300.000 personas decidieron no volver a votar a los espacios políticos de Unidas Podemos en las elecciones gallegas y vascas del 12J. Solo repitieron su voto por Galicia en Común el 20% de los que apoyaron a En Marea en 2016 y el 45% de los que optaron por la confluencia entre Podemos e Izquierda Unida en Euskadi hace cuatro años. Un descalabro que ha dejado fuera del Parlamento gallego a la candidatura que lideraba la coalición de Pablo Iglesias y rebaja a la mitad la presencia de Podemos en el arco parlamentario vasco.
Los datos por secciones censales de los resultados electorales de 2016 y 2020 analizados por elDiario.es señalan el destino más probable de esos votos perdidos por la formación que lidera Pablo Iglesias: gran parte de ellos han sido recogidos por las formaciones nacionalistas de BNG y EH Bildu. El análisis de las cifras por vecindario o por municipio, permite concluir con claridad que a mayor pérdida de voto de Galicia en Común y Elkarrekin Podemos+IU, mejores resultados consiguieron ambos partidos nacionalistas.
Los socialistas, por su parte, apenas aprovechan la caída de voto de las candidaturas vinculadas a Unidas Podemos: repiten prácticamente los mismos resultados que en 2016. En Galicia, el ejemplo más claro está en la ciudad de A Coruña, donde GeC cae 18 puntos respecto a los resultados de En Marea en 2016. ¿Cuánto suben BNG y PSOE allí? La candidatura encabezada por Ana Pontón sube exactamente 18 puntos y los socialistas se quedan con los mismos resultados que en 2016.
El fenómeno se repite en las grandes ciudades vascas: en Bilbao, EH Bildu sube los mismos puntos que baja la confluencia encabezada por Podemos mientras que los socialistas apenas mejoran sus resultados de hace cuatro años.
¿Quién dejó de votar a Podemos?
En Galicia, la caída GeC no ha sido igual entre todos los grupos sociales. El voto a la candidatura impulsada por Podemos, IU y Anova se ha reducido más en las ciudades y las villas medianas, que en esta comunidad autónoma coinciden con los lugares con una renta media mayor y con una población más joven. Esta situación es completamente opuesta a la que ha vivido el BNG. Su voto se ha multiplicado, sobre todo, en las urbes.
Si relacionamos el nivel de estudios de la población y su origen también se hace notar el efecto ciudad. El mayor descalabro de GeC se ha dado en los municipios con más habitantes con estudios superiores y con más población nacida en otras comunidades autónomas, que son también las zonas más urbanas.
En Euskadi, la caída de Podemos-IU es, sin embargo, más pareja en todos los grupos sociales. Aun así, se observa que ha sido en algunos de los municipios con una renta media más baja y con más población nacida fuera de Euskadi donde más se ha abandonado a la formación morada.
En el gráfico inferior se puede ver que este efecto también se ha producido, con más fuerza, en el caso de la coalición entre PP y Ciudadanos. Los municipios donde la alianza conservadora ha perdido más votos en relación con los que sacaron presentándose por separado en las últimas elecciones autonómicas –los círculos situados más a la izquierda– coinciden con aquellos con unas rentas más bajas – los que están más abajo.
Podemos e IU pierden votos en todas las elecciones desde 2016
El desplome de los espacios políticos de Unidas Podemos en Galicia y Euskadi no es un acontecimiento excepcional en los últimos resultados de la formación morada. Unidas Podemos ha empeorado sus resultados en todas las elecciones autonómicas en las que se ha presentado en el último año.
En el apogeo de la formación entre 2015 y 2016, los resultados de las candidaturas de Podemos e Izquierda Unida llegaron a alcanzar el 30% de los votos en Asturias, el 24% en Aragón, el 23% en Madrid y el 19% en Galicia. En los comicios celebrados en el último año, esos resultados se han desplomado hasta el 17%, 11%, 5% y el pírrico 4% de Galicia tras varias reconfiguraciones del espacio político, que en el caso de Madrid supuso la irrupción de Más Madrid tras la ruptura protagonizada por Íñigo Errejón.
La pérdida de voto en las elecciones autonómicas también se reprodujo, aunque con distinta intensidad, en los resultados de las generales y europeas. En las primeras generales tras cuatro años de mayoría absoluta de Rajoy, las candidaturas de Podemos, las confluencias en Galicia, Catalunya y la Comunitat Valenciana e IU, que todavía se presentaba por libre, sumaron más de 6 millones de votos. Esa cifra nunca volvió a repetirse en unas elecciones celebradas a nivel nacional.
En la repetición electoral de 2016 perdieron un millón de votos con IU ya dentro de la coalición. En la victoria electoral de Pedro Sánchez del 28A, la candidatura encabezada por Pablo Iglesias perdió otro millón de votos. Seis meses después, sus resultados volvieron a empeorar: 600.000 papeletas menos. El balance final: el 50% de los votos que fueron a parar al espacio político de ruptura y contestación al sistema que encabezó Podemos en 2015 optó por otros partidos o se pasó a la abstención en 2019.