En concreto, el magistrado ha acordado elevar a la máxima instancia judicial valenciana una exposición razonada en la que propone que asuma la competencia de estas pesquisas, relativas tanto al Valencia Summit, por el que el Instituto Nóos percibió unos tres millones de euros públicos, como a los Juegos Europeos, que finalmente no se celebraron pese a que la entidad acabó percibiendo 382.000 euros por la preparación del evento.
En su auto, el juez asevera que mientras tanto el Juzgado de Instrucción número 3 de Palma, del que es titular, se abstendrá de practicar diligencia alguna de instrucción respecto a estos hechos en la que no concurra la nota de perentoriedad. Asimismo, recalca que la declinación de competencia se hace “única y exclusivamente” en razón del aforamiento de Camps y Barberá, de tal manera que, para el caso de que el TSJCV no la aceptará, ésta será automáticamente recuperada por Castro respecto a los imputados no aforados.
Esta diligencia se produce después de que el juez solicitase a las Corts Valencianes que certificasen la condición de Camps y Barberá, como trámite previo a elevar la exposición razonada de los hechos por los que podrían ser imputados en el marco de esta causa. El magistrado abría de este modo las puertas al posible encausamiento de los dos parlamentarios, quienes por su calidad de aforados tendrían que ser investigados por el TSJCV.
Los nombres de Camps y Barberá han aparecido en varias ocasiones a lo largo de la instrucción de la causa, más en concreto en relación con la tramitación del Valencia Summit, por cuyas tres ediciones el Instituto Nóos presidido entonces por Iñaki Urdangarin percibió unos tres millones de euros -1,044 millones por cada edición, pese a que el coste real de cada una de ellas oscilaría alrededor de los 300.000 euros, según los investigadores-.
Precisamente, el exsocio de Urdangarin Diego Torres ha remitido un escrito ante el juez en el que de forma pormenorizada relata cómo se desarrolló la reunión que ambos mantuvieron con Camps y Barberà para abordar el proyecto del Valencia Summit y exponer los objetivos perseguidos por Nóos.
En su escrito, al que tuvo acceso Europa Press, el imputado sitúa el encuentro el 29 de enero de 2004, casi nueve meses antes de que fuese firmado el convenio para la celebración del evento -el 8 de septiembre de ese año-.
NÓOS COMENZÓ A TRABAJAR ANTES DE LA FIRMA DEL CONVENIO
Y es que, tal y como sostienen los investigadores, Nóos ya comenzó a trabajar en la organización del Valencia Summit “mucho antes” de que el convenio fuese suscrito, lo que evidencia, a su juicio, que la concertación de la Administración pública con la entidad presidida entonces por el Duque “ya estaba verbal y anticipadamente decidida”, tal y como se recoge en uno de los autos dictados por el juez instructor en el marco de esta causa.
Es más, la Fiscalía sostiene que los firmantes del acuerdo -el Instituto Nóos, la Ciudad de las Artes y las Ciencias (Cacsa) y la Fundación Turismo Valencia Convention Bureau- rubricaron el documento “sin que fuera precedido de ningún proceso de análisis de mercado, discusión o negociación, y que Nóos ”ni tan siquiera se molestase en tratar de esbozar“ el presupuesto del que sería beneficiario.