cargo y perdió el apoyo de su partido, el PP, incluido el del actual alcalde, Carlos López Riesco, que había sido su mano derecha y le había defendido en el juicio al negar que hubiera existido acoso sexual por parte de Álvarez.
Ismael Álvarez no abandonó la política y formó un nuevo partido. Con Agrupados Independientes de Ponferrada (AIP) se presentó a las elecciones municipales de 2011. A pesar del escándalo, en esos comicios, logró cinco concejales, que apoyaron la investidura del actual alcalde del PP. Ahora los cinco concejales, sumados a los ocho del PSOE, han permitido que prospere una moción de censura promovida por ambas organizaciones en contra del alcalde popular Carlos López Riesco.
El apoyo de este condenado por acoso sexual permitirá que el PSOE gobierne Ponferrada. Los socialistas argumentan que el acuerdo con Ismael Alvarez se justifica porque el acosador de Nevenka dimitirá tras propiciar el cambio de gobierno.
El pacto ha recibido críticas dentro del PSOE, como la de Carme Chacón, que ha mostrado indignación ante la posibilidad de que los socialistas gobiernen en Ponferrada gracias a “un acosador”. Más de 350 militantes socialistas han firmado un manifiesto en contra de la moción de censura secundada por el condenado por el 'caso Nevenka'. El nuevo debate interno le llega a Rubalcaba en la más incómodas de las fechas posibles para un debate así: 8 de marzo.