Centenares de migrantes y refugiados llegados en los últimos días a la isla de Lesbos se encuentran en el puerto de Mitilene esperando a poder embarcar en un buque de la Armada griega que provisionalmente les servirá de albergue flotante.
El buque de la Armada llegó hacia las 10.00 hora local (08.00 GMT) pero debido a los fuertes vientos tuvo que maniobrar y retirarse del puerto.
El barco acogerá a unas 400 personas que han llegado desde el pasado domingo desde las costas turcas, pero solo a familias y no a personas que hayan viajado sin compañía.
Según indicó a Efe un portavoz del Ministerio de Migración, el buque que normalmente sirve para el transporte de blindados se quedará unos días en el puerto de Mitilene.
Por ahora se desconoce el destino final de este navío, que ha sido trasladado desde el puerto del Pireo a Lesbos con el objetivo de evitar una mayor congestión del campo de refugiados de Moria, donde malviven más de 20.000 personas.
La petición la habían formulado las autoridades locales, tras el rechazo popular que ha causado esta nueva vuelta de tuerca de la crisis migratoria.
Desde el pasado sábado, un día después de que Turquía diera de facto por cancelado el acuerdo migratorio con la Unión Europea y abriera las fronteras, han llegado a las islas del mar Egeo poco más de 1.500 personas.
Debido al fuerte viento que sopla en el mar Egeo, con rachas que alcanzan hasta fuerza 8 en la escala de Beaufort e incluso dificultan el tráfico de ferries, no se han registrado llegadas desde anteayer.
Todas las personas que embarquen en este buque no tendrán derecho a solicitar asilo, según lo establecido por el Gobierno griego, que ha suspendido por un mes este derecho fundamental, amparándose en que se trata de un movimiento masivo de población y no de llegadas individuales.
La noticia sobre el arribo de una embarcación para acoger a refugiados se difundió ayer como la pólvora en el campamento de Moria, lo que llevó a unas 2.000 personas a desplazarse hasta Mitilene, muchos cargados con sus pertenencias.
Después de horas de espera se dieron cuenta de que su sueño de poder viajar por fin a la parte continental de Grecia se quedaba en eso, un sueño.