La estampa de la Bahía de Santander levantada en obras se ha convertido en algo tan habitual que ya casi pasa desapercibida para los asiduos de la zona. Hace más de tres años que la Fundación Botín, con la colaboración del Ayuntamiento de Santander y el Gobierno de Cantabria, comenzó a construir en el entorno ubicado entre los Jardines de Pereda y el Palacete del Embarcadero el Centro de Arte Botín, un espacio de 7.000 metros cuadrados que estarán dedicados a la cultura y a la educación. Fue concretamente el 21 de junio del año 2012 cuando el entonces presidente del Banco Santander, Emilio Botín, y el arquitecto del proyecto, el italiano Renzo Piano, colocaron en un acto simbólico la primera piedra.
Según anunciaron entonces las autoridades, la inauguración se celebraría el 1 de junio de 2014, coincidiendo con la conmemoración del cincuenta aniversario de la Fundación y con la celebración en Santander del Mundial de Vela. Sin embargo, ese plazo no se ha cumplido y las obras acumulan ya más de un año de demora sin que esté prevista una nueva fecha para la finalización de las mismas.
El director de la Fundación, Íñigo Sáenz de Miera, ha asegurado este lunes que desde la entidad “no tienen un objetivo concreto, ni siquiera internamente” y, en este sentido, ha señalado que no hablarán “de una perspectiva final de obra”. “Lo verdaderamente divertido llegará cuando abra”, ha subrayado intentado quitar hierro al asunto.
Sáenz de Miera lo ha comentado así en unas declaraciones a los medios de comunicación. En aras de querer transmitir normalidad, la institución y el Ayuntamiento organizan periódicamente visitas a las obras en las que dan cuenta del avance de los trabajos, que marchan en un “porcentaje alto”, según han destacado en esta ocasión.
Aunque desde la Fundación tratan de restar importancia al retraso en las obras, la cuestión es siempre recurrente: “El objetivo es hacerlo bien y con un coste lo más ajustado posible”, insiste Sáenz de Miera esquivando las preguntas de los periodistas.
Tras enfatizar que están “muy centrados en el día a día”, ha ensalzado el compromiso económico de la Fundación con el proyecto, el “más importante de su historia”. “Haremos el esfuerzo que haya que hacer”. El presupuesto de las obras que ejecuta la UTE OHL-Ascan asciende a 77 millones de euros, y además del Centro de Arte, conlleva el soterramiento del tráfico a través de un túnel de 200 metros -ya en marcha- y la remodelación de los Jardines de Pereda, aún por rematar.
En esta misma línea, el alcalde de Santander, Íñigo de la Serna, ha elogiado “el giro al ritmo de los trabajos” que se ha dado en los últimos 4 o 5 meses. El regidor municipal ha destacado el compromiso de todas las instituciones y administraciones con un proyecto que “cambiará la forma de entender la ciudad” y generará “una atracción de visitantes muy superior a la actual”. Según las estimaciones de la Fundación, el Centro de Arte atraerá a unas 200.000 personas anualmente.
“Menos incertidumbre”
En lo que respecta a los trabajos de construcción, se ha completado en torno a un 50% de la parte oeste y un 30% de la este y se han colocado cerca de 100.000 piezas de cerámica de las 280.000 que envolverán a los dos edificios de los que se compone el Centro. Además, hace unos días se ha iniciado el montaje de los muros cortina de ambos volúmenes, unos trabajos que han comenzado en la fachada sur del edificio oeste.
El avance más importante producido desde la última comparecencia, el pasado 31 de marzo, ha sido la colocación de la envolvente. También se ha avanzado en las fachadas interior y del Pachinko -el espacio entre los dos edificios-, el comienzo del montaje de los muros cortina y los interiores, avanzados en un 31 por ciento en el este y en un 27 por ciento en el oeste.
Respecto a las instalaciones de montaje de maquinarias, en el volumen oeste se ha concluido el 52 por ciento y un 27 por ciento en el este, de manera que “se quita un grado de incertidumbre muy grande”, según ha destacado Saénz de Miera. El director de la Fundación se ha referido también a las obras, en las que actualmente trabajan 90 empleados aproximadamente, realizadas en el “muelle”, que será la zona destinada a cafetería y tienda.
Finalmente, Saénz de Miera ha añadido que continuarán contando los avances más importantes de la obra y ha dicho que “cada vez queda menos incertidumbre en el punto de vista del diseño”.